Si hablamos de Disney y toda su extensa filmografía normalmente se nos viene a la cabeza los grandes clásicos, en especial de animación, como pueden ser Blancanieves o La Bella y la Bestia, pero entre todos sus títulos hay algunos que han pasado desapercibidos, injustamente, que ahora podemos descubrir gracias a la biblioteca disponible en la plataforma de Disney +.
Si eres fan de la filmografía de Disney, sabrás que había dos cosas que obsesionaban al creador, una de ellas la inclusión de música original en todas sus películas, convirtiendo a muchas de ellas en musicales, y otra que nunca consiguió pulir del todo que era la mezcla de animación con actores reales, técnica que intentó en muchas de sus cintas, algunas tan conocidas como Mary Poppins, otras despreciadas en la actualidad por su contenido racista como Canción del sur, y otras más desconocidas como Pedro y el dragón Elliot.
Una película puramente Disney
Aunque puede que sea uno de los títulos más desconocidos de la factoría Disney, Pedro y el dragón Elliot contiene todas las características principales de una gran película del estudio, es un musical, con canciones originales, une la animación con los actores reales, y tiene una bonita moraleja representada por un niño huérfano y su amigo dragón.
En el momento de su estreno fue todo un éxito para la crítica y aunque el público respondió bien tanto en Estados Unidos como Canadá, llegando a recaudar más de 16 millones de dólares, el estudio consideró que no fue suficiente, ya que esperaban un éxito a los Mary Poppins, y quizá esa es una de las razones por la que este título es uno de los más olvidados.
La historia es sencilla, Pedro es un niño huérfano que vive con una familia que le maltrata y decide escaparse ayudado por su dragón Elliot capaz de hacerse invisible a su antojo. En su búsqueda de un nuevo hogar llega a Passamaquoddy, un pueblo costero donde conoce a Nora, interpretada por la cantante Helen Reddy, icono del feminismo que falleció este año 2020, y a su padre farero, interpretado por un Mickey Rooney ya mayor, los cuales le acogen y le ayudan para que el pueblo de supesticiosos le admitan a él y a su dragón.
En el apartado de los villanos nos encontramos tanto a la familia que pretenden recuperar al niño para tenerlo bajo sus órdenes en una granja como a un ambicioso "doctor" que quiere capturar al dragón para despedazarlo y utilizarlo para sus pócimas supuestamente milagrosas. Dos antagonistas que sirven para hacer un alegato sobre la infancia, la libertad y la protección de la naturaleza. Todo ello aderezado con canciones, que si bien no son tan pegadizas como las de otras producciones de Disney, se quedarán rondando en tu cabeza por los menos un par de días.
Como curiosidad, esta película contó con Don Bluth como director de animación, conocido por haber dejado la factoría Disney para montar su propio estudio del cual salieron películas como Todos los perros van al cielo o las aventuras del ratón Fivel. De hecho, tanto él como el resto de animadores trabajó tan duro en la creación del dragón Elliot que le pidieron a Disney que les pagase las horas extras.
Para no hacerlo, el estudio llegó a un acuerdo por el que cada hora de trabajo extra se convertiría en una hora de vacaciones. Al final de la producción los tres animadores principales, entre los que se encontraba Bluth, habían acumulado seis semanas libres, las cuales gastaron trabajando en secreto en el proyecto debut de su estudio de animación, el corto Bajo, el gato vagabundo.
Un remake diferente pero a la altura de la original
Sí, al igual que muchas otras películas de Disney, Pedro y el dragón Elliot también ha tenido su remake de acción real, que esta vez se llamaba Peter y el dragón, y que esta muy por encima de los otros muchos remakes de Disney, principalmente porque es una película diferente.
La cinta de David Lowery, conocido por su faceta en el cine indie y con el que Disney ha vuelto a contar para su remake en acción real de Peter Pan, coge los principales elementos de la película original, es decir un niño huérfano con un dragón que le cuida y le protege y una familia que lo acoge, pero lo traslada al siglo XXI con una preciosa historia de amistad y respeto por la naturaleza a la que no le hace falta números musicales para emocionar.
En esta ocasión el dragón no es de dibujos, sino que está hecho con CGI y es espectacular, ya que su piel se mimetiza perfectamente con el bosque en el que vive, además no hay faro, ni pueblo junto al mar, ni una mujer solitaria que vive a expensas de su padre alcohólico. La banda sonora cuenta con nombres como el de Leonard Cohen, The Lumineers y la cantante St. Vincent y aunque se nota que es una película del gran estudio del Ratón Mickey, no pierde en ningún momento ese halo de cine independiente tan característico de Lowery que le da un toque todavía más especial.
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