"¡Vengadores, reuníos!" Si sois habituales de los cómics, sabréis que este es el grito de batalla de Los Vengadores, el mayor supergrupo de Marvel Comics. Y aunque, curiosamente, no hemos escuchado este llamamiento a las armas todavía en cine, hay muchas papeletas para que, finalmente, veamos cómo alguien lo grita durante la próxima Vengadores: Endgame, la cuarta película del grupo.
¡Un momento! ¿Hemos dicho cuarta película? Así es, amigos. Si no contamos Capitán América: Civil War (que muchos consideran Vengadores 2.5) Endgame será la culminación del proyecto de Marvel Studios y Kevin Feige para adaptar los principios del cómic a la Gran Pantalla y conseguir algo tan difícil en 2010, y que ahora nos parece tan sencillo, como hacer una película coral de superhéroes.
Ya se habían dado casos como los X-men de Bryan Singer, en donde al final el protagonismo recaía únicamente en Lobezno (Hugh Jackman) y Tormenta (Hale Berry). Pero fue Los Vengadores la que integró un montaje y un guió en el que el estrellato se compartía de forma más equilibrada entre los personajes protagonistas.
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La clave para conseguirlo fue entregarle el proyecto a un director bastante conocedor del material original, que estaba familiarizado con el lenguaje de los cómics y la idiosincrasia de Marvel Comics en particular: Joss Whedon. Whedon, un director con muchos claroscuros y contrastes positivos y negativos, logró brindarnos una película en la que los héroes se acababan convirtiendo en un equipo coordinado, que luchaban contra un enemigo común: Loki, el villano de Thor (2011).
Ahora, a las puertas del estreno de Endgame, vamos a analizar en retrospectiva el peso deLos Vengadores (2012), que fue, sin duda algunas, la película clave del Universo Cinematográfico de Marvel, vertebrando en lo sucesivo su forma de trabajar y de interconectar las películas de superhéroes entre sí.
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