Análisis de Danger Zone 2 para PS4, Xbox One y PC

Los fans de la saga Burnout recordarán que algunos de sus principales responsables abandonaron Criterion para formar Three Fields Entertainment después de ver cómo Electronic Arts convertía a la desarrolladora en una compañía de apoyo para otros títulos. Pues bien, Danger Zone 2 es un título desarrollado precisamente por Three Fields Entertainment con el objetivo de traer de vuelta la locura que ofrecían los títulos de Burnout en su modo Crash, aquel en el que había que causar grandes accidentes de tráfico. ¿El resultado? Os lo contamos en nuestro análisis de Danger Zone 2.

Precaución, amigo conductor

Como decimos, Danger Zone 2 es un título que pretende recuperar la esencia del modo Crash de la saga Burnout, lo que puede resultar un acierto para algunos pero también una gran faena para otros. Y es que, el título peca de falta de variedad desde el principio. En Danger Zone 2 lo único que tenemos que hacer es conducir durante un pequeño tramo de carretera hasta llegar a una zona delimitada en la que tenemos que chocar contra otros vehículos para causar un gran accidente y sumar puntos a medida que más coches forman parte del caos que hemos generado.

Los volantes mejor valorados del mercado

Todos los elementos del modo Crash de Burnout están presentes en Danger Zone 2. Una vez que varios vehículos entran en el accidente, podemos hacer estallar nuestro coche para generar una mayor caos y moverlo en el aire para llegar hasta los bonificadores que hay repartidos por el área del accidente de tráfico. Aunque también hay alguna pequeña novedad.

Ponte el cinturón, protege tu vida

Como ya hemos adelantado, antes de llegar al accidente de Danger Zone 2 hay tramos de conducción, que no suelen ser muy largos, y en ellos se nos propone superar determinados desafíos. Estos desafíos pueden ser, por ejemplo, chocar un numero determinado de taxis durante el camino, embestir a todas las caravanas que veamos, gastar el depósito de turbo (cuando conducimos un coche deportivo)...

Estos retos aportan algo más de variedad e interés a cada una de las 32 fases de Danger Zone 2, aunque eso no impide que siga resultando un juego corto y tedioso en su mayor parte. Y es que, estamos ante un título de corte mucho menor que lo que era Burnout, por lo que no esperéis disputar largas carreras a toda velocidad o piques contra otros coches para ver cuál sale antes de la carretera.

Danger Zone 2 es un título simple, que se puede superar en un par de tardes sin problema. 32 niveles (29 principales y 3 pruebas contrarreloj adicionales) inspirados en localidades reales que se van desbloqueando uno a uno según superamos la prueba anterior. Para completar estas pruebas, disponemos de 8 vehículos controlables, aunque no se puede seleccionar con cuál competir en cada prueba, incluidos coches, taxis, camiones o bólidos de Fórmula 1. Es divertido conducir cada uno de los vehículos con su estilo arcade y sus propias características (unos tienen turbo, otros son más resistentes, etc), pero, de nuevo, la corta duración de los niveles hacen que nos quedemos con ganas de más.

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Danger Zone 2 (7 imágenes)

Me domina la autopista

En lo visual, Danger Zone 2 sí que deja mejor sabor de boca. Sin ser un portento gráfico, el título cuenta con unos efectos muy vistosos que hacen que sintamos la velocidad en los momentos de conducción y que se nos llene el cuerpo de adrenalina cuando llega la hora de los choques y las explosiones. Además, Three Fields Entertainment ha conseguido que Danger Zone 2 no sufra caídas de frames al mostrar accidentes de más de 100 vehículos aunque, eso sí, la tasa de imágenes por segundo del título es de 30fps en las plataformas estándar (aumenta en PC y Xbox One X), por lo que era difícil que sufriera caídas.

Por desgracia, no podemos hablar igual de bien de otros apartados técnicos de Danger Zone 2. Para empezar, lo primero que llama la atención de manera negativa es que el título carece por completo de música, lo que hace que se vuelva repetitivo mucho antes de lo que nos gustaría. Y para colmo, la interfaz, cuenta con unas letras minúsculas que hacen que nos tengamos que levantar de asiento para acercarnos a la pantalla antes de cada fase con el objetivo de saber cuál es el desafío que nos propone en el tramo de conducción. Por supuesto, Danger Zone 2 nos llega en perfecto inglés, aunque es cierto que no requiere leer demasiado ni tener un gran nivel del idioma para comprender lo que hay que hacer.

Teniendo en cuenta que estamos ante un título que ronda los 20 € y que podemos hacernos con Burnout Paradise Remastered en PS4 y Xbox One, no encontramos demasiado motivos que incentiven la compra de Danger Zone 2 más allá de rememorar las caóticas fases del modo Crash de Burnout. Si os hacéis con él, miradlo como lo que es: un juego corto para pasar los ratos muertos con un poco de velocidad y un mucho de destrucción. Esperemos que Dangerous Driving, el auténtico sucesor espiritual de Burnout que está desarrollando el mismo estudio que ha hecho Danger Zone 2, consiga mejores resultados.