Crítica de Muertos SL, la comedia negra de los hermanos Caballero con la que quieren que te mueras... de risa

Buenas noticias: Muertos SL es una comedia muy viva, tiene un pulso fuerte y apunta a una longeva y sana vida en el nuevo hogar para el que ha sido diseñada: Movistar Plus+.

Y esto no es una cuestión baladí: tras pasar por diversos lugares como Prime Video o Netflix, los hermanos Caballero recalan aquí buscando libertad en el formato y así evitar episodios de larga extensión. Esta primera temporada consta de ocho episodios de media hora de duración y ya están trabajando en una segunda tanda.

Estamos por tanto ante una serie ágil, en tono de comedia negra, que busca hacer una suerte de The Office ambientada en una funeraria, el sitio en el que se desencadenan las tragedias personales pero también toda suerte de situaciones descacharrantes: desde sepelios ficticios de exparejas incómodas hasta cadáveres que no caben en un ataúd tamaño estándar.

El punto de partida de Muertos SL es, como no podría ser de otra forma, un fallecimiento inoportuno: el del director, propietario y fundador de la funeraria Torregrosa. Fallecido don Gonzalo, se produce un vacío de poder y el siempre atento advenedizo Dámaso Alonso, el gerente, está ávido de heredar el cargo.

Para su sorpresa, será su viuda quien se haga cone el mando. Nieves, una septuagenaria completamente ajena al negocio dará un paso al frente, enchufando de paso a su yerno Chemi, experto en marketing y repleto de ideas estrafalarias para "fidelizar" a la clientela.

Entre tanto, las hijas del difunto conspirarán por su cuenta para intentar cerrar la funeraria y abrir un gimnasio 

Por si eran pocas las dificultades en el horizonte, hay otra que se cierne sobre los trabajadores: la funeraria Transitus, competencia directa y personal para Dámaso y la amenaza hacia la memoria de Gonzalo Torregrosa, implicado en situaciones al borde del delito sexual, van a ponerles las cosas muy difíciles.

Un monumento a lo políticamente incorrecto

Si por algo se caracterizan los hermanos Caballero es por no temerle a nada, así que reírse de la muerte, es un paso lógico más en su carrera. Siguen haciendo alarde de su particular humor, poco o nada interesado en la corrección política, pero atendiendo siempre y sobre todo a la relación entre los personajes.

Estamos ante una comedia de situación en la cual es el marco que delimita la acción es el que desencadena la hilaridad. El personaje mismo de Chemi, en manos del genial Diego Martín, es la prueba de ello. Pretender vender un negocio como una funeraria con técnicas de márketing es delirante.

Pero también lo es la animadversión entre los personajes de Dámaso (Carlos Areces) y Vanesa (Amaia Salamanca), que no dudan en disputarse a los clientes como buenos carroñeros sin escrúpulos que son.

Lo que sigue siendo un sello autoral de los Caballero es el carácter coral de la comedia Muertos SL. Es cierto que estamos en un microcosmos limitado, pero la serie no deja de desarrollar a sus personajes aportándonos no solo sus propias características sino enganches con el exterior que los van modelando: desde antiguos empleados hasta exparejas y amistades.

Otro punto a favor de la serie es el hecho de que apunte tanto a talentos consolidados como a rostros menos conocidos como Gerald B.Filmore, Lorea Intxausti o Aitziber Garmendia.

En esta primera temporada, la ficción está echando a andar y lo hace con paso firme, al punto de que antes de su estreno la segunda temporada ya es un hecho. Es de esperar que a medida que los guionistas les pillen el punto a los personajes y los propios intérpretes se vayan sintiendo cómodos en su nueva piel, la maquinaria fluya más engrasada.

Por el momento, ya nos vamos familiarizando con el vocabulario propio del negocio de la muerte: hay que tener buen ojo para sacarle partido al más allá desde el más acá. En algún momento cualquiera de nosotros puede ser uno de los afligidos... mejor encarar hasta algo tan grave como la muerte con buen humor. No ofende a nadie y nos iguala en esto del morir como dijo Manrique.