Crítica de Mari(dos), la irregular comedia protagonizada por Ernesto Alterio y Paco León

La comedia española está en crisis. Cuesta mucho encontrar títulos medianamente interesantes y, a pesar de que se busca romper moldes y hacer cosas distintas, no encontramos propuestas que terminen de cuajar. O se pasan o no llegan, pero los guiones distan de estar a la altura como para proporcionar un viaje repleto de risas, que es lo que se pretende.

Mari(dos) se puede englobar en ese mismo conjunto de películas que suponen un intento fallido de alcanzar la hilaridad pretendida, y eso que desde el mismo comienzo hay una declaración de intenciones cuando uno de los protagonistas aboga por ampliar los límites del humor y acabar con tanta corrección política.

Como punto de partida es prometedor, pero lo cierto es que en el desarrollo de la historia encontramos más altibajos y salidas de tono que una apuesta sincera por la originalidad que se queda en mera aspiración.

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Mari(dos) nos presenta a dos hombres muy distintos entre sí, pero con más en común de lo que se piensan. Toni y Emilio han recibido la misma llamada: un accidente provocado por un alud en una estación de esquí ha provocado que haya muchos heridos entre los cuales están sus esposas. Se conocen por casualidad cuando el coche de Emilio le deja tirado en la carretera y Toni lo recoge.

Cuando se presentan en el hospital se percatan de otra extraña coincidencia: sus esposas se llaman Laura Sánchez. Pero la sorpresa será aún mayor cuando se den cuenta de son la misma mujer. Al parecer Laura ha llevado en secreto dos vidas. Una junto a Emilio y sus dos hijas en Madrid y otra en Barcelona junto a Toni y su hijo adoptivo Vladimir.

A pesar de su contrariedad y sus dudas, se ven forzados a convivir mientras Laura permanece en coma formando una especie de gran familia. Al principio la rivalidad que hay entre ellos les lleva a chocar constantemente en su deseo de demostrar cuál es ellos es el verdadero y único marido.

Pero, pasado un tiempo, deciden autodenominarse "comaridos" y colaborar por crear un hogar funcional a la espera de descubrir qué hacía allí Laura y cómo van a afrontar el futuro.

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Mari(dos) (4 imágenes)

Los guionistas Pablo Alén y Breixo Corral (3 bodas de más) vuelven a hacer gala de un sentido del humor peculiar que lleva a incluir algunos de los tópicos del cine actual: un personaje trans, una apuesta por los nuevos modelos de familia y hasta una tensión sexual inesperada que se desmarca de otras buddy movies similares rompiendo el código de amistad para apuntar en otra dirección.

El problema de la película Mari(dos) es que nada cuaja y tampoco tiene muy claro a quién quiere ir dirigida. Definitivamente, por sus bromas subidas de tono, no es una cinta infantil, pero sí que tiene muchos mensajes destinados a familias y, se supone, un enfoque inconformista, aunque el conjunto resulte tan irregular y la cinta esté mal rematada.

A destacar la banda sonora de ecos de western y la aparición de Raúl Cimas en el rol de un médico que es una suerte de anti-Gregory House orgulloso de su falta de conocimientos y siempre arropado por un grupo de cerebritos. Es quizás el personaje más gracioso per se de la película.

Aquí el talento de los sensacionales Ernesto Alterio y Paco León, dos intérpretes superdotados para la comedia, queda opacado por unas líneas de dialogo poco potentes, situaciones anticlimáticas y un revoltijo en el que se vuelve a tirar de tópicos regionales y de supuestos puntos de giro desternillantes como que una mujer tenga relaciones paralelas... En fin.

Tampoco hay ningún tipo de esfuerzo por comprender al personaje femenino central, que queda en un plano más que secundario siendo más bien el elemento que impulsa la evolución del resto de los personajes sin aportar mucho a la trama.