Así fue la experiencia de Venom: Habrá Matanza al filmar en una prisión de máxima seguridad en funcionamiento

Este viernes llega a los cines Venom: Habrá Matanza, la nueva película del simbionte de Marvel que tendrá por delante un gran desafío en forma de uno de los villanos más brutales de Marvel.

Tom Hardy vuelve a dar vida a Eddie Brock/Venom, tal y como hiciera en la película de 2018. Woody Harrelson hará lo propio con Cletus Kasady/Matanza, un asesino encerrado en prisión que, eventualmente, escapará del cautiverio.

Uno de los grandes retos que ha afrontado el rodaje de Venom: Habrá Matanza ha sido filmar una parte de la película en una prisión de máxima seguridad en funcionamiento.

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Parte del filme dirigido por Andy Serkis se rodó en los exteriores de la Prisión Estatal de San Quintín, aunque los interiores se filmaron en estudio.

Hablando con ScreenRant, Christopher Kusiak, el encargado de localizaciones de Venom: Habrá Matanza, ha recordado la costosa planificación que requirió ese único día de rodaje.

Kusiak recuerda los estrictos protocolos impuestos por la prisión a los cineastas, de cara a su seguridad, claro. 

Todos los personajes que interpretaban a prisioneros llevaban una tarjeta identificativa con su fotografía en todo momento. Si algo sucedía, debían hacer una fila y mostrar su identificación para salir del recinto.

También se establecieron horarios para que el equipo de la película y reos no estuvieran cerca en ningún momento. Las zonas de rodaje eran muy específicas y no podían salir de ellas.

Christopher Kusiak destaca que ese único día de rodaje fue el resultado de meses de meticulosa planificación.

La Prisión Estatal de San Quintín no es ajena a eventos singulares como un rodaje. Johnny Cash celebró un concierto en este recinto, y Metallica grabó aquí el videoclip de St. Anger.

Por supuesto, es una ubicación donde una fuga o un desastre natural, como un sismo, puede tener lugar en cualquier momento, por lo que las medidas de seguridad nunca son exageradas.