¿Cuántas tardes habéis pasado leyendo los cómics de Albert Uderzo y René Goscinny? Todos aquellos que podéis recitar de memoria las palabras: "Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste, todavía y como siempre, al invasor", tenéis una cita en el cine para ver la película Astérix: el secreto de la poción mágica.
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La razón es que nos encontramos con una divertidísima y encantadora película de animación en 3D basada en los populares personajes creados a finales de los años 50, que sabe actualizar su mitología y sacar una sonrisa a aquellos que estamos bien familiarizados con su ritmo y sus gags.
Alexandre Astier y Louis Clichy repiten como codirectores después de hacer lo propio en 2014 con Astérix: la residencia de los dioses y lo primero que hay que decir es que es de aplauso que consigan realizar una película que no defrauda a los nostálgicos y tiene la capacidad de hacer nuevos adeptos. Y con personajes muy blancos, nada cínicos, que tienen un humor tan sano.
La acción arranca cuando el druida Panoramix se lesiona mientras trepa a los árboles para coger muérdago y otros ingredientes para su pócima. Esto le hace pensar en retirarse, para lo cual debe encontrar a un discípulo al que transmitir su valioso secreto.
Pero, encontrar un joven druida a la altura de las circunstancias no va a ser nada fácil: Astérix y Obelix lo acompañarán por un viaje por toda la Galia, que le he hará recalar en numerosas aldeas mientras busca a alguien con el talento y la integridad necesarias como para salvaguardar el misterio que le ha permitido vencer una y mil veces a las huestes romanas. Entre tanto, el resto tendrá que apañarse para sobrevivir con las reservas de la pócima que ha quedado en la aldea, nombrando como líder provisional al bardo, que en su vida se ha visto en semejante brete.
Astérix: el secreto de la poción mágica es una película perfecta para el público menudo, pero también los adultos encontrarán motivos para que se les dibuje una sonrisa en la cara, sean o no fieles seguidores de las aventuras de los galos.
En este sentido, con el simpático sentido del humor que caracteriza las viñetas, la película de Astérix se mofa de forma sana de la religión, de la forma en la que los druidas se saltan las reglas que ellos mismos se han autoimpuesto o, por supuesto, de los pobres piratas que acaban siempre naufragando. Todas las señas de identidad de la saga están presentes: las palizas a los romanos, la eterna gula de Obelix, la gresca entre los galos y todos esos pequeños artefactos de repetición que se han convertido en algo tan esperado como divertido.

En suma, esta película de animación una experiencia cinematográfica muy placentera que nos permite reunirnos de nuevo con personajes que pertenecen a nuestro ideario colectivo y carece de una moralina del todo innecesaria. Es puro entretenimiento con algún que otro altibajo en la velocidad a la que se suceden los gags, eso sí.
Respecto a la calidad de la animación, el diseño de los personajes, las texturas, los entornos... Todo ha ido mejorando respecto a lo que vimos en 2014, hasta llegar a Astérix: el secreto de la poción mágica y, al tratarse de una historia inédita (en España, de hecho, va a lanzarse antes la película que el nuevo álbum), se disfruta el doble de cada sorpresa.
¡Larga vida a los galos! El secreto de la película lo guardaremos como Panoramix el de los ingredientes que introduce en su marmita, así que solo podemos recomendar una de las mejores películas de animación de este primer trimestre del año, que nos da justo lo que vamos a buscar al cine: un gratísimo tiempo bien invertido en echar unas risas.
VALORACIÓN:
Astérix: el secreto de la poción mágica es una recomendación perfecta de cine para ver en familia: muy satisfactoria para los más pequeños y para los nostálgicos, con la capacidad de enganchar a un nuevo público y con el encanto de su humor blanco y cándido.LO MEJOR:
El arranque y el desenlace así como algunos gags inesperados que te sacan carcajadas. Que capte tan bien la esencia de los personajes.LO PEOR:
Tiene algunos bajones de ritmo y no termina de explotar a algunos nuevos personajes que podrían dar más juego como la pequeña Estricnina.80
Muy buenoDescubre más sobre Raquel Hernández Luján, autor/a de este artículo.
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