Los cines rusos se saltan el bloqueo y están proyectando películas pirata descargadas de internet
La invasión de Ucrania por parte de Rusia hizo que la mayoría de empresas occidentales impusiera cierres y bloqueos al país invasor, incluidos los grandes estudios de cine.
Hoy se cumplen 70 días desde que Rusia inició su invasión de Ucrania. La guerra en el país de Europa Oriental es una constante en los medios de comunicación y la política, que siguen cada paso en la evolución del conflicto.
La reacción de Occidente en los primeros días de la guerra fue la imposición de sanciones contra Rusia. Esto incluyó la salida de multitud de empresas del país, desde tecnológicas como Apple a franquicias de comida rápida como McDonalds.
Los grandes estudios de Hollywood, como Disney, Warner Bros. Universal Pictures, Paramount o Sony Pictures, también anunciaron que dejarían de llevar sus películas a las salas de cine rusas.
Los bloqueos llegaron justo la semana en que The Batman debutaría en las salas de todo el mundo, y a ella la han seguido filmes como Sonic 2: La película o, inminentemente, Doctor Strange en el multiverso de la locura.
Tal y como recogen nuestros compañeros de Computer Hoy, la Asociación Rusa de Propietarios de Cines mostró su descontento y preocupación por la situación. Aseguraron que el 80% de los cines rusos corría el riesgo de echar el cierre por la ausencia de grandes producciones, ya que las producciones nacionales no satisfacían la demanda.
Muchas salas están manteniéndose a duras penas con películas producidas en Rusia, en Bollywood y cine proveniente de Corea y China. Otras, en cambio, han optado por métodos menos ortodoxos, e ilegales, según informa Torrent Freak.
Algunas salas de cine rusas han recurrido a páginas web de descarga de películas pirata para proyectar los últimos estrenos en sus pantallas.
Cintas como la citada The Batman o No mires arriba, solo disponible en Netflix (que también ha cesado su servicio en el país), se están proyectando de forma ilegal en un intento por eludir las sanciones.
Los filmes son descargados desde sitios de intercambio de torrents, muchas de ellas están subtituladas o dobladas al ruso y gozan de buena calidad de imágenes, por lo que muchos espectadores no son conscientes de que están viendo una copia ilegal.
No deja de ser irónico, que no gracioso, que esas salas estén achicando agua gracias, precisamente, a uno de los grandes males de la industria de la exhibición.
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