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Crítica de Amityville: el despertar, la película de terror

Amityville: el despertar
Crítica de Amityville: el despertar, la película de terror escrita y dirigida por Franck Khalfoun y protagonizada por Jennifer Jason Leigh y Bella Thorne. En cines a partir del 2 de febrero de 2018.

Hay géneros que parecen condenados al Día de la Marmota... Por si tienes dudas, Amityville: el despertar es una película más de casa encantada, padre ausente, jovencita rebelde que se pasea en lencería sexy y fuerzas paranormales inexplicables con dudosas intenciones. Tal cual: en realidad no se llega a entender en ningún momento cuál es el punto de la película.

Donde tendría potencial para dar miedo de verdad, más allá de los cuatro sustazos de rigor (de esos que en el momento te hacen dar un bote pero cuya coherencia es inexistente), es en esa entrega voluntaria a la malignidad con el fin de una recompensa inmediata, pero da tantas vueltas alrededor de esa idea (en círculo), que termina reventando todo su potencial y relegándonos a la vieja pugna entre el mal desatado y su contención in extremis.

¿De qué trata la película?

Amityville: el despertar nos cuenta la historia de una familia compuesta por una mujer y tres hijos, uno de ellos impedido y en coma, se muda a una nueva casa con el fin estar más cerca de la tía materna y conseguir ahorrar dinero para ayudar a pagar el costoso tratamiento del joven.

Pasado un tiempo, parece ir recuperándose de forma milagrosa pero su gemela, Belle, descubre de forma paralela que su casa no es normal: se trata de la tristemente famosa vivienda en la que sucedió la masacre de la familia DeFeo. Aunque en un principio trata de convencerse a sí misma de que no son más que sugestiones, cuando las pesadillas y los fenómenos extraños empiezan condicionar su vida, sospecha que su madre no le está contando toda la verdad y se decide a investigar por su cuenta.

Lagunas insondables

El reclamo publicitario de Amityville: el despertares el caso Amityville, todo un clásico con su propia retahíla de películas (como poco unas quince lo han utilizado ya como pretexto argumental en mayor o menor medida por no hablar de ese breve prólogo de Expediente Warren: el caso Enfield en el que vimos a la propia Vera Farmiga convertirse en el brutal asesino) pero que nadie espere ni una secuela, ni un remake de la película del 79. Hay alusiones directas y hasta extractos de Terror en Amityville protagonizada por Margot Kidder y James Brolin que, ojo al dato, la protagonista utiliza por mediación de sus amigos inadaptados para documentarse acerca de los males que acechan en su nuevo hogar. 

¿Todavía no la has visto? Consíguela a un precio de risa

En este sentido, la cinta coquetea con algunas referencias metalingüísticas que no están fuera de lugar aunque tampoco consigue desarrollarlas hasta el punto de resultar del todo rompedora. Para entendernos "mola" que la ficción del 79 ejerza influencia en lo que pasa en la película en un juego en el que los personajes no saben que lo son. Algo similar a lo que ocurre al final cuando vemos una crónica de sucesos de lo sucedido como si fuera real. Esa ambigüedad respecto a los límites de la realidad y la ficción es refrescante. 

Amityville: el despertar

Ni siquiera una pedazo de actriz del calibre de Jennifer Jason Leigh consigue levantar una película de terror que se ha pasado dando tumbos desde 2012, cambiando de título hasta conseguir un estreno limitado en cines en el mes de octubre de 2017 en Estados Unidos. A España llega todavía más tarde, aspirando a congregar al fiel y maltratado público asiduo al terror.

La dirección de Franck Khalfoun dista de ser perfecta a pesar de haber rodado previamente un par de cintas minoritarias (producidas por Alexandre Aja) como Parking 2 o Maniac que tuvieron una acogida más cálida. En aquellas al menos había más coherencia interna: iban al grano. En este caso, el montaje evidencia las vueltas que le han tenido que dar a la película para que case.

Una de cal, otra de arena

Pero no todo son defectos en esta película de miedo y el casting es desde luego bastante decente. Aparte de la idoeidad de las dos actrices principales para sus respectivos roles, Cameron Monaghan (que como poco os sonará por su papel de Jerome en Gotham) se consagra como fuente genuina de generación de mal rollo gracias a una caracterización tan eficiente como arriesgada y un par de momentos que le brinda el guión en el que atisbamos su lucha interna. 

Cuando Amityville: el despertar no se abandona al CGI barato (tela con la habitación roja de rigor) y opta por un enfoque más "artesanal", tira de una ambientación que podría llegar a ser tan desconcertante como pretende gracias a tiros de cámara inusuales y llamadas a la nostalgia cinéfila: desde las alusiones a los ventanales de la casa como ojos demoniacos hasta esa caracterización de Leigh que os traerá a la mente, quizás, películas como La semilla del diablo.

No cabe duda de que estamos ante una película fallida, sin embargo, tiene atractivos que nos hacen pensar que había un germen mucho más prometedor que en algún momento del proceso sencillamente se malogró. Lástima.

VALORACIÓN:

Decepcionante película de terror que acude en demasiadas ocasiones a lugares comunes. Tiene destellos de interés, pero la trama general no encaja.

LO MEJOR:

La fotografía de Steven Poster y el trabajo de Jennifer Jason Leigh son los dos valores más positivos. Y un par de buenos y efectivos sustos.

LO PEOR:

El guión no tiene pies ni cabeza. No hablamos ya de que sea más o menos original: es que no hay por dónde cogerlo. Se hace larga.
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