Si habéis visto ya Star Wars: El Despertar de la Fuerza, entonces estáis a salvo de SPOILERS y este artículo seguramente os molará tanto como en el que Raquel Hernández nos habla de la charla de BB-8 y R2-D2. Pero si aún no habéis visto la película os diremos, con un periódico enrollado en la mano: "¡Fuera bicho, ésto no es para tí!"
Y es que en una entrevista concedida a IGN, J.J. Abrams, el director de la cinta, ha hablado sobre el principal antagonista de este Episodio VII, Kylo Ren (Adam Driver) y de su particular visión y admiración por su precursor como villano, Darth Vader. Por tanto, por última vez, si no habéis visto la película aún y queréis ahorraros SPOILERS, no sigáis leyendo. Nos lo agradeceréis.
Y ahora, los SPOILERS después de esta imagen.
Como bien sabréis, si habéis llegado hasta aquí, el verdadero nombre de Kylo Ren es Ben Solo, y es el hijo de Leia Organa y Han Solo. En un momento determinado, Ben fue seducido por el Lado Oscuro de la Fuerza, convirtiéndose en el caballero de Ren más aventajado del Líder Supremo Snoke. ¿Pero por qué esa obsesión con su abuelo, Darth Vader en Star Wars El Despertar de la Fuerza? Abrams lo aclara en los siguientes términos:
"Kylo Ren idealiza a Darth Vader, no a Anakin Skywalker. Adora lo que Darth Vader representa y lo que Vader trataba de hacer. Y la idea de que Vader no lo consiguió, si atiendes al punto de vista de Ren, fue porque fue seducido por el enemigo y falló por eso. Así que su idea es completar lo que Vader comenzó". Paralelamente, J.J. Abrams también explica por qué esta fascinación y seducción.
"Un increíble poder, una increíble fuerza y un increíble potencial que, como mucha gente joven, es mal conducida y poco clara. La historia de éste es la de un conflicto. Pero no es un conflicto interno, sino externo. Y es lo que le hace un villano tan interesante".
Y ahora, decidnos, los que hayáis visto la película ya. ¿Os quedan más claras las motivaciones de este villano o necesitáis aún un segundo visionado? Nosotros desde luego, nos vamos a acoger a esta excusa (o a cualquier otra que se nos ocurra) para volver a escaparnos al cine.