James Gunn ya ha estrenado su versión del Escuadrón Suicida en el que no hay rastro del Caballero Oscuro.
Por fin, después de mucha espera por ver de qué había sido capaz James Gunn, y con una campaña promocional algo pobre por parte de Warner Bros, Escuadrón Suicida ya ha llegado a los cines, y aunque las comparaciones son odiosas, es imposible no encontrar las muchas diferencias con la que dirigió David Ayer en su día.
A parte de la inclusión de nuevos personajes y nuevas historias, es inevitable no darse cuenta de que faltan dos personajes principales de la primera versión del Escuadrón Suicida: el Joker de Jared Leto y el Batman de Ben Affleck.
La ausencia del primero parece bastante entendible ya que a película de James Gunn se sitúa después de la película en solitario de Harley Quinn y puede que no tenga sentido que aparezca este después de que su querida villana se haya "emancipado", además del hecho de que no se sabe muy bien qué va a suceder con este personaje en el DC de Warner, sobre todo después de la versión de Joaquin Phoenix.
Sin embargo la ausencia de Batman es más notable, no solo porque en los cómics suele estar vinculado al Escuadrón Suicida, sino porque Warner ya le ha dado un nuevo comienzo a Bruce Wayne de la mano de Matt Reeves, aunque puede que esta sea la razón por la que no hay ni un triste cameo en esta nueva película.
Pues aunque parece que la película de Ayer y la de Gunn conviven en un mismo universo no habría tenido sentido sacar de nuevo al Batman de Ben Affleck que sí aparece en la Escuadrón Suicida de 2016, ya que el actor ya se ha despedido definitivamente del personaje.
Por otro lado, tampoco habría tenido sentido presentar al Batman de Robert Pattinson en esta película, sobre todo después de la mucha expectación que está creando su cinta en solitario, ya que habría creado una línea temporal algo confusa pues su Bruce Wayne es mucho más joven que el interpretado por Affleck.
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