Crítica de John Wick, la película de acción de Keanu Reeves

John Wick supuso una nueva apuesta de Keanu Reeves por la acción después de los pobres resultados de sus últimos proyectos, entre los que podemos contabilizar las decepcionantes La leyenda del samurái: 47 ronin o El poder del Tai Chi. Aquí vuelve en plena forma demostrando que todavía tiene mucho que aportar al cine de acción.

La cinta se estrenó en Estados Unidos el 24 de octubre de 2014, mientras que, como ya os contamos en su día, en España pasó directamente al mercado televisivo sin pasar por salas comerciales ni por el mercado doméstico... Sorprendente como poco que en Reino Unido se estrenara en IMAX y en España no haya pasado ni por los cines convencionales...

Es por ello que es una de las películas más populares en Netflix. Nos hallamos ante un verdadero sleeper. Ya sabéis, una de esas pelis de las que no se espera gran cosa, pero terminan enganchando. Con un presupuesto de 20 millones de dólares, superó los 78 de recaudación.

Chad Stahelski y David Leitch, primerizos en la materia, dirigen con brillantez esta película, que ya tiene su segunda parte estrenada (aquí puedes leer nuestro análisis de John Wick 2). Y menudo debut... Consiguen atrapar la atención del espectador en todo momento y sobre todo en las secuencias de acción.

Keanu Reeves interpreta a un antiguo asesino a sueldo que deja su retiro para vengarse de los gánsteres que se lo han quitado todo. La gota que colma el vaso será la muerte de su perro durante un asalto a su casa, el último regalo de su esposa moribunda. 

Bueno, seamos honestos, el argumento de John Wick verdaderamente es tan simple y somero que se puede resumir en dos líneas, pero lo impresionante es que eso no molesta en absoluto porque el verdadero talento está en la narrativa, en cómo se desenvuelve la historia. Tanto es así que da igual que la originalidad además brille por su ausencia, la hipnótica carnicería que lleva a cabo Keanu Reeves, los curiosos lugares que visita y la galería de personajes de la que se rodea son un imán; desde el Hotel Continental que solo aloja asesinos y donde está prohibido matar (jis jis), hasta los limpiadores que se encargan de dejarlo todo impoluto.

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 El responsable de que se desate esta fuerza de la naturaleza será Alfie Allen, actor que interpreta a Theon Greyjoy en Juego de tronos. Reeves además está bien acompañado por Willem Dafoe, Adrianne Palicki, John Leguizamo, Ian McShane y Michael Nyqvist que completan el espectacular reparto de la película.

Paciencia a quienes esperéis con fervor los tiros porque tardan en llegar, pero eso sí, luego no cesan. Especialmente reseñable es la secuencia rodada en la discoteca en la que tenemos luces de neón y tiros a mansalva: no menos de cinco o seis por adversario, con una planificación típicamente videojueguil. Esta estética se está convirtiendo en un recurso cada vez más común, con su epítome, posiblemente, en la alocada Hardcore Henry, que llegó a las pantallas un año antes que el filme que nos ocupa.

Por supuesto, hay que destacar cómo un Keanu Reeves ya cincuentón consigue transmitir toda la energía y aplastante presencia de un personaje que parece encajarle como anillo al dedo. No cabe duda de que se mueve como pez en el agua dentro del género de la acción. 

El paso del tiempo y el boca a boca han sentado bien a esta primera película de John Wick, la cual tal y como se esperaba se ha convertido en un título de culto para amantes de la acción. Dista de ser perfecta, pero sin duda da lo que promete.