Análisis de Sundered, el metroidvania de los creadores de Jotun

Thunderlotus Games, creadores de Jotun, vuelven a la carga con Sundered, un metroidvania que aterrizó en PS4 y PC el pasado mes de julio. Desde una perspectiva 2D, nuestra misión consiste en abrirnos paso a través de un entramado de cavernas, consiguiendo nuevas habilidades, mejorando a Ashe, la protagonista, y descubriendo la historia del mundo que nos rodea.

Hasta ahí todo bastante normal; pero Sundered contiene un buen número de aspectos que lo diferencian del resto de juegos de estilo metroidvania, género que se prodiga bastante dentro de la escena indie. Descubramos qué lo hace especial en nuestro análisis de Sudnered.

Metroidcraft

Muy en la línea de Jotun -primer juego de Thunderlotus, ambientado en la mitología nórdica- el apartado visual de Sundered ha sido dibujado a mano, lo que nos deja unos diseños y animaciones que resultan toda una delicia para la vista, especialmente en el caso de los gigantescos jefes finales. Pero en lugar de la colorida paleta de colores de la aventura vikinga, Sundered muestra un mundo de tonos oscuros y deprimentes, dejando poco lugar a la luz. 

De hecho, la dualidad entre luz y oscuridad, bien y mal, resistir o rendirse, es uno de los aspectos más interesantes de Sundered. Como en todo metroidvania, a medida que exploramos nos toparemos con bloqueos que no es posible superar hasta obtener la habilidad pertinente. En ese sentido, y por lo general, encontramos habilidades bastante comunes dentro del género como el doble salto, pero también hay algunas bastante interesantes, como un poderoso cañón. 

La gracia está en que al derrotar jefes y mini-jefes, así como completar determinados desafíos obtenemos fragmentos de esquirlas; tres componen una esquirla completa, lo que nos lleva a tomar una decisión: podemos incinerar la esquirla (resistir) o utilizarla para corromper una habilidad (rendirse), lo que la hace más poderosa. Por ejemplo, en el caso del doble salto, corromper la habilidad hace que al mantener pulsado el botón de salto Ashe se convierta en una criatura de las sombras, obteniendo un par de alas que le permiten planear.

Es una situación Lado Oscuro/Lado Luminoso, pues los beneficios que aportan las habilidades corruptas son muy tentadores... Pero tienen consecuencias que se traducen en distintos finales, o lo que es lo mismo, un gran factor rejugable. Esto también es evidente en el desarrollo, que nos invita a avanzar de forma no lineal; no hay un orden correcto para completar la aventura o para conseguir habilidades. De hecho, existen varias técnicas que nos permiten "trampear" para acceder a nuevas zonas, algo por lo que es especialmente conocido el legendario Super Metroid.

Además, el mapa de Sundered cambia cada vez que morimos o iniciamos una nueva partida. Bueno, no exactamente el mapa, sino su contenido; si bien la forma del mundo siempre es la misma, su contenido y la gran mayoría de habitaciones cambian de forma aleatoria. Es una idea que busca generar sensación de locura y desconcierto en el jugador... Pero a la larga no es algo que destaque especialmente, ni para bien ni para mal.

La generación aleatoria de escenarios es un elemento propio del género roguelike, con el que Sundered también se atreve. Y es que morir es una parte fundamental del desarrollo de la aventura de Thunderlotus. Al hacerlo, volveremos al santuario, el punto de partida desde el que podemos mejorar distintas estadísticas de Ashe, así como potenciar las habilidades, con los fragmentos que dejan los enemigos al morir.

Es curioso cómo esto también se entrelaza con el desarrollo a lo metroidvania, pues ciertas zonas cuentan con enemigos de gran poder que actúan como barrera que no podremos superar hasta mejorar lo suficiente a la protagonista. ¿Problema? Esto puede llevar al temido "grinding"... Y decimos "puede" porque, en teoría, siendo hábiles es posible evitarlo.

Los enemigos también se presentan de una forma bastante curiosa y diferente a todo lo visto en otros metroidvania: en lugar de atacar de uno e uno o en grupos pequeños, siempre hacemos frente a hordas de decenas de criaturas. Esto logra una gran sensación de desesperación, sobre todo cuando la salud empieza a decaer y no paran de llegar enemigos... Aunque a la larga estos contantes ataques conjuntos pueden resultar un tanto tediosos.

Además, y aunque al principio machacaremos el botón de ataque sin descanso, los distintos tipos de enemigos hacen que sea necesario priorizar y decidir en el fragor de la batalla. Esto, junto a las nuevas habilidades, hacen que el sistema de combate se vaya abriendo poco a poco hasta resultar extremadamente satisfactorio.

La historia, por su parte, bebe de la obra de H. P. Lovecraft para presentar un mundo de conceptos que escapan a la comprensión del ser humano, seres todopoderosos e idiomas sin aparente sentido. Todo lo sucedido antes de la llegada de Ashe se cuenta a través de las descripciones de las habilidades (*coff* Dark Souls *coff*) y en ciertas salas, ocupadas por cristales, se narran relatos que sirven para entender mejor el conflicto entre ciencia y religión que actúa como pilar central de Sundered. Por desgracia, es inevitable sentir que el término Lovecraft le viene grande, estando bastante alejado del horror con el que el legendario escritor impregnaba sus relatos.

Sobre el papel, toda la mezcla de géneros e ideas de Sundered suenan muy apetecibles... Pero en la práctica no terminan de cuajar del todo bien. Su mayor tara reside, sin embargo, en los molestos problemas de "frame stutter" (la pantalla se congela durante varios segundos) y en los cierres forzados, por desgracia bastante habituales. No es un juego para todo el mundo, desde luego, y aspectos como las hordas son del tipo de "o lo odias o lo amas". Si estáis del lado del "amor", entonces os vais a encontrar con uno de los metroidvania más originales que se han visto en los últimos años, con un apartado artístico impecable, un sistema de combate muy elaborado y un original sistema de toma de decisiones.