Análisis de The Gods Rebellion para iOS

Los títulos Hack and Slash están teniendo un gran protagonismo durante estos primeros compases de 2013. Juegos como Devil May Cry, Metal Gear Rising Revengeance o el inminente God of War Ascension son una buena muestra del excelente momento que viven este tipo de desarrollos orientados a la acción pura y dura.

Por supuesto, las compañías especializadas en títulos para móvil y tablet no quieren perderse este tren, y los usuarios de iOS ya hemos disfrutado de varias aventuras de acción centradas en los combates.

Calvi Games y Chillingo son los últimos en subirse al carro de las 'galletas' a cascoporro y nos presentan The Gods Rebellion para iPhone, iPad e iPod Touch, un nuevo Hack and Slash que tiene sus mayores bazas en un espectacular apartado técnico que exprime el Unreal Engine 3, una ambientación basada en la mitología china y, sobre todo, cientos de criaturas a las que debemos machacar aporreando nuestra pantalla táctil.

Repartiendo estopa en la antigua China

Tras un breve prólogo que nos sirve para descubrir que somos un héroe solitario con la difícil (y habitual) tarea de salvar a la humanidad, el juego nos traslada al primero de 7 capítulos que componen esta aventura de acción en tercera persona.

Un breve tutorial nos ayuda a desperezar nuestros músculos y a comprobar que las posibilidades de combate y defensa son extensas: además del clásico stick táctil con el que nos desplazamos, contamos con 4 botones diferentes que nos permiten golpear cuerpo a cuerpo, cubrirnos, realizar esquivas y atacar con un arma blanca.

En los primeros compases del juego, cuando los enemigos son débiles y lentos, sorprende lo fácil que es desenvolverse en las frecuentes confrontaciones, comprobando que nuestro héroe va sobrado de recursos y que es relativamente sencillo atacar y defenderse de varios enemigos a la vez, esquivar los ataques o finalizar a nuestros adversarios desmembrándoles a golpe de hacha.

Sin embargo, según avanzamos, salen a relucir algunas carencias en el control y vemos cómo la pantalla táctil nos juega malas pasadas provocando que, en ocasiones, se haga difícil trasladar nuestras intenciones a la acción cuando tenemos delante a un número elevado de enemigos 'potentes' que golpean sin cesar e, incluso, nos lanzan proyectiles desde lejos.

Esta circunstancia se equilibra, en parte, gracias al sistema de mejoras de nuestro héroe, al que podemos potenciar utilizando 'soul points' (o puntos de alma), y que nos permiten mejorar características como la defensa, los combos o el daño que produce nuestro hacha, haciéndonos un luchador cada vez más competente.

En este apartado, y a pesar de que el título cuesta 0,89€, sale a relucir su espíritu free-to-play gracias a un sistema de micro-pagos desde el que podemos adquirir 'soul points', desbloquear nuevos personajes u obtener 'Dragon Balls' con las que recuperar salud, y que nos facilitan bastante las cosas, sobre todo en los espectaculares combates contra los jefes finales, pero que -si se nos va la mano- pueden encarecer el precio final del juego de manera escandalosa.

De todos modos, si os van los retos difíciles, es posible terminar The Gods Rebellion sin caer en sus micro-pagos. Eso sí, si os decantáis por esta opción sabed que os espera un título repleto de acción, con una dificultad elevada y un desarrollo que -a medio plazo- se hace un tanto monótono, ya que, aunque los combates molan, se echan en falta otros elementos que aporten algo de variedad al asunto.

De lo que probablemente os cueste mucho más tiempo cansaros es de su espectacular apartado técnico, que -una vez más- saca a relucir las bondades del 'elástico' Unreal Engine 3 y convierte nuestro dispositivo móvil (sobre todo en el caso de los últimos iPad) en un auténtico espectáculo de fluidez, cuidadas animaciones y texturas de gran calidad.

Es precisamente esta calidad gráfica una de las grandes bazas de The Gods Rebellion, que se perfila como un título rápido, frenético y con cientos de combates capaces de convencer a los fans más acérrimos del género, pero que podría haber dado mucho más de sí con un control más afinado y un desarrollo algo más diverso.