Nintendo es de sobra conocida por inventar toda clase de artilugios y periféricos que conviertan nuestras consolas de videojuegos en cacharros propios del inspector Gadget. Quizás esa tendencia ha caído en desuso (al fin y al cabo, los móviles ya tienen todo lo que uno pudiera necesitar), pero en los ochenta y noventa, eran la norma.
En concreto, Game Boy, que fue la referencia en consolas portátiles durante toda una década, sufrió toda clase de transformaciones. Algunas, como la Game Boy Camera, son más conocidas... y más lógicas, además de futuristas: se adelantó diez años a la moda del "selfie".
Sin embargo, el apartado del que os hablamos aquí no tiene comparación posible. Su nombre, Game Boy Pocket Sonar, no da lugar a errores. Es, en efecto un sónar, que se conecta en la ranura de los cartuchos y flota en el agua gracias a una esponja. Es capaz de detectar peces que se encuentren hasta a 20 metros de profundidad.
La verdad, no sabemos si funcionaba muy bien, y va a ser difícil encontrar a alguien que nos lo cuente, pues este aparato, creado por Bandai, no salió de Japón. Y es que el país del sol naciente es muy aficionado a la pesca en particular, pero sobre todo a la pesca como deporte (lo que también ha dado lugar a innumerables simuladores de pesca, de los cuales solo nos llegan unos pocos).
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Game Boy Pocket Sonar salió en 1998, e incluía una enciclopedia de peces, con la silueta de los ejemplares representados en detallados sprites, y minijuego de pesca para ayudarnos a atrapar el pez... o entretenernos hasta que piquen. Solo es compatible con el modelo original de Game Boy.
La organización Guiness World Records le ha concebido el honor de ser el primero periférico basado en sónar de la historia. ¿Pero ha habido más? Al menos, uno más: el mismo aparato, pero para la consola portátil de Bandai, Wonderswan.
Si habéis picado en el anzuelo de la curiosidad, en este vídeo podéis ver en detalle cómo funcionaba.
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