Logo Hobbyconsolas.com
Logo HobbyCine

Crítica de La hija eterna, con una Tilda Swinton atrapada entre recuerdos y espejismos

La hija eterna (2022) - Tilda Swinton

Crítica de La hija eterna (The Eternal Daughter), escrita dirigida por la cineasta inglesa Joanna Hogg y protagonizada por Tilda Swinton, quien interpreta un doble rol. Estreno el 12 de mayo.

Hablar de La hija eterna es hablar de Tilda Swinton (Tres mil años esperándote), una excelente actriz que se compromete al cien por cien en cada producción en la que aparece. En esta ocasión interpreta un doble papel y sostiene sobre sus hombros toda la película, habida cuenta de que aparece en prácticamente cada plano de la cinta.

Lo primero que vamos a enarbolar es una bandera roja para los amantes del terror: estamos ante una historia que busca generar inquietud, misterio y puede que en algún momento dado, en función de la racha vital del espectador, cierto temor, pero no se trata de ningún modo de una película de miedo al uso. 

Todo en ella es insinuación: es una narración que se cuece a fuego lento, con un tempo interno muy moroso para mostrar el día a día de una mujer atrapada en los recuerdos que, de alguna manera, consigue convertirse en la protagonista de su propia historia en una cinta que podría volver a comenzar justo al terminar, en una suerte de sinfín espectral (de ahí el título).

Por todo ello podemos decir que la directora inglesa Joanna Hogg (Unrelated, Souvenir) demuestra una sensibilidad exquisita en esta suerte de cuento gótico de textura fílmica muy peculiar, si bien no lo recomendaríamos para todos los públicos y en especial para quienes busquen pasar miedo en la sala de cine.

Se sorprenderán de verse más confundidos o emocionados que asustados, como con casi cualquier otra producción de A24.

 

La película nos presenta a Julie Hart, una guionista que viaja junto a su anciana madre a Rosalind, la que fuera su antigua residencia familiar antes de la guerra. Se trata de un lugar reacondicionado como hotel pero repleto de recuerdos de toda índole: alegres, acogedores o dolorosos.

Julie quiere recoger los secretos de su madre en su próxima película y por eso acude al lugar para documentarse y escribir, pero pronto se ve desbordada por los sentimientos. Escucha ruidos, ve presencias y le cuesta mucho descansar. Es como si el lugar estuviera encantado, hablándole constantemente y la mantuviera atrapada entre espejismos del ayer.

Una porción de realidad

¿De dónde procede esta historia? Una píldora de contexto para comprender el argumento (y seguramente uno de los motivos de la implicación de Swinton en el proyecto): en la Gran Bretaña de posguerra, el aumento de los impuestos y los cambios económicos hicieron que muchas de las grandes casas de campo se vendieran y se convirtieran en hoteles rurales, como el que aparece en la película.

De hecho una de las excepciones fue el hogar ancestral del siglo IX de la propia Tilda Swinton, que sigue perteneciendo a su familia. El perro que aparece en La hija eterna, un spaniel, es de hecho el de la actriz.

Conociendo ya por dónde se mueve la historia, es más fácil comprenderla y disfrutarla incluso dado que, aunque parece que no sucede nada y que la banda sonora no hace más que ponernos en guardia para algo que nunca termina de llegar, de facto están pasando cosas constantemente, como se revela en un giro final al que, eso sí, es fácil adelantarse.

Las cortinas evanescentes que se mecen en la noche, el constante siseo del viento en las ventanas añejas, las nubes bajas lamiendo las ventanas, el suelo que cruje bajo los pies, las puertas talladas en altorrelieve... toda la puesta en escena, minimalista, cuidada al detalle, está puesta al servicio de una historia en la que se dan cita la aceptación de la pérdida, el duelo y la memoria.

La hija eterna

Elastica Films

Uno de los grandes aciertos de Hogg es el de jugar muy bien con el espacio y con los puntos de vista: a menudo el contracampo o el espacio que hay detrás de la protagonista está objetivamente vacío, pero podríamos jurar que no lo está porque la película nos hace "sentir" la presencia de fantasmas.

También hay que alabar el grano de la película: te hace pensar en un plano temporal congelado en el tiempo: de no ser por la presencia del móvil sería difícil determinar el momento en el que discurre la narración.

En suma, La hija eterna es algo más que un ejercicio de estilo (que también): consigue ser un viaje emocional memorable y regalarnos otra interpretación para enmarcar (dos, en verdad), de Swinton. Si no existiera, habría que inventarla.

VALORACIÓN:

La hija eterna tiene el potencial de decepcionar a quienes busquen en ella una película de terror: Hogg le da una atmósfera de misterio a un drama materno-filial espectral pero en ningún momento busca atemorizar a la audiencia. Es una de esas películas que te cala hasta los huesos si entras en su juego.

LO MEJOR:

Tilda Swinton por duplicado. La ternura con la que está narrada la historia y la ominosa banda sonora que le confiere carácter y atmósfera.

LO PEOR:

No es para impacientes, tiene un ritmo muy pausado y la gran revelación final es bastante predecible, aunque tenga impacto emocional.
Hobby

77

Bueno

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.