Crítica de Damsel, con Millie Bobby Brown en modo princesa rebelde

No es baladí que Damsel se lance en Netflix el 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora y onomástica que tiñe las calles de morado para reivindicar la igualdad de derechos. Nos hallamos ante una película que quiere subvertir la premisa principal de los cuentos de hadas clásicos (y muy desfasados) en los que la damisela en apuros es rescatada por el príncipe encantador.

Ya nos advierte desde el comienzo que ésta no es una de esas historias, de modo que veremos a una joven salir adelante por sí misma. El problema es que quiere superar algunos clichés pero sigue abrazando otros igual de preocupantes, como el hecho de que la antagonista sea una malvada mujer sin corazón. En fin.

Por el camino toneladas de CGI y una producción sin alma en la que la continuidad del montaje se ve constantemente comprometida por la caracterización de Millie Bobby Brown, que evoluciona a trompicones. Tampoco es que sus dotes interpretativas brillen demasiado en esta ocasión... es como si no se creyera al personaje, y poco podemos reprocharle al respecto.

No es oro todo lo que reluce

El rey Roderick y su esposa lady Bayford acuerdan casar a su hija Elodie con el príncipe Henry, heredero del rico reino de Áurea. A tal fin se embarcan en un viaje hacia el lugar, que pronto les sorprende por su majestuosidad. 

Elodie y Henry conectan pronto y los preparativos matrimoniales se aceleran, para regocijo de ambas familias. Roderick necesita el dinero de la dote para salvar a sus súbditos y la reina Isabelle de Áurea persigue sus propios fines que poco tienen que ver con la felicidad a largo plazo de su hijo.

Tras una breve ceremonia, Elodie es conducida a la boca de una sima en la cual se lleva a cabo un ritual para mezclar su sangre con la de la familia real. Posteriormente empieza su pesadilla: es abandonada a su suerte para alimentar al dragón que vive en su interior.

Armada únicamente con su ingenio, sus ganas de vivir y los recuerdos de su familia, la joven tendrá que hacer frente a la oscuridad, la adversidad y el antagonismo formidable de la última y vengativa criatura de su especie que escupe fuego y desea aniquilar a los humanos por encima de todo.

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Damsel - Galería posters (4 imágenes)

A pesar de ser una película con un enfoque muy infantil, Damsel no está entre las más recomendables para ver con los pequeños de la casa por varias razones: resulta muy violenta y sus valores se alejan bastante de lo deseable.

Podríamos poner distintos ejemplos, pero vamos a evitar incurrir en spoilers y a zanjar la cuestión de forma elegante señalando solo que la recomendación por edades es para mayores de 12 años y que no supera el reto de dejar atrás algunos de los mayores clichés de los cuentos de hadas a pesar de que está en su ánimo desquitarse con el heteropatriarcado del que nacieron.

El desarrollo de la historia es bastante torpe, con predecibles giros de guión y unos efectos especiales muy mejorables, sobre todo a medida que cobra protagonismo el dragón... que, por cierto, habla. Esto ya nos da una pista de las dificultades que tiene el guión para sostener la historia. 

El punto fuerte de Damsel es el arranque de la historia y el primer paseo por el reino de Áurea (siempre es un placer reencontrarse con Robin Wright aunque sea en un papel que no requiere para ella ni el más mínimo esfuerzo), a partir de ahí nos hunde en una sima de la que no solo le cuesta salir a la protagonista.