¡Ya es 2019! Crítica de Akira, la película de Katsuhiro Otomo

Ya es 2019, año en el que tenía lugar Akira, el archiconocido anime. ¿Qué tal si refrescamos su crítica? Como bien sabréis es la versión cinematográfica del manga original creado por Katsuhiro Otomo que estuvo activo desde diciembre de 1982 hasta junio de 1990. Estrenada en julio de 1988, el filme llegó dos años antes del desenlace del manga, por lo que algunas cosas que se quedan en el aire, invitándonos a leer la obra original para poder comprenderlo todo.

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Dirigida por el propio Otomo, Akira estuvo animada por Tokyo Movie Shinsha y producida por Ryōhei Suzuki y Shunzō Katō, mientras que Tsutomu Ōhashi fue el encargado de componer la banda sonora. Sólo en Japón logró recaudar más de setecientos millones de yenes.

Su argumento nos cuenta que, en la Neo-Tokio del año 2019, el poder del Gobierno sobre los ciudadanos es excesivo, hasta el punto de que incluso se realizan experimentos a unos niños con poderes psíquicos dándoles todo tipo de fármacos. Esto se hace con el objetivo de potenciar su don y que les proporcionen predicciones. Dichas profecías se usan para que los altos cargos puedan mantener la paz entre los habitantes del lugar.

Por otro lado, los jóvenes Tetsuo y Kaneda son dos chicos que forman parte de un grupo de moteros de nombre The Capsules que pasan los días retando a muerte a una banda rival, The Clowns. Durante uno de estos duelos, Tetsuo sufre un accidente por culpa de un niño con aspecto de anciano. Desde ese instante, el muchacho no vuelve a ser el de siempre. Con el paso del tiempo, el Gobierno pone su ojo en él.

¿Quién o qué es Akira?

Antes de empezar con este pequeño repaso, tenemos que admitir que Akira no es una película que con un único visionado sea suficiente para entender todo lo que ofrece el universo de Neo-Tokio. Apuntado esto, apuntamos que este proyecto, aunque tenga unos protagonistas claros, es una obra coral en la que varios personajes nos van mostrando todo lo que se cuece en todo momento. Desde las revueltas a pie de calle hasta los experimentos más crueles y sórdidos llevados a cabo por los altos cargos de la sociedad. Esto, que puede parecer un punto clave para entenderlo todo, a veces puede resultar confuso, pues de repente se cambia de un escenario a otro dejándonos a medias o asimilando lo que nos había ofrecido la secuencia anterior.

Y es que el montaje de Akira, con claras alusiones al estilo ciberpunk, es bastante confuso en ocasiones, pues se abusa en exceso de los fundidos a negro y de los cortes bruscos para continuar contando una trama que, seamos sinceros, peca de lenta durante los primeros minutos. A partir de determinado instante, la cinta posee un ritmo trepidante en el que el espectador sólo busca saber más y más hasta que se llega al enrevesado y más que comentado final. Un final impactante que provoca muchas dudas en aquellos que no han leído el manga original (¿Por qué Tetsuo ha sido "escogido"? ¿Qué hay detrás de Akira y los otros niños?) y que invita a más de un visionado, tal y como hemos apuntado en un principio.

Al ser una película de anime de algo más de dos horas de duración en la que se nos presentan varios escenarios los personajes no poseen un desarrollo tan minucioso. Los únicos que parecen evolucionar tanto en carácter como en objetivos son los dos protagonistas, Kaneda y Tetsuo. El resto parece que aparece para hacer su función y ya está, no nos cuentan su propia historia ni por qué hacen lo que hacen. Un ejemplo de ello es Kay, quien de la noche a la mañana comienza a sentir "algo más" por Kaneda, además de tener un vínculo muy fuerte con ciertos pequeños con poderes. Un vínculo del que sólo se hace una breve mención y al que no se le da la más mínima importancia cuando, sabiendo el misterio que hay con respecto a ese tema, se debería explicar un poco más.

En cuanto a la animación de Akira, esta es soberbia, en especial aquellas secuencias en las que podemos ver Neo-Tokio en todo su esplendor. Una ciudad que a simple vista parece majestuosa y bien preparada para el futuro, pero que si nos acercamos un poco más comprobamos que es todo lo contrario, un nido de violencia, fanatismo religioso y corrupción entre muchas otras cosas. Esto es gracias a un laborioso trabajo tanto en el diseño como en la propia animación. Tampoco nos olvidamos de lo bien que quedan tanto las motos como otros vehículos en pantalla, lo que aporta movimiento y espectacularidad en algunos instantes. Asimismo, la fluidez de algunas secuencias nos deja con la boca abierta.

La banda sonora aporta melodías de percusión con los sonidos propios de una bulliciosa ciudad. Durante el desarrollo de la historia también hay lugar para los silencios, un recurso que da mucha más importancia a lo que está en pantalla y que nos hace estar mucho más pendientes de lo que está ocurriendo. No obstante, también encontramos temas con mucha percusión y coros que engrandecen aún más este apartado.

En lo que respecta al doblaje en castellano, Akira ha sido doblado en tres ocasiones (1992, 2002 y 2004), siendo alguna más polémica que otra. La primera versión en castellano, que además se estrenó en cine, está extraída de la versión estadounidense, por lo que no es todo lo fiel que debería ser al contenido original; el segundo doblaje sí contó con una traducción del japonés, aunque unos errores de sincronización y algún que otro error hicieron que dos años más tarde se decidiera a redoblar la película para que, además, fuera lo más fiel posible al a versión original. La distribuidora Selecta Visión, en mayo de 2014, lanzó al mercado la edición 25 aniversario de la película que incluye la cinta en DVD y Blu-ray, además de la BSO y un libreto especial. Como os mostramos hace poco, también se ha lanzado en 2018 una edición 30 aniversario plagada de extras.

Esta es una gran película, pero todavía nos quedan muchas otras por disfrutar en nuestro ciclo de clásicos del anime. No dejéis de visitarlo, amigos otakus. Y recordad que en 2019 también tenía lugar la acción de Blade Runner...