El cine de terror tiene un nuevo rey, James Wan, el director que siempre consigue convertir sus películas de bajo presupuesto en grandes taquillazos.
Si eres fan del cine de terror harás notado que detrás de los grandes éxitos en taquilla de este género es siempre el mismo, James Wan, el director y guionista que convierte las películas de miedo de bajo presupuesto en éxitos de taquilla y que es el creador de dos grandes franquicias: Saw y Expediente Warren.
Y aunque ahora también está haciendo sus pinitos en el mundo de los superhéroes, más concretamente en DC dirigiendo las películas de Aquaman, Wan no puede dejar atrás sus orígenes, y sus gustos. Si la primera cinta de Jason Momoa ya era bastante oscura en colores y tonalidad, en la secuela el director se va a dejar llevar por sus instintos.
Pero, ¿cuáles son sus orígenes? James Wan nació en Malasia de padres chinos, pero a los siete años de edad se mudó a la ciudad de Perth en Australia, la que considera su hogar. Se podría decir que su carrera empezó alrededor de 2003 cuando, junto a su amigo Leigh Whannell, empezó a escribir el guion de lo que se acabaría convirtiendo en Saw, basado en sus propios miedos y pesadillas.
A pesar de que ambos intentaron que un gran estudio les comprase el guion, fue imposible, así que decidieron hacer la película por ellos mismos con un presupuesto de apenas 1.200.000 dólares, una cifra que consiguió multiplicar por decenas cuando Saw llegó a los cines, recaudando más de 103 millones de dólares en todo el mundo.
Tras este éxito abrumador, Lionsgate, la productora que distribuyó la película, dio luz verde a lo que sería la franquicia Saw, que actualmente tiene siete películas, y en la que Wan siempre ha trabajado como productor ejecutivo, exceptuando Saw III, en la que también fue co-guionista.
Sus siguientes dos trabajos, Silencio desde el mal y Sentencia de muerte, casi acaban con su carrera, pues ninguna de las dos películas, también de terror, consiguieron convencer a la crítica o al público. Y entonces en 2010 llegó Insidious, la vuelta a los orígenes de Wan con una película de terror de bajo presupuesto que le impulsó de nuevo a los primeros puestos de la taquilla mundial.
Tras esto, en 2013 llegó el comienzo de su otra gran franquicia cinematográfica, Expediente Warren, la cual consiguió recaudar más de 319 millones de dólares en todo el mundo y que actualmente tiene ocho películas en su haber, entre ellos varios spin-offs centrados en personajes como la muñeca Annabelle.
Pero si hubo un año clave en la carrera de Wan, ese fue 2014, cuando le ofrecieron dirigir la séptima película de Fast and Furious, dando su salto definitivo al cine mainstream y a los grandes presupuestos, aunque siempre ha estado encima de las franquicias que ayudó a crear como productor ejecutivo.
En 2018 llega su gran éxito con el estreno de Aquaman, la cual consiguió recaudar en taquilla más de 1.148 millones de dólares, y de la que ahora mismo está rodando su secuela, la cual va a prometes que se va a acercar más a su cine de terror.
No obstante, antes de embarcarse en este proyecto megalómano, Wan volvió a sus raíces y tuvo la oportunidad de rodar Maligno, su nueva película de terror con un presupuesto reducido que se estrenará en los cines el próximo 3 de septiembre.
Aún no han llegado las críticas de Maligno, así que es imposible saber si se mantendrá a la altura de franquicias como Insidious o Expediente Warren, aunque el tráiler ya deja entrever que se van a mantener las fórmulas habituales del cine de James Wan: una atmósfera opresiva gracias al uso de la música y la iluminación, algún susto de impacto y un lore muy trabajado tras sus amenazas.
El propio James Wan se encarga del guión de la película, que está protagonizada por Annabelle Wallis, toda una veterana del género del terror. Ya la vimos en la película Annabelle o en la mucho más discreta La momia. ¿Cosecharán juntos un nuevo éxito del cine de miedo?
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