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Crítica de Bienvenidos a Edén temporada 2: cuesta abajo y sin frenos

Bienvenidos a Edén 2

Crítica de la temporada 2 de Bienvenidos a Edén, la serie juvenil de estreno en Netflix el 21 de abril con Amaia Salamanca, Amaia Aberasturi y Guillermo Pfening.

Después del éxito de la primera temporada de Bienvenidos a Edén (muchos usuarios se la zamparon del tirón y el vapuleo de la crítica no le hizo mella alguna), llega una segunda temporada a Netflix.

Eso significa rostros nuevos, carne fresca y, suponíamos, el desarrollo de la sorpresita que nos dejaron como colofón de la primera tanda de episodios que nos dejaba intuir que la ciencia ficción estaba al caer.

Sin embargo, la ficción opta por seguir desarrollando la premisa de la supervivencia y guardarse las cartas más tiempo, eso sí, expandiendo el secreto tan mal guardado de Astrid y Erick, fundadores de la supuesta colonia autosostenible e ilocalizable Edén.

Cuando Zoa se recupera del impacto de ver a su hermana ingresando en la isla para rescatarla, empieza a buscar la forma de estar en contacto con ella, que ha decidido adoptar la falsa identidad de Molly.

Astrid y Erick por su parte, toman la dramática decisión de introducir a militares para controlar la rebelión mientras meten en una celda a Charly y a África. Zoa se escorará hacia Bel, con quien cada vez tiene una relación más estrecha, despertando los celos de Nico.

El pequeño Isaac, sin embargo, va necesitando ampliar sus horizontes a medida que va madurando y escapa al control de su cuidadora, poniendo en evidencia los planes de los anfitriones, que han mantenido oculta su presencia para la colonia.

Lo primero que tenemos que señalar es el escenso de calidad en los valores de producción más básicos como son montaje, fotografía y guión. En esta temporada encontramos giros injustificables y un morbo desmedido que reclama la atención de la audiencia de Élite sin ningún pudor y acerca algunas secuencias a un tono de porno suave desconcertante y hasta incómodo por innecesario.

Por otra parte, se echa por tierra una de las pequeñas fortalezas de la primera temporada: ese cliffhanger final que hacía presagiar un volantazo hacia la ciencia ficción que, al menos en los cuatro episodios que hemos podido ver, no se materializa en nada tangible. La maniobra era arriesgada pero se antoja además tramposa teniendo en cuenta la escasa atención que se le procura.

 

Las interpretaciones siguen siendo un lastre; los jóvenes rostros que pueblan Bienvenidos a Edén muestran un fuerte compromiso con la ficción atreviéndose con todo pero dejando clara también su falta tablas y dejando aún más al descubierto los agujeros del libreto. En pocas palabras, los diálogos son difíciles de defender, como para que lo hagan intérpretes que están tan verdes...

Uno de los aspectos mas satisfactorios de la temporada inaugural era el diseño de vestuario y las localizaciones.

Había una coherencia visual que subrayaba aspectos como la pertenencia a un grupo casi sectáreo y los dos planos en los que se movían los nuevos integrantes del grupo: pelear contra el sistema para volver a sus vidas cotidianas (generalmente con violento resultado) o bien integrarse y aceptar la patraña comulgando con un credo algo difuso en el que el fin no estaba del todo claro.

Bienvenidos a Edén 2

Netflix

Tanto las ideas que hay detrás de la serie como su plasmación escenográfica han bajado varios peldaños en su calidad.

La irrupción del ejército, la decisión de no atraer a nuevos acólitos y la absurda manera de tratar a los disidentes dejándolos practicamente a sus anchas prueba que las pocas ideas interesantes que había en esta historia se han terminado. Y eso no lo arreglan los muchos planos de drones con paisajes idílicos (mal ensamblados) que sirven de relleno.

En resumen, la segunda temporada de Bienvenidos a Edén es muy insatisfactoria y, a pesar de sus momentos videocliperos, se queda bien lejos de la primera, que de por sí ya era bastante flojita. Netflix propone otro "todos contra todos" en el que las relaciones sexuales son el centro de una historia a la que le falta chicha, agilidad e interés.

VALORACIÓN:

Repetitiva, morbosa y con muy poca historia que desarrollar, Bienvenidos a Edén se desinfla en su segunda temporada por la nula disposición a desarrollar su vertiente de ciencia-ficción y el bajón de calidad de la serie.

LO MEJOR:

La localizaciones paradisiacas y el compromiso del reparto, aunque le falte talento y experiencia.

LO PEOR:

El guion es bobísimo: solo una excusa para una reunión de hormonas constante. Se alimenta solo del morbo.
Hobby

40

Malo

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Etiquetas: Netflix