Análisis de PGA Tour 2K21, el simulador de golf que quiere que nos enganchemos a este deporte

Excepto para los norteamericanos, suyas competiciones locales y deportes son ‘copas mundiales’ y los mejores deportes del universo, está claro que hay dos deportes que son... los reyes, por así decirlo.

Por un lado está el fútbol (el de verdad) que es el deporte más seguido y el que más mueve a todos los niveles y, por otro, el baloncesto. Electronic Arts lleva años dominando con mano de hierro el mercado de juegos de fútbol y 2K Games hace lo propio con el basket.

Ahora, 2K se mete en un nuevo jardín, casi literalmente, ya que acaba de lanzar su primer juego de golf con el nombre ‘2K’ distintivo. Se trata de PGA Tour 2K21, un juego en el 2K da visibilidad al prestar su nombre y que desarrolla HB Studios. 

Se trata de un estudio canadiense que en el pasado ha estado haciendo algunos ports de juegos de Electronic Arts, entre otros, para plataformas que quizá no eran principales esos años. Sin embargo, hace poco descubrieron en el golf un tirón y como Electronic Arts dejó de lado la franquicia PGA Tour desde los líos de Tiger Woods, han apostado por ello con sus The Golf Club.

Y es aquí, recordando que esta gente sabe lo que se hace en este deporte virtual, donde comenzamos este análisis de PGA Tour 2K21.

Con The Golf Club, HB Studios encontró un éxito que sí, está lejos que el de otros estudios con deportes más mayoritarios, pero que ha permitido que se genere alrededor del juego una comunidad que ansiaba con ganas esta entrega.

PGA Tour 2K21 está cimentado en tres pilares. El más protagonista, donde más se nota el hacer de 2K, es el de MyPlayer. Se trata de un modo en el que creamos a nuestro personaje en un editor que no está nada mal y donde tenemos tanto opciones físicas para definir los rasgos de nuestro avatar como complementos de moda que hacen algo más realista la experiencia. Desbloquear esto, además de contratos, es lo interesante del modo para un jugador.

En este modo vamos a empezar desde abajo y el objetivo es llegar hasta la cima. Algo interesante es que 2K no ha ‘contaminado’ este modo con características que tenemos en el NBA. Es decir, nuestro jugador no empieza siendo un paquete que va ganando experiencia canjeable por atributos. Si nosotros ya sabíamos jugar a las entregas de Golf Tour, sabremos jugar a esto.

Lo que desbloqueamos son patrocinios y contratos que nos permitirán hacernos un nombre y llegar a la cima tanto por nuestras características golfísticas y trofeos como por las marcas que tenemos detrás poniendo pasta. Cada uno de estos patrocinadores tienen sus objetivos y es interesante cumplirlos para lograr recompensas.

Algo curioso es que en esta carrera hay un sistema de ‘némesis’. Al ir consiguiendo victorias, el sistema nos empareja con otras estrellas y, gracias a ciertos algoritmos, hará que salten chispas.

Para mí, sin duda, el modo My Player es el protagonista en lo que a modos de juego se refiere. Es donde vamos a pasar más horas y es así tanto porque es muy divertido... como porque los otros dos modos puede que no sean del gusto de todos.

Uno es el online, un modo en el que competimos en torneos contra otros jugadores y que es divertido porque la propia mecánica de juego lo es, pero que no tiene esa adrenalina que muchos buscamos en un modo online de un juego de deportes. No es malo, ni mucho menos, y puede que a vosotros os encaje, pero es un modo que, para mí, queda como secundario para cuando agotemos el modo para un jugador. Al final, no competimos tanto contra otros... como contra nosotros mismos.

Y el tercero es un modo de edición en el que ciertamente tenemos muchas herramientas para crear campos en los que el límite es nuestra imaginación. Si queréis, podéis compartir estos campos con la comunidad online.

Jugabilidad a prueba de bombas

Sin embargo, el tercer pilar es, para mí, el más importante. Y es que, HB sabe que tiene un modo de juego my sólido y, aunque es un simulador cuando jugamos en el modo más complicado (en el que debemos tener en cuenta variables como la dirección y la velocidad del tiempo) la virtud es que es capaz de enganchar desde el principio a alguien que no siga el deporte.

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Me encanta el deporte y soy de esos que si no hay otra cosa se traba una competición de curling, pero confieso que el golf y el ciclismo no me han llamado nunca. Con el ciclismo no va a cambiar, pero con el golf... puede. Y es que, aunque me aburre el golf, soy de esos que ha jugado decenas de horas a juegos de mini golf y, realmente, me encantaban.

No estoy queriendo decir que esto sea tan fácil ni la experiencia sea igual, ni mucho menos, pero hay algo que me encanta de este título: sus tutoriales. Si comenzamos en un nivel intermedio, el juego sabe, de forma muy didáctica, explicar los fundamentos de este deporte y las claves para empezar a pegar a la bola sin que la liemos mucho.

Con unos controles muy simples controlamos un montón de variables y opciones y muy pronto se empiezan a quedar grabados en la mente conceptos como los nombres de los palos y posiciones correctas para cada tipo de golpe y situación.

Que enganche desde casi el primer minuto al jugador más novato creo que es un acierto porque abre este deporte a muchos jugadores que... bueno, puede que no se hubieran planteado entrar nunca en este tipo de juego.

Y funciona tanto como simulador como en lo que a experiencia más “arcade”, con muchas comillas, se refiere. Donde no funciona tan bien es en lo técnico. Es cierto que cuando la bola está en primer plano cerca del hoyo el detalle es bueno, y las físicas de la bola son para enmarcar, pero todo lo demás está al nivel de un juego de hace varios años.

Las animaciones no son nada del otro mundo y los campos tienen una iluminación correcta, pero nada más. En lo sonoro contamos con comentaristas famosos en inglés, pero los textos están en castellano. 

Aunque bueno, al final, que sea algo tosco en lo visual no importa demasiado si tenemos en cuenta que lo que sí marca la diferencia, que es el comportamiento de la bola, es más que correcto.

Me gusta no sentir que estoy ante un juego injusto en ningún momento y en realidad me da igual que solo haya 12 personalidades (aunque como nos confesaron hace unas semanas, plantean dar soporte postlanzamiento y puede que lleguen más) porque lo fundamental, que es el juego y mis sensaciones controlando los palos, son muy, muy buenas.

No hay demasiadas novedades respecto a las entregas previas y puede que el modo MyPlayer hubiera dado más de sí con una narrativa mejor, pero en lo que a simulación y licencias se refiere, PGA Tour 2K21 cumple a la perfección.

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Descúbrelos

Solo quedan unos flecos que pulir y algo más de contenido para tener entre nosotros un simulador de golf más que potente, y ahora que 2K Games está plenamente involucrada, seguro que vemos esa evolución a lo largo de futuras entregas.

Si sois amantes de este deporte, ya lo tenéis disponible en Xbox One, PC y PS4 con todas las opciones y modos. En Switch también está disponible, pero sin el editor de campos, lo cual es una pérdida para una consola en la que habría sido muy divertido diseñar mientras estamos en el transporte público, por ejemplo.