Crítica de Los Estados Unidos contra Billie Holiday, el trágico biopic de una artista irrepetible

Son muchos los paralelismos que podemos establecer entre dos películas estrenadas en fechas muy cercanas: Judas y el mesías negro, candidata a seis Oscar, y Los Estados Unidos contra Billie Holiday, que le ha valido la nominación a una sensacional Andra Day en el papel de la famosísima cantante de voz rasgada y magnolias en el cabello.

En ambos casos nos encontramos ante un mismo género, el biopic dramatizado, que sirve para reivindicar el papel de dos figuras muy distintas como son Fred Hampton y Billie Holiday a la hora de defender la lucha por los derechos civiles de las personas negras en Estados Unidos, pero también para denunciar el reprobable papel del Estado y sus instituciones a la hora de intentar silenciarlos considerándolos incluso amenazas potenciales para el orden público.

Ni que decir tiene que la película recupera algunas de las canciones más señaladas de su carrera dándoles un contexto en el que se entiende aún mejor su implicación a la hora de interpretarlas: "All of Me", "Don't Explain", "My Man" o "You've Changed", entre otras.

Los Estados Unidos contra Billie Holiday muestra a la rebelde cantante interpretando el tema "Strange Fruit", cuya letra denunciaba los linchamientos a personas negras: torturas, ahorcamientos y cuerpos quemados abandonados a la intemperie después del bárbaro espectáculo para colectivos supremacistas.

Compuesta y escrita por Abel Meeropol en 1939, la letra de la canción dice así: "Los árboles del sur dan frutos extraños / Sangre en las hojas y sangre en la raíz / Cuerpos negros balanceándose en la brisa del sur / Extraña fruta colgando de los álamos / Escena bucólica del galante sur / Los ojos abultados y la boca retorcida / Aroma de magnolias, dulce y fresco / Entonces el repentino olor a carne quemada / Aquí está la fruta para que la arranquen los cuervos / Para que la lluvia la tome, para que el viento la aspire / Para que el sol la pudra, para que los árboles la suelten / Esta es una extraña y amarga cosecha".

Era el qué y era el cómo: con "Strange Fruit" cerraba Holiday sus actuaciones. Se apagaban todas las luces salvo el foco que apuntaba hacia ella y casi se diría que entraba en trance, cantando con los ojos cerrados. Al finalizar, se desvanecía del escenario, dejando claro que era el desenlace de la noche. Ante un público simpatizante, suponía un himno; ante uno crítico, una provocación necesaria.

La canción en cuestión le reportó a la ya famosa Holiday una expasión de su popularidad a nivel mundial, haciendo que la intérprete y el tema musical llegaran a fundirse de forma indisoluble. Ella encarnó esa potente denuncia siendo capaz no solo de encandilar al público con su talento, sino de conmocionarlo y conmoverlo. En su autobiografía expresaba así su poder: “Esta canción consigue que la gente que está en orden se separe de los cretinos y los idiotas”.

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Sin embargo y a pesar del papel fundamental de la cantante de jazz para hacerse eco de este mensaje, la película se aleja de la hagiografía y no defiende a toda costa a Billie Holiday, sino que se esfuerza por retratar sus luces y sus sombras. Todo lo rebelde y reivindicativa que podía ser en un plano, lo tuvo de víctima en otro, dado que vivió una espiral de maltratos que la llevó a abusar del alcohol y las drogas. 

Como es por todos sabido, no lo tuvo nada fácil: ejerció la prostitución desde muy joven antes de triunfar como cantante pero lejos de esfumarse, sus problemas siguieron acrecentándose con el éxito, dado que atrajo a hombres que quisieron aprovecharse de su capacidad para hacer dinero. Jimmy Monroe (Erik LaRay Harvey), proxeneta y jugador, no solo vivió de ella sino que además la golpeaba. Después llegarían otras relaciones tóxicas y abusivas como la que mantuvo con su último marido Louis McKay (Rob Morgan) que apostaba con su dinero y se quedaba con sus ganancias.

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La película juega con las texturas para recrear la foto de la época y darle un plus a nivel estético. Además, Lee Daniels cuenta con buenos intérpretes, con Trevante Rhodes (Moonlight) sobresaliendo en el rol del agente federal Jimmy Fletcher, encargado de seguir e investigar a Holiday, y con quien terminó teniendo una sonada aventura amorosa. Sin embargo hay algunos secundarios que flojean bastante y que se abandonan al histrionismo en secuencias concretas en las que se pierde así el impacto emocional.

Con todo y con eso, Los Estados Unidos contra Billie Holiday hace un verdadero esfuerzo por condensar una vida compleja y muy complicada. Puede que al montaje le falte cohesión (y le sobre algo de metraje), pero la película sí que trata de mostrar, y lo consigue con éxito, la doble vida de Billie Holiday: todo glamour sobre el escenario y mucha tristeza en el camerino.