Crítica de ¿Dónde está mi cuerpo?, la extraña historia de amor animada

El pasado fin de semana se estrenó en Netflix ¿Dónde está mi cuerpo? (J'ai perdu mon corps), una película de animación francesa escrita y dirigida por Jérémy Clapin basada en una novela de Guillaume Laurant. ¿Dónde está mi cuerpo? debutó en el pasado Festival de Cannes, donde se hizo con el Nespresso Grand Prize y se convirtió en la primera película animada en ganar este premio. Después de este éxito, Netflix adquirió los derechos de distribución de la cinta y el resto es historia. 

Pero, ¿de qué va Dónde está mi cuerpo?. Pues todo comienza, más o menos, con una mano. Es una extraña historia de amor que mezcla los sentimientos y sentidos a través de los recuerdos de una mano que está tratando de volver con su cuerpo. 

Naoufel y su mano

Junto con su mano, el protagonista de la historia es Naoufel, un joven repartidor de pizzas que no es demasiado bueno en su trabajo. Durante una de las entregas, conoce a Gabrielle, una bibliotecaria, y se enamora de ella. Naoufel decide averiguar más sobre ella y a raíz de sus investigaciones termina encontrando un trabajo como aprendiz de ebanista. Vamos descubriendo la historia del pasado y presente de Naoufel y todos sus sueños perdidos a través de su mano amputada, que escapa del laboratorio donde está guardada y se embarca en toda una aventura imposible para reunirse con su cuerpo.

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Parte del guión y la novela original corren a cargo de Guillaume Laurant (Amélie, Largo domingo de noviazgo), lo que debería prepararos para el tono de la cinta. Si esperáis ver una película de animación parecida a lo que estáis acostumbrados, ¿Dónde está mi cuerpo? no es para vosotros. La película francesa es un relato mucho más intimista que incluso se puede volver demasiado contemplativa y lenta en algunas ocasiones y que confía más en emociones sensoriales y en el lenguaje corporal de los personajes que en diálogo a la hora de guiarnos a través de la historia. 

La narración en ocasiones se vuelve confusa, ya que experimentamos la historia de Naoufel a través de diversos recuerdos de su mano. Esto también hace que la historia de amor resulte un poco vacía, donde nunca llegamos a conocer realmente a ningún personaje además de Naoufel, e incluso la forma en que está narrada únicamente desde su punto de vista no resulta muy romántica del todo. Además de esto y sin haceros spoilers, hay ciertas cosas que no se llegan a resolver y el final de la película puede no resultar satisfactorio por lo que ¿Dónde está mi cuerpo?puede no ser una película fácil de asimilar.

La animación no es solo para niños

Esta es una de las máximas que más se repiten entre animadores y especialistas en el mundo de la animación, y es que el cine animado no tiene por qué estar únicamente dirigido a un público infantil, ni ser un compendio de chistes de sexo y alcohol si es para adultos. Una de las mayores virtudes de ¿Dónde está mi cuerpo? es precisamente que podría haberse rodado perfectamente como una película de acción real por el tipo de historia que supone, pero en cambio utiliza la animación como un medio visual en lugar de un género en sí mismo. 

Visualmente, el trabajo artístico en la película francesa es impresionante, con un cuidado trabajo en el departamento de color. Se separan perfectamente ambientes y el humor del protagonista dependiendo de las paletas, y el recurso de mostrar ciertos flashbacks en blanco y negro (aunque gastado) sigue siendo efectivo y está muy bien medido. Las paletas de color, además, están perfectamente estudiadas, mostrando los escenarios e incluso a otros personajes en tonos fríos mientras que el Naoufel y su mano siempre aparecen con subtonos rojizos y saturados que destacan entre los colores más apagados.

La animación es muy natural, con movimientos muy sutiles que en ocasiones pueden recordarnos más casi a un actor real antes que a un dibujo animado, con lo que a veces parece pecar de limitada. Aunque es principalmente una película de animación tradicional, en ¿Dónde está mi cuerpo? también se combina la animación 2D con la animación CGI, especialmente en algunos de los planos más impresionantes y ciertos elementos y escenarios, aunque las dos técnicas están tan bien integradas que es difícil darse cuenta de la inclusión de elementos en 3D.

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Ya veis, que la premisa de "una mano amputada trata de reunirse con su cuerpo" podría parecer digna de un argumento de peli de terror, pero en su lugar Clapin y Laurant consiguen convertirlo en un extraño cuento evocador y lleno de sentimientos. La animación de la mano es realmente increíble, reaccionando a todo a su alrededor y mostrando sentimientos de una manera que se convierte en un personaje individual e incluso consigue que te encariñes un poquito de ella y desees que descubra dónde está su cuerpo.