Crítica de American Horror Stories: El hombre (o mujer) de látex

Los fans de AHS nos estábamos reponiendo de la incorporación, la pasada semana, de las nueve temporadas de la serie de terror de Murphy y Falchuk al catálogo de Star/Disney Plus. Y ya tenemos aquí el primer capítulo del spin-off de la franquicia: American Horror Stories. A esto se unirá, el próximo 22 de septiembre, la décima temporada de la “serie madre”, bautizada como AHS: Double Feature.

A diferencia de AHS, American Horror Stories se compone de capítulos autoconclusivos y tramas independientes… aunque hasta cierto punto. Y esto lo decimos porque el primero de ellos, está dividido en dos partes y tendremos que esperar hasta la próxima semana para conocer el desenlace de la historia de Scarlett (Sierra McCormick).

Como no es cuestión de destripar mucho la trama, diremos que está protagonizada por una adolescente que se muda con sus padres, Michael (Matt Bomer) y Troy (Gavin Creel) a cierta casa que resultará familiar a los seguidores de AHS: Murder House. Encontrará allí cierto objeto no menos icónico, el traje negro de látex, que desencadenará una serie de dramáticos acontecimientos.

Recurrir a la mansión que sirvió de escenario a la primera temporada es una jugada inteligente y no habíamos vuelto a saber nada de ella desde el desenlace de AHS: Apocalypse, en 2018. Por fuera sigue igual de imponente y por dentro, sigue siendo el Corte Inglés de Castellana en época de Rebajas, en lo referente a lo paranormal. Jamás una casa tuvo tantos fantasmas por metro cuadrado.

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A lo largo del capítulo se dejan caer, brevemente, algunos espectros conocidos, aunque el peso de la trama recae en el mencionado traje de látex y el efecto que causa en Scarlett y en la relación que mantiene con sus padres y algunas de sus compañeras de clase, en especial con Maya, la chica que le atrae, interpretada por Paris Jackson (sí, la hija de Michael).

Para el fan hardcore de AHS el trasfondo de amoríos juveniles de El hombre (o mujer) de látex podría resultar algo decepcionante, ya que la serie original siempre ha partido de temas bastante más truculentos, aunque quizás olvidamos el terror que nos provocaba no ser correspondidos, o directamente no encajar, en el instituto.

En base a un capítulo es imposible etiquetar a Stories como un éxito o un fracaso. Es cierto que se nota que es una producción menor, en comparación a la “serie madre”, tanto en presupuesto como en reparto, pero el hecho de contar con episodios autoconclusivos (tranquilos, porque la jugada de dividir la trama solo sucede con los dos primeros) puede dar mucho juego en un producto de terror así.

En las siguientes entregas hay de todo: desde la “aparición” de Tipper Gore a demonios y un Santa Claus muy particular. Murphy y Falchuk siempre nos sorprendieron al integrar sucesos y figuras históricas en las tramas y este nuevo formato les ofrece carta blanca a la hora de crear historias aun más delirantes sin tener que esperar a los episodios de Halloween.

American Horror Stories ya ha sido renovada para una segunda temporada, pero de momento toca disfrutar de estos siete primeros capítulos, que irán apareciendo todos los miércoles en Disney Plus, tanto en versión original como doblados al castellano.

Por último, si aún no habéis visto la serie original, os estáis perdiendo algo realmente grandioso. Puede que la tarea de afrontar nueve temporadas os eche un poco atrás, pero tras ver Murder House (la primera temporada), Asylum (la segunda) y Roanoke (la sexta) ya estaréis completamente enganchados al universo AHS. Para siempre.