Ésta es la historia de lo que pudo ser y no fue (por fortuna). Ya nos quedamos petrificados cuando se filtró el argumento de Jurassic World al leer que habría un híbrido que nos llevaría a conocer a un "superdinosaurio" con “la capacidad de camuflaje como la de la sepia, que le permite mezclarse con el entorno; la inteligencia de un velocirraptor; el uso de su mandíbula como la de una serpiente, y la capacidad de atemorizar como un T-Rex”...
Pues imaginaos que hubiese salido adelante el mix dinosaurio-humano... Había hasta varios diseños conceptuales, a cual más estrambótico, como podéis ver. Eso sí, finalmente y al menos de momento, no verán la luz más que como bocetos sobre el papel.
Colin Trevorrow, el director de Jurassic World ha defendido así sus ideas: "No estamos haciendo nada aquí que Crichton no sugiriese en sus novelas. Este animal no es un monstruo mutante. No tiene cabeza o tentáculos de pulpo de una serpiente. Es un dinosaurio, creado de la misma manera que los otros eran, pero ahora la genética han pasado al siguiente nivel. Para mí,es una evolución natural de la tecnología introducida en la primera película".
Por fortuna, iremos paso a paso y el ADN humano fue descartado al menos en esta película, pero la lluvia de críticas ya llevó a Trevorrow a decir que: "A todos nos han decepcionado alguna vez con nuevas entregas de las historias que nos encantaban de pequeños.Pero con toda este discurso de 'están arruinando nuestra infancia', nos olvidamos de que este momento es también la infancia de otras personas".
Sea como fuere hay que alabar el hecho de que con Jurassic World se haya atrevido a revitalizar una franquicia que con su primer tráiler ha cautivado a más de uno. Si consigue ser refrendado igualmente en las taquillas podemos estar ante el renacimiento de un coloso... (y saber decir que no cuando una idea no convence, es un plus añadido: gracias por ahorrarnos el bochorno, Colin). ¿Pensáis que esta idea podría funcionar en una película que no fuera de coña en plan monstruos de serie B?
Descubre más sobre Raquel Hernández Luján, autor/a de este artículo.
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