Análisis de Iro Hero, un nuevo shmup retro para Nintendo Switch

El estudio español Artax Games nos invita a un viaje, con nuestra Nintendo Switch, al corazón más retro de los "matamarcianos". Así, Iro Hero se presenta como un shmup con scroll vertical de apariencia pixelada, al más puro estilo "old school", que parte de una original premisa: una raza alienígena amigable llega a la Tierra y nos enseña a utilizar nuestro cuerpo como si fuera un generador de electricidad.

Este nuevo don pronto se convierte en un gran atractivo para otras razas alien menos amigables, que secuestran y esclavizan a la humanidad para convertirla en una gran "pila". ¿Os recuerda a Matrix? Pues sí, un poco... 

Por suerte, aún quedan valientes dispuestos a luchar contra estos opresores para derribar su yugo, pilotando una nave de combate. Una idea que da paso a 9 niveles de acción con scroll vertical que remite a los arcades de los 80 y 90 en muchos sentidos. Un viaje al pasado que paladearán, sobre todo, los fans del shmup o shoo'em up en su acepción más clásica.

Así, Iro Hiro ofrece un total de nueve niveles repletos de acción vertical en los que debemos esquivar disparos, abatir naves de todos los tamaños e incluso utilizar algunos elementos de nuestro entorno, como espejos, para que nuestros disparos reboten y acaben con enemigos, de otra forma, difíciles de alcanzar.

De forma bastante limitada, por los niveles encontramos algunos power ups que aumentan nuestro disparo, e incluye mecánicas como encadenar bajas enemigas para acumular combos de puntos (que se aglutinan en una esfera que debemos recoger para conseguir puntos adicionales).

A estas mecánicas generales, en la que no faltan jefes finales, bastante convencionales (como naves que disparar destructivos láseres) o la posibilidad de resistir un par de impactos menores antes de que nuestra nave explote, hay que añadir las propias del mencionado Ikaruga, uno de los 20 mejores juegos de Dreamcast: pulsando ZR, cambiamos de color, entre azul y rojo, lo que nos permite varias cosas... pero siempre orientadas al juego de "los contrarios".

Si estamos de color rojo, podremos abatir a los enemigos azules, así como absorber los disparos enemigos de color rojo (lo que nos permitirá liberar un ataque especial), un sistema que funciona y que nos obliga a estar muy atentos, ya que las oleadas de enemigos van cambiando de color e incluso se entremezclan.

Esto permite que el jugador pueda elaborar todo tipo de estrategias: ¿primará encadenar bajas para aumentar nuestra puntuación? ¿Primará absorber disparos para rellenar el indicadopr del ataque especial? ¿Combinarás ambas según convenga? 

Lo único que no cambia en Iro Hero, juegues como juegues, es la dificultad. No es un juego fácil, y por muchos motivos. Primero, porque en una partida sólo tenemos tres vidas, y no existe un sistema de continues o créditos que nos permita seguir la partida si morimos. Si fallas, tendrás que volver a empezar desde el principio.

Tampoco es fácil porque, aunque no es un bullet hell (recordamos, puedes absorber los disparos según el color que tengas activado), la gran afluencia de balas y enemigos de distintos colores, y su cuidada combinación con otros elementos, como obstáculos del tipo campos de energía o como muros que además disparan y que debemos esquivar, puede complicar las cosas de sobremanera en algunos niveles.

Si no estás muy familiarizado con el género, estas altas cotas de exigencia pueden desesperar, ya que reducen el juego a repetir una y otra vez los primeros niveles, mejorar un poco, memorizar el orden de los enemigos, volver a morir, y vuelta a empezar.

Tampoco ayuda que, pese a que la acción transcurre en la parte central de la pantalla (los espacios a ambos lados están reservados para indicadores y mostrar los diálogos que mantiene el protagonista con otros personajes, no existe un modo para poner la pantalla en vertical, algo que le hubiera sentado muy bien en modo portátil (algo que por ejemplo sí hace el mencionado Ikaruga en su versión Switch). 

Más allá de esto, Iro Hero ofrece un bello pixel art que remite a los mencionados arcades de los 80 y 90, si bien es cierto que el diseño de los jefes finales, y de los propios niveles, tampoco ofrece nada que desencaje la mandíbula.

La banda sonora, por su parte, remite a la música de sintetizador que tan bien le sienta al género, junto con un buen catálogo de efectos de sonido. Lo único críticable de su presentación lo encontramos en los vídeos, en concreto en los que nos cuentan la historia, que son pantallas estáticas con unas ilustraciones y zooms bastante cutrecillas.

En definitiva , Iro Hiro es un arcade que puede resultar durete, pero que los expertos en el género y, en general, quienes busquen un desafío, disfrutarán plenamente. El resto, tienen opciones bastante más asequibles e incluso con cooperativo en Nintendo Switch, como Sine Mora o Dimension Drive, sin olvidar el creciente catálogo de joyas retro de otros sistemas, como Zero Gunner 2 o Pulsar.