Crítica de Escena del crimen: Desaparición en el hotel Cecil - Un "true crime" que da que pensar

La corriente de los documentales true crime (aquellos que reconstruyen crímenes o desapariciones reales a base de entrevistas e imágenes de archivo) vuelve a la carga en Netflix, una plataforma que ya alberga algunos representantes muy llamativos. En esta ocasión, más que parecerse a sus representantes más icónicos (como son The Keepers o Making a Murderer), esta nueva historia usa la desaparición de una chica solo como una de las patas de su narración en torno a la desigualdad social en Los Ángeles, el peligro de no mantener el control en Internet y... La misteriosa aura del hotel Cecil.

Escena del crimen: Desaparición en el hotel Cecil es una serie documental cortita, de solo cuatro episodios (eso sí, de 50 minutos cada uno), pero se las apaña para abordar muchos temas interesantes. La historia central gira en torno a Elisa Lam, una jovencita canadiense que se embarca sola en un viaje por la costa oeste americana. Cuando se hospeda en el hotel Cecil de Los Ángeles, desaparece sin dejar rastro.

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A partir de ahí, el documental lanza las preguntas. ¿Qué pasó con ella? ¿Tuvo alguien que ver con su desaparición? ¿Y qué papel jugó el propio hotel Cecil, famoso por su trágico pasado? Al margen de la propia investigación sobre dónde puede estar Elisa (aunque es interesante, es quizá la parte menos llamativa del conjunto), el documental Escena del crimen: Desaparición en el hotel Cecil aborda también ese aura de misterio que rodea al propio hotel, situado en pleno downtown de Los Ángeles. No en vano, sirvió de inspiración para American Horror Story: Hotel.

Llegados a este punto, me vais a permitir que hable en primera persona del singular y os cuente que yo mismo me he hospedado en ese hotel, varios años atrás. Y esa faceta que nos narra el documental acerca de que es glamouroso en su recibidor pero muy sórdido nada más tomar el ascensor a la habitación es totalmente cierta. Sin saber nada sobre su leyenda negra, yo llegué a pasar miedo allí, hospedándome solo. 

Ahora, esta docuserie nos cuenta el trágico pasado del hotel: construido a principios del siglo XX como un entorno de lujo, la Gran Depresión lo convirtió en un refugio para criminales, yonquis y exconvictos. Pero claro, está situado en una zona muy céntrica de la ciudad y es tremendamente barato, así que muchos turistas acaban hospedándose allí, sin saber que pueden tener a un pederasta o a un asesino en la habitación de al lado...

Lo interesante es que el documental no intenta meternos miedo porque sí, sino que analiza cómo la gente "cuestionable" que se hospeda en el hotel es fruto de una política social injusta, que ha convertido ese área en una especie de gueto para los vagabundos y los criminales, mientras otras áreas de Los Ángeles disfrutan de sus playas ideales y sus enormes chalets. En cualquier caso, todo esto ha dado un aire de misterio al hotel Cecil, en el que se han hospedado asesinos en serie "históricos". ¿Hay alguna fuerza maligna en sus cimientos? ¿Por qué atrae tanta desgracia?

Estas preguntas dan hueco a un análisis social más amplio, al estilo de esa interesante pieza que fue A los gatos, ni tocarlos. La desaparición de Elisa Lam alcanzó la dimensión de fenómeno mediático en EEUU. Muchos investigadores aficionados y youtubers escudriñaban cada mensaje que Elisa dejó en su Tumblr, cada frame del vídeo que la Policía de Los Ángeles dejó como pista por si alguien podía ayudar. Pero cuando alguien muy aburrido convierte en su obsesión personal la búsqueda de una persona que ni conoce... ¿Corremos el riesgo de que se pierda la verdadera perspectiva de las cosas?

Escena del crimen: Desaparición en el hotel Cecil hace un buen trabajo a la hora de ir colocando las piezas del misterio sobre la mesa, de tal forma que como espectadores podemos caer en los mismos errores que otros "personajes" de la narración. Y eso nos lleva a reflexionar sobre lo estúpido que puede llegar a ser trivializar según qué facetas de la vida, solo por dejarnos llevar por las corrientes de opinión y los minutos de fama de Internet.

El documental de Netflix está muy bien construido desde el punto de vista técnico, con entrevistas muy detalladas de las diferentes perspectivas de la historia (desde otros huéspedes del hotel hasta la encargada del mismo en la época o los investigadores de la policía), planos históricos del hotel en numerosas décadas y pequeñas reconstrucciones de lo que escribía Elisa antes de emprender su viaje.

También cae en unos cuantos errores, como intentar dar un tono demasiado efectista y lacrimógeno a algunas facetas de la historia o concluir abruptamente algunas claves de este misterio. Aún así, más que la resolución en torno a qué fue de Elisa Lam, lo importante son las reflexiones acerca de las miserias en las que todos participamos, de una forma u otra, como sociedad. Todos deberíamos darnos cuenta de que nuestras ciudades van mucho más allá de los correspondientes Hollywood y Beverly Hills.