Call of Duty Endowment surgió como organización sin ánimo de lucro en 2009, cuando Bobby Kotick, en un loable acto de responsabilidad social corporativa, decidió ceder parte de los beneficios de su serie más rentable, al conjunto de veteranos del ejército estadounidense.
Buscando facilitarles la resinserción laboral (un 20% de los militares fuera de servicio se encuentra desempleado), la organización lleva donados dos millones de dólares, a los que ahora se suman 3 millones más.
La cuantía deriva del excepcional rendimiento comercial de Call of Duty Modern Warfare 3, que pasa de 7 millones de copias vendidas y 400 millones de dólares en todo el mundo. Todo ello en sus primeros siete días a la venta.
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