Análisis de XCOM Chimera Squad, una vuelta de tuerca que sienta muy bien a la saga

A lo largo de los años, Firaxis ha ido ganándose un buen nombre, y un hueco en los corazones, entre los amantes de la estrategia. Hay muchos tipos de estrategia, y esta compañía se ha especializado en la estrategia por turnos, primero con la saga Civilization y, después, con los XCOM.

De la gestión, pasaron a la acción, pero manteniendo ese sistema por turnos que nos permite relajarnos en las partidas sin que la cosa se vaya de madre, haciéndonos un café cuando la situación se pone tensa y dándonos el tiempo necesario para pensar nuestro próximo movimiento.

En 2012 sorprendieron con un XCOM Enemy Unknown muy, muy interesante que nos ponía al mando de un escuadrón de humanos que debía luchar contra una invasión alienígena, y tras un XCOM 2 que elevaba a los altares la fórmula, nos sorprenden con Chimera Squad.

Y digo “sorprenden” en el sentido más literal de la palabra: se anunció hace pocos días y, ahora, estamos en la víspera del lanzamiento. Si queréis conocer qué nos ha parecido el título, os invitamos a leer el análisis de XCOM Chimera Squad, ya que no es el juego que redefinirá el género, y seguro que tampoco llevan años desarrollándolo, pero es un XCOM bastante redondo y, sobre todo, algo más amigable. Y eso es bueno.

Una tercera entrega que invita a nuevos jugadores

Que si un juego nuevo, que si un ‘stand-alone’, que si una expansión de XCOM 2... cuando se anunció Chimera Squad, estuve hablando con varias personas sobre qué era, y lo cierto es que, con el título en las manos, es un poco de cada. No tiene la entidad suficiente para ser un XCOM 3, pero tampoco llega justo de contenido para ser una mera expansión... y no es un juego que se sienta alejado respecto a la saga principal. Es un poco de todo.

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En Chimera Squad hay muchos pequeños-grandes cambios jugables que hacen que el juego se sienta fresco, y a nivel de historia lo cierto es que también saben hacer bien las cosas para atraer nuevos jugadores a la vez que expanden la historia de la saga principal.

Controlamos a Chimera Squad, un grupo de élite de Ciudad 31 que se encarga de reducir al mínimo las protestas en una megaurbe que se encuentra el borde del colapso. Han pasado cinco años desde los acontecimientos de XCOM 2 y ya no estamos en una guerra humanos vs invasores extraterrestres. De hecho, las dos especies cooperan y trabajan juntos.

Sin embargo, los fundamentalismos han aparecido y, en los dos bandos, hay quienes no aceptan la tregua, provocando disturbios en diferentes zonas del globo. A diferencia de los escenarios vistos en XCOM 2, aquí estamos en un entorno urbano, en una guerra entre la autoridad -nosotros- y la “resistencia”. Esta resistencia está organizada y se divide en tres: humanos, aliens y fundamentalistas religiosos, y debemos combatir las tres ramas para que la ciudad no arda. Un punto que me ha gustado es que, aunque se entiende perfectamente como una entrega separada, los fans de la franquicia vais a ver algunos guiños a entregas pasadas. 

Todo empieza con el asesinato de la alcaldesa, un asesinato que debemos investigar para llegar hasta el fondo del asunto y, mientras tanto, tendremos que combatir en diferentes misiones (tanto principales como secundarias) contra los que se resisten a la autoridad.

Antes de entrar en las misiones, de las que hablaremos ahora, vamos a contaros cómo es la base. En esta ocasión, no tenemos un centro de mando en una nave enemiga que hemos tomado prestada, sino que estamos en la base de la autoridad de la ciudad. Tenemos un arsenal en el que reclutar nuevos miembros de pelotón, un centro de investigación al que destinamos recursos (materiales y personales) para investigar mejoras para el equipo, un centro de misiones secundarias que se completan automáticamente (mandando a un personaje y perdiéndolo durante algunos turnos) y el eje, el mapa de la ciudad.

Ciudad 31 está dividida en distritos y debemos impedir que el nivel de violencia en las calles llegue a un máximo... o perderemos la partida. Tenemos siempre varias misiones a las que debemos atender, pero el juego nos ayuda enfocando a las principales o más acuciantes. Si no tenemos nada que hacer, la ciudad está tranquila y queremos investigar, podemos avanzar el día, pero es algo que no siempre podremos hacer porque en la ciudad siempre hay algo.

Las misiones, tanto secundarias como principales, nos dan recursos para investigar, unos recursos que invertimos en nuestro equipo o en diferentes métodos de vigilancia en los distritos. Es un sistema que, al principio, llega a abrumar debido a todas las opciones que tenemos disponibles, pero al que cogemos pronto el tranquillo.

Más cambios jugables de los que cabría esperar, y son bien recibidos

Ahora bien, además de la historia, que no deja de ser interesante, aquí estamos para comandar un escuadrón de soldados de élite que deben limpiar las calles de la ciudad. Los más veteranos reconoceréis un montón de sistemas y sabréis, perfectamente, que en cierto modo es un juego para disfrutar “repanchigados” en el sillón gaming mientras tenemos una bebida caliente y calculamos nuestros movimientos.

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Eso no ha cambiado y la fórmula de XCOM Chimera Squad sigue siendo de lo más sólida: controlamos un escuadrón de cuatro personajes (más uno en la recámara si la misión se tuerce) que debe deshabilitar las células terroristas en las calles y diferentes edificios de Ciudad 31. Sin embargo, sí hay pequeños cambios jugables que modifican el ritmo de las partidas y, en mi opinión, las hacen más dinámicas que en anteriores entregas.

El modo de juego es por turnos como en los JRPG más clásicos, donde las acciones de nuestros personajes marcan los puntos de acción por turno que gastan (hasta dos) y donde tenemos en una zona de la pantalla la información sobre el personaje que puede moverse a continuación, a diferencia de entregas anteriores y otros juegos en los que en cada turno movemos al equipo entero.

Estos turnos no son inalterables ya que, a lo largo de la partida podemos seleccionar una habilidad para cambiar turno con un personaje aliado, hacer que otro avance su movimiento o prepararnos porque dentro de 4 turnos va a explotar una granada donde tenemos tres personajes y solo podemos controlar, directamente, a dos de ellos antes de que eso ocurra.

Chimera Squad sigue siendo una partida de ajedrez en la que no solo hay que cubrirse y disparar, sino pensar con cautela qué habilidades utilizamos para sacar la mayor ventaja. Estas habilidades son únicas por personaje y, por ejemplo, tenemos a un alíen con escudo que puede potenciar la defensa propia y aliada, otro que puede hacer que un enemigo cubierto levite durante un turno o hacer que ataque a sus compañeros. 

Otro personaje tiene un dron Gremlin capaz de estabilizar a los compañeros caídos y curar cierto porcentaje de vida, otro puede atraer tanto enemigos como aliados gracias a su lengua (muy útil para sacar enemigos de coberturas o alejar aliados en una zona de explosión)... y así hasta varias habilidades únicas, tantas como personajes tiene el juego (11 soldados de todas las especies, por cierto).

En todo momento, en el escenario vemos tanto la posibilidad de causar más daño al contrario como la de recibirlo y tenemos que calcular muy bien cómo nos cubrimos y desplegamos. Este cambio de ritmo, y el hecho de contar con las habilidades, se recibe de buen grado, pero hay otro que puede que no guste a todos.

Y es que, no hay muerte permanente, una medida para hacer que el título sea más amigable (y que muchos jugadores agradecerán, ya que la IA enemiga es implacable, demasiado en ocasiones). Cuando un aliado cae en combate, un personaje vivo puede estabilizarlo para que no se desangre. Si pierde sangre durante varios turnos muere, y la partida termina, debiendo empezar desde el punto de control o desde... bueno, desde el principio. Cuando estabilizamos a un aliado, gastamos un turno y, además, no podemos volver a controlar a ese personaje. No lo revivimos, vaya.

Es diferente a lo vivido en otras entregas, y es cierto que se elimina ese factor de “ir con sumo cuidado”, pero me reventaba perder compañeros en XCOM 2, y ahora no tengo que lamentar esas muertes. Pese a todos los pequeños y grandes cambios de jugabilidad, al que parece que más peso da Firaxis es al modo de entrada. Básicamente, se trata de planificar cómo entramos en un edificio o en otra habitación, desplegando de diferentes maneras a nuestros personajes.

Imaginad que estamos en un almacén repleto de enemigos en el interior y este almacén tiene tres puntos de entrada: puerta principal, una ventana lateral y un acceso en la azotea. Podemos mandar a los cuatro personajes que entren por la puerta, pero también podemos decir a dos que entren por la puerta, otro por la azotea y otro por la ventana.

Esto crea diferentes estrategias una vez estamos dentro y, en cuanto logramos entrar, podemos disparar rápidamente a los enemigos o cubrirnos. Eso depende de vosotros, de los miembros del equipo y sus habilidades y de la manera en la que queráis afrontar la misión.

Ahora bien, todos los personajes pueden entrar por las rutas evidentes, pero si contamos con el personaje adecuado, podemos crear nuevas vías y explorar otras entradas, como unas cañerías o con una bomba en una pared. Además de por el acercamiento más “de acción directa” al principio de cada choque, este modo es interesante por las posibilidades estratégicas más allá del punto que pasamos a ocupar en el escenario.

Y es que, cada punto de entrada tiene unas ventajas y unas desventajas que debemos analizar, de nuevo, basándonos en nuestro estilo de juego.

Al final, Chimera Squad presenta un montón de pequeños cambios que hacen que el juego se sienta fresco y no un clon de XCOM 2 y, del mismo modo que hacen con la línea temporal de la historia, es algo que puede propiciar que nuevos jugadores se acerquen a la franquicia y al propio género.

¿Echo en falta algo a nivel jugable? Sí, la información de los enemigos y sus estadísticas. No entiendo por qué lo quitaron en XCOM 2... y por qué tampoco está aquí. Entiendo que es algo que da mucha profundidad a cada decisión, pero es algo muy útil para planificar ciertos movimientos, sobre todo ahora que los turnos son más rápidos.

Sobrio a nivel visual y completamente en castellano, pero con los bugs de siempre

Sin alardes, pero muy solvente. La saga XCOM nunca ha destacado por un apartado visual rompedor, pero sí por un diseño sólido y con personalidad. Chimera Squad se beneficia de los avances obvios que dan el paso del tiempo y contamos con un apartado visual que, sin ser una maravilla, está repleto de detalles.

Los escenarios están muy bien diseñados (tanto en el mapeado como en los objetos que lo componen y que saltan en pedazos con los disparos y explosiones). Los colores son atractivos y lo cierto es que el juego luce de maravilla aunque, eso sí, uno de los motivos por los que el precio es el que es (y que seguramente ha sido una de las claves para un rápido desarrollo del juego) es que prácticamente todas las animaciones, además de los iconos de movimiento, están recicladas de la segunda entrega.

A nivel sonoro, tenemos voces en castellano y textos bien traducidos, y se agradece porque vamos a leer un montón de descripciones y, además, vamos a poder disfrutar de varias escenas de historia que están dispuestas como si de una novela visual se tratara.

Antes de ir a la conclusión del análisis de XCOM Chimera Squad, hay que hablar de algo que, seguramente, los fans de la saga habéis echado de menos por su ausencia en el texto: los bugs. Firaxis es conocida por sus lanzamientos algo complicados que sí, se van puliendo poco a poco con parches, pero que en un principio pueden molestar.

Chimera Squad no se libra de los bugs y, de hecho, algunos nos suenan de XCOM 2. No son muy habituales, pero me ha tocado reiniciar el juego, o la partida, dos o tres veces cada uno. Hay algunos cuelgues entre turnos (unos son infinitos y otros se solucionan pasado un tiempo), hay salidas aleatorias al escritorio y el sonido, a veces, no cuadra con lo que pasa en la batalla.

No he perdido partidas guardadas, pero está claro que no es plato de buen gusto el que haya bugs que te echen del juego. El rendimiento en mi equipo (i7-7700K con 32 GB de RAM DDR4 y GTX 1080) ha sido perfecto. No esperaba otra cosa, pero XCOM 2, en su día, rascaba un poco en ciertos momentos en los equipos potentes de la época. No ha sido el caso y con todas las opciones visuales al máximo en 2K, el juego iba perfecto.

Un XCOM con todas las letras

Reconozco que el anuncio me pilló con el pie cambiado. Me gusta el género y la saga, pero estamos rodeados de grandes juegos ahora mismo y pensé, de manera errónea, que este título era una entrega menor. Lo primero, por el corto espacio de tiempo entre anuncio y lanzamiento. Lo segundo... por el precio de 20 euros, 10 si lo comprabas anticipadamente.

Efectivamente, me equivoqué y me dejé llevar por prejuicios, ya que en cuanto comencé a jugar para hacer el análisis de XCOM Chimera Squad, me di cuenta de mi error. Es cierto que es un juego más “pequeño” por la duración (aunque no es escasa, con más de 15 horas de campaña), por la dimensión, porque no expande las mecánicas vistas en la secuela y porque recicla muchísimo de esta, pero caray, tiene muchísimas ideas interesantes.

Me gustan las habilidades no tanto por lo espectaculares que resultan a veces, sino por el componente estratégico de las mismas, me gusta el sistema de turnos en un timeline aleatorio, pero con el que también podemos "juguetear", me gusta el modo de entrada y el sistema de misiones.

Es cierto que no es el juego más fácil del mundo para empezar en este género, pero es un buen punto de partida para que nuevos usuarios se aventuren en él. Si perdonáis sus bugs y que sea algo confuso al principio, os encontraréis un muy buen juego de estrategia por turnos.