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Crítica de la película The Warriors: Los Amos de la Noche

The Warriors película ppal
En 1979, la película The Warriors: Los guerreros de la noche causó controversia y pasión por igual, gracias a su representación de una sociedad donde los jóvenes aspiraban a dominar la ciudad... Si no se mataban entre sí mismos. Esta es la historia del regreso de Los Warriors a su feudo de Coney Island.

Ahora que The Warriors HD ha llegado a PS4, vamos a repasar la película que lo originó todo. Llegó en 1979 y en España se conoció como The Warriors: Los guerreros de la noche. En su momento, este film de Walter Hill no dejó indiferente a nadie, ya que su apuesta narrativa era, como mínimo, provocativa, tal y como ya planteaba la novela original. 

En una etapa sin definir (el plan era ambientarlo en un futuro cercano, pero esto no llega a explicarse en la película), los centenares de bandas juveniles que infestan Nueva York están a punto de asociarse para conquistar la ciudad, ya que juntos son más numerosos que la policía. Sin embargo, un caótico miembro de la banda de los Rogues mata al líder que proponía esta tregua entre bandas y carga la culpa sobre Los Warriors, 9 chicos que han de regresar a su lejana base de Coney Island.

A partir de este momento, la película se estructura como una aventura de supervivencia, pero en vez de haber un protagonista, hay 9, cada uno con su propia personalidad. Lo mismo sucede con las bandas rivales que intentarán darles caza, las cuales se comportan y visten de forma "temática". Las Lizzies, los Orphans... Y, cómo no, los Furies, con su icónica indumentaria de béisbol que todo el mundo vincula con la película.

Vigilad las calles

The Warriors nos cuenta cómo un reducido grupo de chavales han de ingeniárselas para sobrevivir ante estas bandas de psicóticos que quieren darles caza al más puro estilo Perseguido. Hay acción y peleas (algunas, con espectaculares planos ralentizados), pero también una reflexión sobre los peligros de comportarse como un cabeza hueca o un gallito en un entorno hostil.

Por supuesto, es una evaluación superficial (e igual que sucede con otros clásicos como La naranja mecánica), el espectador podría quedarse con que The Warriors mola porque presenta a tíos disfrazados soltando frases grandilocuentes y estrellando a los rivales contra un retrete. Algo de eso hay, claro, pero también una advertencia soterrada sobre que el camino de las bandas es una irremediable caída al vacío. Muy al estilo del cine setentero, hay planos que se resuelven con miradas en vez de diálogos, como ese momento en el que los protagonistas coinciden en el metro con unos "pijos" que vuelven de fiesta. Swan los mira en parte con desprecio, pero también con envidia por la vida relajada que llevan, sin tener que defender sus colores constantemente.

The Warriors

Los propios miembros de la banda reflexionan sobre lo irresoluble de la situación: el único que intentó crear un "caos controlado" entre todas bandas acabó con una bala en el pecho. Son duros (los mejores, en palabras de Swan), son desafiantes, pero en el fondo aspiran a salir de ese infierno. Eso sí, la película dista mucho de ser intimista o tierna. La violencia, aunque dista mucho de la explicitud de películas más modernas, abunda en el metraje. Los desafíos, los navajazos e incluso los cócteles molotov son las herramientas de supervivencia de los Warriors (de ahí, la polémica que se montó a raíz del estreno de la película) y cuando no piensan en sobrevivir, piensan en dar gusto a la entrepierna.

De hecho, el sexo es la otra gran arma de camino a casa. En ese sentido, habrá quien piense que la película es un tanto machista, ya que las chicas son representadas poco menos que como "sirenas" que aturden con su cuerpo a los chicos para que caigan en la trampa del enemigo. Pues sí, esa representación existe, si bien podemos leerla del otro modo: los chicos son tan bobos que a poco que una "gachí" les hace ojitos pierden el norte.

El ritmo de Nueva York

Además de la narrativa y los personajes, hay que destacar la dirección de Walter Hill, que se luce con montajes bastante modernos en la época. Esto se cumple especialmente en los créditos iniciales, que alternan el flashback con el montaje paralelo a una velocidad de vértigo, pero consiguen ponernos perfectamente en situación. Amen de esos planos ralentizados que os comentábamos antes. Todo esto ha envejecido de forma irregular con el tiempo (¡esas transiciones deslizantes, por Dios!), pero desde luego dan personalidad a la película. Y eso nos lleva, cómo no, a la música. La mayoría del tiempo no hay naaaada de melodía sonando, lo cual puede parecer algo "hostil" al espectador general. Pero los temas llegan como Gandalf: cuando tienen que llegar. Los momentos de mayor acción se ven acompañados por el tema principal (con esa maravillosa música de sintetizador), pero también por algún temazo clásico como Nowhere to Run.

The Warriors

Así, el tono general de la película alterna lo "sucio" con un toque elegante, realzado de cuando en cuando por esos planos detalle de la boca de una locutora de radio anónima, que va narrando lo sucedido a toda Nueva York. El climax de la película, con ese ansiado duelo entre los Rogues y su "Warriors, salid a jugaaar" es ya un momento clásico del cine, por su puesta en escena y su narrativa.

Así, The Warriors puede seguir llevando con orgullo el título de película de culto. Algunos planos y secuencias han envejecido mejor que otros y no cabe duda de que hay que entenderla en su contexto setentero, pero no deja de destilar un carisma que aguanta el paso del tiempo. Can you dig it?

VALORACIÓN:

Mantiene su posición de película de culto. Y es que, aunque algunas facetas cinematográficas no han envejecido bien, su espíritu y estética siguen manteniendo el carisma.

LO MEJOR:

Su inconfundible espíritu visual. Sus esperpénticas bandas siguen siendo muy llamativas.

LO PEOR:

Algunos recursos cinematográficos parecen algo desfasados.
Hobby

85

Muy bueno

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