Es una de las mayores bizarradas de PS360 y acaba de llegar a Switch sin hacer ruido, pero deberías darle una oportunidad a El Shaddai HD Remaster

En septiembre de 2011 se lanzaba para las PS3 y Xbox 360 europeas El Shaddai: Ascension of the Metatron, el único juego que llegó a desarrollar Ignition Tokyo, un estudio japonés compuesto por antiguos trabajadores de Capcom y Clover Studio (la antigua PlatinumGames).

La verdad es que no se puede decir que sea un juego especialmente recordado o que se cuele a menudo en listas de "joyas ocultas" de aquella época, pese a que su puntuación en Metacritic no es en absoluto mala (tiene un 78 en base a 46 reviews) y en esta santa casa lo pusimos por las nubes... y nunca mejor dicho.

Pese a no ser demasiado exitoso, llegó a tener una secuela... que no mucha gente conoce: se llama The Lost Child y se lanzó en 2017 para PS4 y PS Vita, pero su jugabilidad es tan distinta a la de su predecesor que no es de extrañar que sea tan desconocido.

Y cuando parecía que la IP estaba muerta y enterrada, en septiembre de 2021 se lanzaba para PC una versión remasterizada conocida como El Shaddai: Ascension of the Metatron HD Remaster. Y hoy mismo, sin apenas hacer ruido, esa misma versión ha llegado a Nintendo Switch. Veamos qué tal ha salido y por qué merece la pena darle un oportunidad.

Análisis de El Shaddai: Ascension of the Metatron HD Remaster para Nintendo Switch

Ya os avisamos que se trata de un juego que no es para todo el mundo, pues tanto su propuesta como su jugabilidad son muy particulares. Sin embargo, si consigue hacer "click", se puede convertir en una de esas experiencias difíciles de olvidar.

Uno de los aspectos más llamativos de El Shaddai es que su historia se basa en el Libro de Enoc, un texto religioso de carácter apócrifo que habla, entre otras cosas, sobre el origen de los demonios y los nefilim o sobre por qué el diluvio universal era necesario.

De esta manera, nosotros nos ponemos en el papel de Enoch (que por algún motivo se parece sospechosamente al Aquiles que interpretó Brad Pitt en Troya) y tenemos como misión encontrar a los siete ángeles caídos para evitar el diluvio. Por suerte contamos con la ayuda de Lucifel, que nos guía y nos da consejos sin despegarse del teléfono móvil.

Si esto ya os parece interesante, entonces su jugabilidad os lo va a parecer aún más: El Shaddai es, a grandes rasgos, un hack and slash que sigue la línea de los grandes títulos de aquella época (y del género a día de hoy), es decir, Devil May Cry, Bayonetta, etc. De ahí que mucha gente lo conozco cariñosamente como "el hack and slash bíblico".

Pero lo cierto es que si nos quedamos sólo en eso le estaríamos haciendo un flaco favor, porque la realidad es que se trata de un título con ideas muy interesantes y un apartado visual que es un constante estimulo para los sentidos. 

El sistema de combate destaca por su simpleza, pues tenemos un botón para atacar, otro para saltar y otro para bloquear. Y ya. Sin embargo, dependiendo del timing al pulsar o si mantenemos presionado el botón correspondiente, podemos obtener diferentes resultados. 

Cae un poco en el "machacabotonismo", las cosas como son, pero tiene una mecánica tan interesante que hace que se lo perdonemos: el triángulo de las armas. Enoch tiene acceso a tres armas diferentes, sin embargo, para cambiar entre ellas, debemos arrebatárserlas a los enemigos.

Además, cada arma tiene ventaja sobre una pero es inferior a la otra, de ahí lo del triángulo de las armas. Esto le da un toque estratégico muy interesante a la acción, pues debemos valorar cuándo es buena idea cambiar de arma en función de los enemigos a los que hacemos frente.

Sumadle a esto otras ideas bastante molonas, como que no hay indicadores: la salud de Enoch se representa mediante las piezas de armadura que va perdiendo hasta quedarse únicamente en vaqueros. Aunque, si esto no os convence, es posible activar varios indicadores en cualquier momento desde las opciones.

Pero quizás lo más curioso de El Shaddai: Ascension of the Metatron es que la jugabilidad no se limita a los combates. En mucho momentos, la perspectiva cambia para convertirse en un juego de desplazamiento lateral en el que los saltos son la única forma de avanzar. 

En esas partes 2D funciona bastante bien como juego de plataformeo, es una lástima que no sea así en los momentos de jugabilidad "normal", pues la perspectiva fija hace que sea muy complicado calcular los saltos y nos lleva a caer una cantidad absurda de veces.

Y este no es el único cambio de jugabilidad que encontramos a lo largo de El Shaddai. Sin ser un juego particularmente largo (en unas 8 horas se puede completar), cada capítulo de la historia brilla con personalidad propia gracias a las situaciones que plantea... y que mejor no vamos a desvelar por si no lo habéis jugado nunca.

Y aquí toca hablar de uno de nuestros aspectos favoritos de El Shaddai: Ascension of the Metatron HD Remaster: el apartado audiovisual. Y la verdad es que... es muy difícil hablar de su apartado audiovisual, porque el juego es un constante derroche de ideas. 

Hay escenarios de corte onírico, planos celestiales, lugares dibujados con carboncillo, fases que parecen un dibujo animado para niños, pinturas de estilo ukiyo-e que cobran vida... No estamos exagerando ni un poco al decir que, incluso aunque detestéis su propuesta y su jugabilidad, El Shaddai merece la pena por lo que supone como experiencia audiovisual.

Aquí llegamos al punto que seguramente los que tengáis dudas sobre la versión para la consola de Nintendo más estabais esperando: el rendimiento de El Shaddai: Ascension of the Metatron en Nintendo Switch.

La remasterización cuenta con dos modos de visualización: alta resolución y acción. En el primero tenemos mayor resolución, pero el framerate es muy variable; no recomendamos jugar así en absoluto. En el modo acción el rendimiento tampoco es todo lo estable que nos gustaría, pero por lo general logra moverse a 60fps, algo que se agradece mucho en este tipo de juegos.

Desde luego no va a pasar a la historia como la remasterización más trabajada del mundo, pues el resto de mejoras se limitan a cuestiones de optimización y reducción de tiempos de carga, pero se han mantenido errores de la versión original, como la terrible traducción al castellano o la falta de sincronización labial con las voces en inglés. 

Se agradece, eso sí, que se hayan mantenido los logros (de manera interna) y que se incluyan la novela Lucifer's Fall Chronicles of Ceta y el libro de arte digital.

Así que esto es muy sencillo: si os gustan los juegos diferentes, con un puntito experimental, y si valoráis las experiencias audiovisuales, lanzaos a por El Shaddai: Ascension of the Metatron, especialmente si nunca lo habéis jugado. Y si ya lo conocíais... Pues también, porque esta clase de juegos no se ven todos los días.