Por qué El caballero oscuro me parece mejor que The Batman

En pleno siglo XXI seguimos volviendo la mirada de forma recurrente a los personajes que nos han ido sorbiendo el seso. Son más habituales que nunca los reboots, remakes, spin-offs, retellings y cada vez que aparece uno nuevo parece "barrer" todo lo anterior. Recién estrenada The Batman saltaron las primeras comparativas y fueron Trending Topic Nolan, Bale, Joker... 

Se nos olvida, con tremenda facilidad, que cada obra es hija de su tiempo y que, por lo general, compararlas no solo es injusto sino hasta inapropiado porque, entre otras cosas, los géneros cinematográficos han evolucionado muchísimo con el paso del tiempo.

¿Era acaso lo mismo filmar una película de superhéroes en 1995 que ahora en 2022? Que se lo pregunten al Enigma de Jim Carrey y su aproximación al personaje desde la comedia y a Paul Dano, cuyo enfoque ha sido muy distinto y acorde a los miedos que afloran en nuestra sociedad.

Entre un personaje y otro median 27 años de distancia, en los que se produjo un enorme cambio auspiciado por Christopher Nolan: su trilogía de El caballero oscuro.

Me atrevo a afirmar que sin el Batman de Nolan, el de Matt Reeves no habría visto nunca la luz. The Batman es una deudora directa tanto de aquellas películas, y especialmente de El caballero oscuro, como del Joker de Todd Phillips. Pero ojo, que también Batfleck ha tenido su influencia en la película, sobre todo en el tramo final en el que el héroe comprende su papel como salvador de Gotham.

Lo que hizo Nolan, en cualquier caso, fue revolucionar el género entregando no tanto una versión ultrafiel a los cómics sino más bien un thriller policiaco creíble con ecos del cine de Michael Mann. 

Hizo algo nuevo y puso una pica en Flandes cerrando muchas bocas. Dignificó un género hasta ese momento denostado o considerado menor dejando constancia de que con pasión y cuidando la producción al milímetro se podía hacer una película de altos vuelos y sobre todo nos puso los pelos de punta con una historia bien actualizada cuyos ecos en la realidad del momento daban escalofríos.

Y todo eso sin renunciar al ADN de los personajes del cómic: mostraba la eterna lucha entre la ley y el crimen, con policías, jueces, fiscales y mafiosos de todo tipo colisionando. Gotham dejaba de ser un lugar fantástico para convertirse en una ciudad reconocible y asimilable a Nueva York y por ello era también tan cercana y aterradora.

Ahora, los académicos se han planteado la muy cuestionable idea de premiar la película más popular (Twitter mediante) pero El caballero oscuro se alzó con ocho nominaciones en los Oscar... extrañamente ninguno en las "categorías mayores", como se suelen denominar las de mejor película, dirección y actor principal. 

Se hizo con dos estatuillas: edición de sonido y el Oscar póstumo para Heath Ledger, entregado en uno de los momentos más emotivos de cuantos se recuerdan en una gala de estos premios. Diseño de producción, efectos visuales y maquillaje recayó en El curioso caso de Benjamin Button y fotografía, montaje y mezcla de sonido en Slumdog Millonaire.

A día de hoy, cuando parece haber algo menos de miedo a la hora de reivindicar el género de los superhéroes, la fantasía o la ciencia-ficción estamos a medio camino de un cambio de paradigma. Veremos hacia dónde nos conduce.

El caballero oscuro además supo indagar muy bien en las dos percepciones de Bruce Wayne: la pública, en la que se mostraba como un playboy y la privada, lejos de de frivolidades y con objetivos claros, algo que The Batman no ha querido explorar. Se ha quedado solo con la segunda faceta del personaje.

Y ojo a la pléyade de estrellas de las que estaba rodeado Christian Bale: el insuperable Gary Oldman como el comisario Gordon, el Alfred de Michael Caine y Morgan Freeman como Lucius Fox.

La sombra del Batman de Nolan ha sido muy alargada e incluso ha traspasado la barrera de los géneros... hemos hablado durante años de películas en las que ha influido de forma directa e incluso de algunas que parecen no haberla superado en absoluto.

Hasta se ha abusado de su tono crepuscular, al punto de que se empezaron a pedir a gritos películas del sello DC más coloristas y menos realistas... de este deseo nacerían películas más gamberras y despreocupadas como Aquaman o Escuadrón Suicida. Pero volvamos al tema que nos ocupa: los enfoques del Batman de Nolan y el de Reeves.

Estamos comparando dos películas muy distintas: El caballero oscuro fue la segunda entrega de la trilogía y llegaba a un universo ya asentado en Batman Begins, una cinta celebrada y premiada a la que se añadió la magnífica interpretación de Heath Ledger en el rol del gran villano para Batman, su némesis espiritual. Batman es el orden y el payaso, el caos. 

Algo parecido está en la esencia de The Batman: hay un personaje, Enigma, que pone en jaque al hierático Pattinson y que le remueve su pasado pero, a pesar de que Paul Dano realiza un ejercicio interpretativo espectacular, no consigue llegar al nivel de Ledger, tan distinto a cualquier otra encarnación previa e inconmensurable.

Pero en realidad, es que todo está por hacer... Tampoco Nolan abrió fuego con el gran villano para el Hombre Murciélago... y necesitó narrar sus orígenes, algo de lo que Reeves prescinde por motivos obvios como el manoseado asesinato de los padres de Bruce Wayne o el ridículo "momento Martha". 

Muchos de nuestros lectores nos preguntabais a David Lorao y a mí en redes sociales si tendríamos que ver de nuevo las perlas rodando por los suelos. Lo que parecía necesario en 2005 para asentar las bases de la construcción del protagonista, ahora ya sería pura repetición y no tendría ninguna razón de ser.

Todo en El caballero oscuro es sobresaliente: el guión, la puesta en escena, el guión, el diseño de producción, el repartazo y secuencias inolvidables. La experiencia cinematográfica de 2008 a día de hoy no ha envejecido ni un solo segundo. Veremos si The Batman, de Matt Reeves, consigue superar así el paso del tiempo. Podremos juzgarlo a la vuelta de unos años.

Dicho todo lo anterior y aunque considere queEl caballero oscuro es una película superior a The Batman, creo que es justo decir que no es incompatible disfrutar de todas y cada una de las versiones que ha habido del personaje, con sus defectos y sus virtudes. 

A fin de cuentas, como decía al comienzo, seguimos reinterpretándolo y consumiéndolo con fruición porque nos fascina. Sus principios morales, la teatralidad de su puesta en escena, su vulnerabilidad tan reconocible en nosotros mismos y su capacidad de entrega a una causa perdida pero que es su razón de ser: esa Gotham podrida de corrupción, son los leit motiv que alimentan nuestro interés.

¡Larga vida a todos Batmans que nos ha dado el cine y la televisión! Que no caiga ninguno en el olvido: ya sea con capa o sin ella, con orejas cortas o largas, trajes tácticos o clásicos. La cuestión es que