Avance de Far Cry 6 después de un extenso gameplay en la isla de Yara, en que conocemos a Dani Rojas, al dictador Antón Castillo y a los miembros de la guerrilla Libertad.
Podríamos empezar nuestro avance de Far Cry 6 hablando de la isla de Yara, del dictador Antón Castillo o de nuestro protagonista, Dani Rojas. Pero me voy a permitir una licencia. Os voy a presentar a la auténtica estrella del juego, al menos en las primeras horas. Se llama Chicharrón... y es un gallo de pelea.
Llamarle gallo de pelea a lo mejor se queda un poco corto. Chicharrón es el mal encarnado, es un arma de destrucción masiva. No os dejéis engañar por sus plumas de colores y sus andares un poco torpes.
Hemos visto al gallo enfrentarse a las tropas gubernamentales yaranas, destruir muros, ahuyentar a vendedores ambulantes y acabar con una jauría de rottweiler como si nada.
Si me permitís un consejo, poca broma con Chicharrón. Por suerte, está de nuestro lado. Después de cumplir una cadena de misiones secundarias de Far Cry 6, Chicharrón se convertirá en uno de nuestros amigos, mascotas como el cocodrilo Guapo o el adorable teckel Chorizo, que nos acompañan en este "sandbox".
Sí, si, hemos dicho "sandbox" en lugar de "aventura de mundo abierto". El motivo es sencillo; Far Cry 6 no sólo se desarrolla en una enorme isla del Caribe que podemos recorrer con libertad.
En este caso, la sensación de que es un campo de juegos, de que podemos hacer lo que queramos en el momento en que queramos, es completa. Es una seña de identidad de la saga.
Yara, un mundo abierto camino de la libertad
Después de visitar Isla Santuario y una pequeña parte de Yara, más o menos el 10% de la historia. tenemos anécdotas para dar y tomar. Una cosa es tener que liderar la revolución en esta dictadura, inspirada en Cuba, y otra muy diferente es que no nos podamos divertir mientras tanto.
Así que abrochaos los cinturones, porque lo que nos espera es una montaña rusa que combina acción, drama, humor y situaciones bastante locas.
Nos gustaría contar todo lo que hemos experimentado en estas primeras horas de juego, pero nos vamos a quedar con un par de misiones que "elevan el nivel". En la primera de ellas Dani Rojas (cuyo sexo podemos escoger al comienzo del juego) debía acabar con una plantación de Viviro.
¿Qué es el Viviro? Buena pregunta. Para el gobierno de Yara es un tratamiento efectivo contra el cáncer, que se cultiva en los campos de tabaco de la isla. Pero la verdad es que se trata de una sustancia peligrosa, que acaba poco a poco con todos los campesinos que trabajan en su recolección.
Como miembros de la guerrilla Libertad, tenemos que acabar con este sistema de opresión de Antón Castillo.
Y podemos hacerlo como queramos. Habrá quienes prefieran atacar desde una distancia segura y volar por los aires los depósitos de fertilizante que rodean la instalación. Quizá otros prefieran infiltrarse, sortear a los centinelas y colocar explosivos en las instalaciones. Pero nosotros hemos ido a lo bruto.
Y apostamos a que hay pocas cosas tan satisfactorias en Far Cry 6 como armarnos con un lanzallamas (que hemos construido previamente en un banco de trabajo) y reducir la plantación a cenizas al ritmo de la canción Bella Chao. A lo mejor debemos hacernos mirar esta fijación con ver cosas ardiendo.
La otra misión que queremos reseñar es un asalto a un barco del ejército de Yara, en que se están trasladando prisioneros. Es un objetivo mucho más serio, que comienza con técnicas de infiltración, con un machete para acabar con los enemigos sin hacer ruido.
Pero pronto se nos va de las manos, y acaba en una espectacular batalla aérea. Así de imprevisible ha sido esta toma de contacto con el juego.
El villano Antón Castillo
Después de 5 horas de gameplay, nos queda mucho por contar. Ya habrá tiempo para profundizar en las mecánicas de resolver (es decir, de fabricar y mejorar armas en los bancos de trabajo) o en la cantidad de secundarios que rodean a Dani en esta misión; miembros de las diferentes facciones de la guerrilla.
También podremos explicar el comportamiento de los vehículos (desde aviones o helicópteros de combate a caballos y coches clásicos -porque el parque móvil de Yara se ha "congelado en el tiempo" durante los últimos 47 años-). Pero antes de entrar en más detalle, nos queremos quedar con otro aspecto único.
Cuando Far Cry 6 se mostró por vez primera, el tráiler estaba centrado en el villano Antón Castillo (interpretado por Giancarlo Espósito) y su hijo Diego, de 13 años. Los villanos han tenido un papel muy relevante en anteriores entregas de la saga, ¿no recordáis a Pagan Min de Far Cry 4, a Joseph Seed de la quinta entrega o a Vaas Montenegro?
Pero en este caso, la relación padre hijo añade una serie de matices muy interesantes. Ya en el comienzo del juego tenemos la posibilidad de ver cómo actúan ambos; las dos caras de una misma moneda, y estamos seguros de que sus apariciones se van a convertir en alguno de nuestros momentos favoritos.
Impresiones de juego
Definitivamente, Far Cry 6 se mantiene fiel a los pilares de la saga. La isla de Yara es un territorio perfecto para poner a prueba las habilidades de Dani Rojas (y el resto de miembros de la guerrilla Libertad). La ambientación, inspirada en Cuba está muy cuidada, y pese al dramatismo de algunas situaciones, no le falta sentido del humor.
Técnicamente no podemos valorar cómo ha mejorado el juego, ya que se trataba de una partida por streaming, con las limitaciones propias de la plataforma, pero la dirección artística y el retrato de los personajes sí nos han gustado. Y el diseño de las misiones, sin ser revolucionario, si parece suficientemente variado para sumergirnos en otro juego enorme.
El videojuego más caro de la historia
Todo el caos que se desata cuando jugamos en solitario, se multiplica en el modo cooperativo para dos jugadores. Pero, ¿sabéis qué es lo mejor? Que Far Cry 6 es el único juego en que podemos adoptar a Chicharrón, uno de los animales con peor humor (y más graciosos) que nos han acompañado nunca en un videojuego.
Far Cry 6 llegará a PS4, PS5, Xbox One, Series X y PC el próximo 7 de octubre, al grito de Viva la revolución.
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