¡Llegan los nuevos estrenos a las salas de cine en la llamada nueva normalidad! Después de que reabrieran sus puertas hace unas semanas recuperando algunas de las películas que se acaban de estrenar cuando cerraron a causa de la pandemia y el consiguiente estado de alarma, nos toca empezar a ver novedades.
Poco a poco iremos informándoos de ellas y ofrenciéndoos cuantas críticas nos sea posible para que podáis tomar buenas decisiones a la hora de invertir vuestro tiempo a la hora de escoger qué ir a ver al cine.
Ya podemos adelantaros que el género del terror será uno de los más visitados en los próximos meses y que tendréis donde elegir para pasar miedo con la ficción, para variar:
Hobbycine: Pelis de terror para lo que queda de 2020
Y la primera película de terror de esta nueva etapa nos la trae eOne Films, que lanza el 26 de junio La posesión de Mary (Mary) con Gary Oldman y Emily Mortimer liderando el reparto.
En ella, el actor interpreta a un capitán de barco que quiere independizarse de su socio para emprender un negocio familiar. A tal efecto adquiere una embarcación de vela antigua rotulada con el nombre de "Mary", algo demacrada, que entre todos consiguen reformar para hacerse a la mar.
El problema es que no estarán solos en su aventura: para su desgracia una presencia con malvadas intenciones les acecha en su interior y solo cuando estén en alta mar y dirigiéndose a un lugar específico conseguirán comprender por qué.
Tráiler de La posesión de Mary, la nueva película de terror con Gary Oldman
La estructura de La posesión de Mary es circular, un recurso muy utilizado en las películas de este género: arranca con una superviviente que narra lo sucedido y a partir de ese momento asistimos a una serie de flashbacks a lo largo de los cuales vamos desgranando el drama que ha hecho que las cosas hayan salido rematadamente mal, con brotes de violencia y situaciones inexplicables poniéndolos contra las cuerdas.
Tal y como narra la protagonista, "el mal necesita un recipiente y ese recipiente era Mary". Y ese es quizás el punto más interesante de la película, que más que poseer a las personas (que también), la entidad que habita en el barco tiene hechizada la propia embarcación.
Curiosidades de películas de terror que te pondrán los pelos de punta
Nos sumergimos en las profundidades del género de terror para traeros una pequeña recopilación de curiosidades de las películas de terror más conocidas que te pondrán los pelos de punta.
No es que sea el colmo de la originalidad, pero es que nada lo es. Ver a una actriz de sobrado talento como Emily Mortimer haciendo un papel tan mediocre (dando gritos y discutiendo con su marido durante la mayor parte del metraje) es lo verdaderamente desasosegante. Lo mismo podemos decir de Gary Oldman (El instante más oscuro), que entró en el reparto en sustitución de Nicolas Cage (Mandy) y es otro intérprete completamente desaprovechado en manos de Michael Goi, que con esta cinta firma su segundo trabajo en el mundo del largo tras Megan is Missing (2011).
Goi, que ha trabajado más profusamente en la televisión y ha desempeñado el rol director de fotografía desde los años 80, no consigue entregar una película bien hilada que consiga mantener la atención y el interés del espectador y, quizás lo peor de todo, tampoco consigue sacarle brillo a las ideas que laten en el fondo y que podrían haberse dispuesto de forma mucho más subyugadora. El final de la película es frustrante en la medida en la que da la sensación de que no te han contado nada... al menos, nada relevante o conmovedor que te enganche.
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El apartado de los efectos especiales es otro de los problemas de La posesión de Mary. La película se abandona a los jumpscares con descaro abusando del clásico subidón de audio cada vez que se producen y opta por una mezcla de efectos prácticos y digitales que distan de ser perfectos y la acercan al telefilm.
En fin, es una película con muchos defectos y una increíble carencia de ambición por trascender lo más mínimo, pero que quizás justo por eso, aprecien más quienes busquen evasión y algún que otro susto de vez en cuando sin mayores pretensiones.