Análisis Struggling repulsivo y divertido a partes iguales para PC y Nintendo Switch

De vez en cuando nos encontramos con juegos que escapan a cualquier convencionalismo, y Struggling (el primer desarrollo del estudio independiente Chasing Rats) se sale de la escala. Es un juego de plataformas en 2D plagado de puzles, pero esa descripción no le hace justicia. También es un juego repulsivo, ingenioso, apasionante y frustrante a partes iguales... Struggling es un juego único. 

Struggling se presentó el pasado 18 de agosto, como parte de los "Nindies" para Switch, y le lanza por sorpresa hoy mismo, para celebrar la Gamescom. Es uno de esos juegos que hay que probar.

Y no hay nada que hable mejor de este planteamiento que presentaros a su protagonista. Olvidaos de los héroes genéricos, porque en este juego controlamos a un ser deforme, Troya. No tiene piernas, pero en su lugar, tiene dos cabezas pegadas (Héctor y Aquiles) y un par de brazos con los que desplazarse, activar interruptores, balancearse y ponerse sombreros. 

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Usa los brazos... y la cabeza

La clave del juego está en su sistema de control, una evolución de lo que hemos visto en otros juegos como Totally Reliable Delivery Service o Human Fall Flat. Es decir, que controlamos los dos brazos de manera independiente (y un poco errática); el stick derecho para el brazo de Héctor y el stick izquierdo para el de Aquiles... o la inversa, porque cuando empezamos a movernos comienza el caos (y la diversión). Para agarrarnos, presionamos los gatillos; así de sencillo y así de complicado. 

En Struggling avanzamos por unos escenarios 2D de diseño muy simple (los gráficos parecen de un juego flash) llenos de obstáculos y peligros. Y el modo de avanzar depende de nuestra habilidad. Podemos aferrarnos a cualquier superficie y arrastrarnos, o alternar el uso de los dos brazos para ir "rodando". También podemos colgarnos del techo, balancearnos y soltar... como su propio nombre indica, el avance en el juego es una "lucha". 

Por si la vida con dos cabezas no fuese suficientemente dura, los escenarios están plagados de peligros: ratas dispuestas a devorarnos, bañeras de ácido, engranajes que sólo funcionan para hacernos papilla o bichos enormes con dientes afilados. Superar cada uno de ellos es todo un logro. De hecho, bajo la superficie de un juego de plataformas, cada zona es un puzle, que nos obliga a pensar cuidadosamente cada paso.

Dificultad y diversión

Algunos son difíciles, otros son frustrantes... pero están muy equilibrados. Struggling es ese tipo de juego por el que casi lanzaríamos el mando por la ventana, pero que consigue que lo volvamos a intentar una y otra vez, y nos quedemos con una enorme satisfacción si lo hemos conseguido.

Esta dificultad de la que hablamos no sólo consiste en encontrar el camino adecuado; también se trata de manipular maquinaria (moviendo los brazos para activar palancas y botones), manejar vehículos o desprendernos de los brazos y arrastrarlos por la pantalla de forma independiente para alcanzar puntos lejanos. Por suerte los checkpoints son bastante numerosos. 

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Diversión, cabreos y satisfacción se multiplican por dos en el modo multijugador, local u online, en que cada uno de los jugadores controla un brazo y hace falta mucha más coordinación. Pasarse el juego en cooperativo quizá sea una hazaña imposible, pero en partidas cortas, las risas están aseguradas. 

Un juego asqueroso

Pero a estas alturas aún os preguntáis, ¿por qué decimos que es un juego repulsivo? Por dónde empezar, su protagonista tiene un diseño bastante repugnante, acorde con los monstruos que nos encontramos por el camino. Los escenarios tienen partes orgánicas, pegajosas y oscuras. Además Troya no para de dar unos gritos muy desagradables cuando lo "maltratamos", y sus muertes son bastante creativas.

Pero todo está tratado con sentido del humor y con estilo "cartoon", así que es muy llevadero. En cierto modo, Troya se termina convirtiendo en un personaje al que miramos con cariño.

Desde luego, nos ha encantado la propuesta de Struggling, por su originalidad y también por el constante "pulso" a nuestra paciencia. Pero está lejos de ser un juego redondo; la dirección artística nos gusta, pero se podían haber cuidado muchos más detalles, y añadir más variedad a los escenarios. 

En cuanto al control, a veces no entendemos por qué nuestros brazos se quedan atascados, o pierden fuerza, pero eso forma parte de la "lucha".

Además, tenemos la sensación de que algunas zonas se superan más por "chiripa" que por haber jugado con maestría, y determinados tramos (como ese combate final convertido en una suerte de pinball) se hacen eternos. Son fallos muy perdonables, pero es una lástima que no se hayan ajustado estos aspectos, porque hubieran elevado el resultado final considerablemente.

Si buscáis algo diferente y divertido, seguro que no os va a decepcionar.

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