Análisis de Destiny 2: Bastión de Sombras; vuelve Bungie

Cuando Bungie anunció que se separaba de Activision, surgieron muchas dudas alrededor de la compañía y de lo que podría hacer Bungie volando en solitario por primera vez en unos 20 años, cuando fue adquirido por Microsoft para hacer Halo. Esa ''liberación'' se ha traducido en una nueva expansión, Bastión de sombras, y un modo ''Nueva Luz'' que no es más que un free to play de Destiny 2.

La nueva expansión ya está entre nosotros, y tras completar la campaña y explorar el endgame a fondo, os traemos nuestro análisis de Destiny 2 Bastión de sombras. Y es que, Bungie nos ha prometido una nueva campaña repleta de respuestas sobre uno de los personajes más enigmátivos del juego, Eris Morn, así como el regreso a una de las zonas más queridas por los jugadores, la Luna.

Antes de nada, hay que mencionar Nueva Luz

Antes de comenzar con el análisis de Bastión de Sombras, creo que es necesario, y justo, hacer mención a Nueva Luz. Con la llegada de Bastión de Sombras, Bungie aprovechó para lanzar el juego en formato ''free to play''.

Se trata de una forma de ''romper'' con Activision (el juego ya no está disponible en Battle.net, de hecho), y de introducir características de juegos como Apex Legends o Fortnite tanto en la versión gratuita como en Bastión de Sombras.

Nueva Luz es, en definitiva, una versión gratuita de Destiny 2 que incluye lo siguiente:

• El juego base y las dos primeras expansiones (La Maldición de Osiris y El Estratega).
• Crisol y Gambito.
• Dos de las mejores zonas: Ciudad Onírica y Costa Enredada.
• Sistema de patrullas.
• Primera misión de Bastión de Sombras.

Es mucho, muchísimo contenido si tenemos en cuenta que, sin pagar nada, tenemos la campaña de Destiny 2 (de la que os hablamos en nuestro análisis cuando el juego llegó al mercado) y el modo multijugador en sus principales modos. 

Si sois fans de Destiny, el grimorio en físico es de los mejores objetos que podéis comprar

Lo interesante es que Nueva Luz es un comienzo para todo tipo de jugadores, literalmente, ya que quiere que nos integremos en Destiny volviendo al Cosmódromo, a la primera misión de Destiny, el del 2014, cuando descubrimos qué era un guardián y cómo podíamos volver a tener ''Luz''.

Básicamente, es la primera misión de Destiny 1, la del E3 de presentación del juego, y lo cierto es que funciona bien como introducción a nuevos jugadores.

Nueva Luz es una manera genial de ''enganchar'' a jugadores que sentían curiosidad por Destiny, pero que no dieron el salto y que, tras probar el sistema de armaduras y armas, así como los diferentes modos, pueden querer más. Para eso, está Bastión de Sombras. Dicho esto, es el momento de continuar con el análisis de Destiny 2: Bastión de Sombras, que curiosamente no se despega demasiado de lo que muchos vivimos en el primer Destiny.

Volvemos a la Luna

Uno de los pilares de Bastión de Sombras es su historia es que, volvemos a la Luna. Reciclar mapas y enemigos es algo habitual en Destiny, y aunque aquí Bungie lo hace a conciencia, lo cierto es que no nos cansamos gracias al giro de tuerca que dan tanto a enemigos como a la propia campaña.

Eris Morn, una de las mejores guardianas, y única superviviente de su grupo tras una incursión, es la protagonista absoluta de esta nueva historia en la que los fantasmas de guardianes muertos, y no solo de guardianes, vuelven para atormentarnos. 

Sabíamos que, tras Destiny 1, la historia de Eris no había terminado. El final de Crota no fue tal y siempre nos quedamos con la sensación de ''¿es buena? ¿Es mala?'', y en esta expansión se ahonda - un poco - en la dualidad de Eris, sus motivaciones y problemas con otros guardianes, como Ikora. Es algo interesante, pero como la historia del juego en general, se queda a medias. Y eso también se expande al resto de la campaña.

Eris nos manda investigar una pirámide situada en la Luna, donde la Colmena ha ido haciéndose fuerte estos años que hemos estado peleando lejos de nuestro satélite. Con un nuevo poder han llegado ''nuevos enemigos'', versiones de pesadilla de enemigos conocidos que, además, tienen jefazos también de pesadilla, como algunos de los más fieros enemigos que derrotamos en el primer juego.

Es decir, no hay nuevos jefes y enemigos como tal, pero estas versiones de pesadilla nos lo pondrán difícil durante las cinco horas, aproximadamente, que dura la campaña. Es satisfactoria, no me parece que tenga un bajón en el ritmo y lo cierto es que los fans de Destiny, los que llevamos aquí desde el primero, disfrutamos debido a que nos da más de lo que queremos, en una localización que encanta a los usuarios, pero que presenta nuevas zonas con un diseño, como estamos acostumbrados en Destiny, espectacular.

En lo que a campaña se refiere, Bungie demuestra que sigue sabiendo crear buenos niveles (hay zonas a oscuras en angostos pasillos que son una auténtica delicia) y la primera misión es trepidante. Cierto que luego baja un pelín, pero también ocurrió tras el espectacular comienzo de Destiny 2. Ahora bien, la campaña, como ya sabéis, es solo una pequeña parte de lo que tiene que ofrecer Destiny, y teniendo en cuenta que la acabamos con nivel 850, aún falta mucho para conseguir el máximo de poder en esta expansión.

¿Novedades jugables? La más importante son los rematadores, una serie de movimientos especiales que nos permiten acabar fácilmente con enemigos que se encuentran al borde de la muerte. Cuando estemos cerca, solo tenemos que presionar RS para acabar con ellos. Si los combinamos con diferentes poderes, podemos conseguir munición o beneficios tanto para nosotros como para nuestra escuadra. Más allá de eso, tenemos las novedades de las temporadas y las nuevas armaduras.

Las temporadas, un sistema ''a lo Fortnite''

Destiny es un juego que se divide en temporadas, pero hasta ahora eran anuales. Con la llegada de Nueva Luz, y de Bastión de Sombras, esas temporadas son trimestrales y, de moemnto, estamos en la temporada de lo imperecedero.

Es un sistema que nos recuerda mucho a Fortnite, ya que el sistema de temporadas hace que usuarios con el pase de temporada ganen dos tipos de recompensas, mientras los que no tengan el pase también pueden acceder a esas recompensas, pero solo a las de un tipo hasta que desbloqueen el pase de temporada y puedan acceder a las ''recompensas de pago''.

Algo importante es que habrá actualizaciones de contenido para usuarios con y sin pase de temporada, aunque los que sí tengan dicho pase recibirán ese contenido cada pocas semanas. Serán raids, nuevos asaltos, modos de PvP y actividades limitadas.

Esto significa que, si una actividad del pase de temporada de Destiny está disponible durante tiempo limitado, solo podremos acceder a ella, y conseguir sus recompensas, en esa fecha, y no podremos volver más adelante. Si alguien hace algo bien, hay que inspirarse, y básicamente es lo que hace Bungie con Fortntie y el sistema de temporadas.

Por otro lado, aunque agradezco el sistema de temporadas, ya que subimos de nivel jugando tanto a la campaña como al Crisol, un jugador novato puede sentirse extasiado por tanto icono brillando cuando hacemos una hazaña. Hay mucho pasado en Destiny 2, y los nuevos jugadores tendrán que ponerse al día pronto.

Toca repensar qué equipamos para ser un mejor guardián

Las temporadas, además de las misiones exclusivas y las recompensas, traen como novedad un artefacto de temporada. Cada temporada habrá uno que se reiniciarán en la siguiente, y podemos modificarlo para tener ciertas mejoras en combate. Es un añadido interesante, tanto como el nuevo sistema de Armaduras 2.0 que añade aún más profundidad al equipo.

Ahora, al lado de las armaduras tenemos nuevos iconos que indican qué ventajas nos ofrecen las piezas equipadas. Además de algunas características pasivas que ya teníamos en anteriores versiones de Destiny, y del nivel de Poder que nos permiten alcanzar, las nuevas armas y armaduras se pueden ''personalizar'' para que tengan una mayor capacidad de energía.

Esto significa que, modificando atributos de las piezas podemos tener más habilidades pasivas y activas que, si se combinan bien, generan un guardián prácticamente invencible. Es de lo más interesante porque es algo que aporta muchísima profundidad a un sistema que ya era complejo, pero que ahora no lo es solo por el hecho de tener que infundir materiales y conseguir piezas concretas para mejorar la armadura y las armas legendarias, sino porque alcanza un nuevo nivel de profundidad, más rolero, complicado y que sabe premiar al que tiene paciencia, sabe lo que hace con su equipo y, sobre todo, equipa diferentes piezas de forma coherente para adaptar como un guante su guardián a su estilo de juego.

Multijugador sólido y repleto de modos

Más allá del juego en solitario/cooperativo, Destiny 2 ofrece una experiencia multijugador competitivo repleta de modos. No os vamos a descubrir a estas alturas las bondades del multijugador de Destiny, y además de los asaltos, una de mis partes favoritas del juego, y las incursiones que tienen matchmaking, contamos con:

• Disputa
• Control
• Supervivencia todos contra todos
• Mezcla de modos
• Calcinación por equipos
• Eliminación
• Cuenta atrás
• Partidas privadas

En todos estos modos competimos por valor, un nuevo sistema que también nos hace subir niveles para conseguir recompensas, y además tenemos Gambito, un modo competitivo híbrido que llegó con Los Renegados. Sin duda, aunque no os guste la historia y no queráis enfrascaros en ella, la cantidad de modos multijugador hace que Destiny 2 sea una de las propuestas más atractivas de este año.

Destiny 2 es inabarcable, y Bastión de sombras es un punto de inflexión

Llegamos al final del análisis de Destiny 2: Bastión de sombras con una sensación que nos suena de... bueno, de todas las expansiones buenas del juego, tanto del segundo como del primero. Bungie nos ha acostumbrado a primeras expansiones algo irregulares en las que solo se centran en ampliar mínimamente el universo del juego, pero otras que son más grandes y cambian aspectos profundos del título.

Esta es de las segundas, de las que añaden contenido y, sobre todo, llegan a cambiar nuestra manera de jugar si queremos aprovechar todo lo que el juego pone en nuestras manos. Bastión de Sombras no es una expansión que vaya a satisfacer a quienes quieran una historia más elaborada ya que, en este sentido, sigue a pies juntillas lo construido durante estos años. 

La campaña es interesante y tiene momentos espectaculares, pero es cierto que las misiones de cumplir contratos (obligatorias) no son las mejores... y que la duración es -muy- escasa. Sin embargo, los modos multijugador y, sobre todo, el sistema de armas y armaduras 2.0, unido a las temporadas, hacen que profundicemos en un equipamiento al que, ahora, damos más importancia que antes.

Las temporadas son una buena idea y prometen solucionar uno de los principales problemas de Destiny 2, la lluvia de contenido por parte de Bungie. Con todo, aunque no es tan rompedora como se presuponía, Bastión de sombras es una buena expansión que toquetea algunos de los pilares del juego, aprovecha para atraer jugadores novatos y ofrece profundidad a los veteranos que llevamos casi seis años en este mundo.

Ahora, solo queda ver si con las temporadas se acabaron las expansiones y si hay un Destiny 3 que vaya más lejos en algunos puntos, como la historia, pero con lo que tenemos entre manos, tenemos horas de juego de calidad para mucho tiempo. El gunplay sigue siendo exquisito, y lo cierto es que jugar a Destiny 2 es disfrutar de uno de los mejores shooters que podemos echarnos a la cara.

Ahora, a llegar a más de 960 puntos de poder.