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Crítica de El día de la bandera (Flag Day), la nueva película dirigida por Sean Penn

El día de la bandera

Crítica de El día de la bandera (Flag Day), la nueva película dirigida por Sean Penn donde además de aparecer él mismo dirige a sus dos hijos. En cines a partir del 5 de enero de 2022.

Tenemos que hablar de Sean Penn: con esta película marca un pequeño hito en su carrera dado que es la primera vez que dirige y también protagoniza una película. Lo hace además acompañado por los dos de los hijos que tuvo fruto de su relación con Robin Wright antes de su separación en 2010: Dylan y Hopper Penn.

Y, sinceramente, da la sensación que ha aceptado este encargo con la esperanza de encontrar para sus hijos un hueco en la industria... porque a nivel de realización es una película a la que le falta corazón y le sobra melodrama.

El día de la bandera es la adaptación del libro "Flim-Flam Man .la verdadera historia de la vida falsa de mi padre" de la periodista Jennifer Vogel, un libro de memorias que escribió en 2005 en el que hablaba de su relación paterno-filial desde la infancia, cuando tenía a su padre idealizado, y hasta su muerte, que la marcaría para siempre.

John Vogel es descrito como un hombre extraordinario y deslumbrante: un emprendedor a quien la suerte no acompaña y que termina enfangado siempre en asuntos ilegales y turbios que lo ponen a él y a su familia en peligro.

A pesar de su gran audacia, John es incapaz de mantener unida a su familia y opta por una una vida llena de riesgo y aventura, algo que llama la atención de su joven hija que no comprende el proceso depresivo y autodestructivo que atraviesa su madre cuando se siente abandonada por él.

Así, ella y su hermano harán las maletas para irse a vivir con John, pero cuando un negocio se le tuerce, tiene que devolvérselos a su madre. Las cosas se complican cuando Jennifer es atacada por su padrastro y ella decide ignorar el problema. Jennifer se irá a vivir con su padre de forma definitiva y tratará de reformarlo ayudándole a encontrar un trabajo legal y a rehacer su vida.

Pero John es adicto a su forma de vivir y, aunque quiera a sus hijos con locura, no puede evitar sacar tajada de su gran talento: la falsificación.

Dado que a nivel de realización tiene muy poco que ofrecer, El día de la bandera tiene como principal atractivo que la coprotagonista de la historia sea Dylan Penn: de hecho, realiza una buena interpretación, aunque las caracterizaciones sean de juzgado de guardia (¿por qué esas pelucas horribles que no son nada creíbles?). 

Hay momentos en los que llega a eclipsar a su padre, que resulta demasiado histriónico y poco o nada creíble.

Pero el mayor problema de El día de la bandera es que no se le encuentra el pulso a la cinta en ningún momento: es excesivamente melodramática y, a pesar de estar basada en una historia real, no transmite verosimilitud.... salvo quizás en las secuencias protagonizadas por la solvente Katheryn Winnick, la única con la que se puede sintonizar a nivel emocional, a pesar de que genere rechazo.

El día de la bandera
Inopia Films

Hopper Penn tiene, que debutó en Diré tu nombre, tiene un papel mucho más secundario y de menor enjundia que consiste, básicament,e en aparecer apenado haciendo uso de una mueca recurrente.

Uno de los aspectos más reseñables de El día de la bandera, es la banda sonora de Cat Power que le aporta algo de textura al letárgico metraje... poco más puede salvarse de este pequeño despropósito que naufraga estrepitosamente como melodrama a pesar de contar, se supone, historias extraordinarias sobre personajes estrambóticos.

Aquí el magnetismo de John Vogel está ausente y es difícil comprender la mirada idealizadora de su hija hacia él porque no terminamos de encontrarle ese arrollador magnetismo de caradura irresistible.

Si el libro resulta enternecedor y a la vez conmovedor a la hora de retratar la especial relación de devoción y posterior desengaño de una niña hacia su padre, aquí es difícil encontrar a qué agarrarse para contener los bostezos, amén de las distracciones que propone la deficiente producción que da la sensación de ir bastante justita de medios.

VALORACIÓN:

Aunque el resultado final no es tan profundamente decepcionante como el del anterior trabajo de Sean Penn, sí que es cierto que queda muy por debajo de las expectativas: una historia basada en hechos reales sin pulso que parece ser más una excusa para posicionar a sus hijos en la industria que otra cosa.

LO MEJOR:

La interpretación de Katheryn Winnick y algún pequeño destello en el plomizo metraje de la película.

LO PEOR:

Las caracterizaciones son muy poco creíbles. La película en general resulta insustancial y demasiado ñoña.
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