Desde que Disney adquirió Lucasfilm de manos de George Lucas en 2012, las decisiones creativas en torno a la franquicia de Star Wars han sido, cuanto menos, controvertidas. La manera en que Lucasfilm se deshizo de un plumazo de todo el Universo Expandido de Star Wars para tener un "lienzo en blanco" para escribir sus propias historias fue un golpe en la cara para miles de fans, y desde luego ha afectado a cómo muchos han percibido todas las producciones de Star Wars bajo el manto de la Casa del Ratón.
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Si bien la franquicia de Star Wars ha ganado miles de millones de dólares en estos últimos años con películas como Star Wars episodio VII: El despertar de la Fuerza y ha sido aclamada por películas como Rogue One: Una historia de Star Wars, no se puede perder de vista el pinchazo que supuso Han Solo: Una historia de Star Wars y lo divisiva que ha resultado entre los fans la película de Star Wars episodio VIII: Los últimos Jedi.
Como hemos notado, el rumbo de la franquicia ha comenzado a cambiar, y se pretende saturar menos la gran pantalla, apostando por contenidos para Disney+. Aún así, en una reciente entrevista con el New York Times, Bob Iger, el actual CEO de Disney, ha admitido que probablemente se les fuera de las manos el ritmo de lanzamiento de contenidos de Star Wars, especialmente haciendo alusión al estreno anual de películas de la saga.
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Si las series de Star Wars para Disney+ mantienen un buen estándar de calidad, es posible que el cambio de rumbo con la franquicia le venga bien, claro que las miradas están fijadas de forma temerosa y ansiosa a la vez en las dos trilogías que hay en el horno.