Cine para gamers: Game Over. Kasparov and the Machine

Continuamos nuestro especial de Cine para gamers adentrándonos en una de las grandes polémicas de mediados de los 90, los versus entre Gari Kaspárov y el ordenador de IBM Deep Blue gracias al interesante y extenuante documental titulado Game Over: Kasparov y la máquina.

El realizador de origen neoyorkino Vikram Jayanti utiliza entrevistas con Kaspárov, su manager, expertos en ajedrez, miembros del equipo de IBM encargados de programar Deep Blue, así como material de archivo original del partido en sí. Muchas dudas, a pesar de la documentación utilizada, quedan en el aire.

Recapitulemos un poco: Kasparov, el campeón del mundo en ajedrez entre el 1985 y el 2000, alcanzó un gran impacto mediático por su enfrentamiento contra máquinas diseñadas exclusivamente para derrotarlo en su juego.

Si no juegas, no puedes perder

En el año 1989 Kaspárov venció a Deep Tought y el el 96 se enfrentó a la primera versión de Deep Blue, el ordenador de IBM. En este primer duelo, la primera partida le dio la victoria a la computadora siendo la primera vez que conseguía derrotar a un campeón del mundo. De las siguientes cinco partidas que disputaron, Kaspárov ganó tres e hizo tablas en dos siendo el resultado final 4-2 a favor de Kaspárov.

Sin embargo, IBM continuó perfeccionando la máquina para organizar un nuevo torneo. Extraoficialmente era conocida como Deeper Blue e iba a convertise en una auténtica pesadilla para el ajedrecista. El resultado final fue de 3,5-2,5 siendo derrotado en un duelo a seis partidas en las que el sexto juego fue crucial debido a un error grave de Kaspárov. EL documental también muestra a la perfección el inmenso revuelo periodístico en torno a todo este asunto, ¿la supremacía de las máquinas estaba ya corroborada?

Juego limpio ¿o no?

Hay teorías de todo tipo sobre lo que pudo suceder: algunas tesis conspirativas han llegado a afirmar incluso que Kaspárov se había dejado ganar para propiciar un tercer encuentro que le deportara mayores beneficios económicos. También se señaló que habría podido adquirir acciones de IBM meses atrás y que tras la victoria de Deep Blue obtuvo inmensos beneficios. Lo cierto es que las máquinas fueron desmanteladas lo que, como afirma una de las voces del documental es algo así como "llegar a la Luna y no explorarla, volviendo con las manos vacías".

El documental pone en valor, sobre todo, la forma en la que funciona un ordenador, que básicamente utiliza un potente sistema de cálculo mientras que para el hombre, es fundamental tanto la retentiva como la proyección temporal para poder decidir el siguiente movimiento.

Las críticas del ajedrecista se centraron, sobre todo, el la actitud posterior de IBM. Tras una jugada cuestionable de la computadora, comenzó a pensar que estaba siendo "ayudada" por un estratega humano, de modo queKaspárov solicitó después de la partida los registros escritos de los procesos de Deep Blue. IBM aceptó entregárselos tras el encuentro pero finalmente no lo hizo de modo que Kaspárov denunció que el encuentro fue organizado sólo con fines de propaganda y no científicos. Esta supuesta estratagema se muestra en el documental en forma metafórica con la inclusión del engaño del autómata ajedrecista que era operado en secreto por seres humanos.

¿Sueñan las computadoras con piezas de ajedrez?

El documental incluso recoge un anuncio comercial de Pepsi en el que se recoge el duelo entre los humanos y las máquinas.

Los interrogantes: todas las piezas son importantes

Las cuestiones que se suscitan en el documental siguen estando vigentes a día de hoy. Tanto es así que a finales de 2012 nuevos informes sacados a la luz venían a tratar de aclarar la polémica de si Deep Blue había recibido ayuda humana a la hora de decidir ciertos movimientos.

Por supuesto, nada es concluyente, ¿qué desencadenó la derrota de Kaspárov? ¿Un error de cálculo de la máquina, un movimiento elegido al azar, un empujoncito humano, la presión psicológica o el impacto emocional en el hombre?

Lo que sí podemos afirmar con rotundidad es que el documental te atrapa totalmente gracias a la música y el in crescendo emocional. Casi es posible oír cómo Kaspárov se devana los sesos.

Sobre si hay sesgo en el documental a favor del ajedrecista solo puedo decir una cosa, ¿a quién no le apetece barrer para casa cuando está en juego el valor de la inteligencia humana? Realmente uno quiere pensar que la partida estuvo amañada o que se introdujo el factor humano al otro lado del tablero, aunque solo sea por mantener la honra de no sabernos inferiores a las máquinas...