Es increíble mirar la fecha de estreno de Recuerdos del ayer y darte cuenta de que hace casi treinta años que llegó a los cines, pues todos los temas de los que trata esta película de Studio Ghibli están de completa actualidad hoy en día, quizá porque hay sentimientos que son universales y atemporales. 

La historia que cuenta Recuerdos del ayer se aleja mucho de otras películas clásicas de Ghibli como pueden ser Mi vecino Totoro o El viaje de Chihiro, pues no hay hueco para la fantasía como en estas dos grandes obras, simplemente es una cinta sobre la vida de Taeko, una joven de 27 años natural de Tokio que siempre ha querido viajar al campo, y que en su época de vacaciones de verano, se marcha por segundo año consecutivo a un pequeño pueblo japonés donde ayuda a recoger la cosecha de cártamo. Durante su viaje en tren, Taeko recuerda los momentos vividos en su niñez, durante el año 1966, un momento de su vida que le ha ayudado a perfilar a la joven que es ahora. 

Si leemos las curiosidades del rodaje de la cinta en IMDb, una de las más llamativas es que, a diferencia de la animación tradicional, Recuerdos del ayer grabó primero los diálogos de los personajes antes de hacer la animación, para adecuar las expresiones de los personajes animados a la de los actores que les daban voz, y eso se nota, sobre todo si lo comparamos con las secuencias de la niñez en la que se ha seguido el proceso habitual. Esto le confiere a la película un halo de madurez nunca antes visto en otras producciones y que, desde luego, hace que la cinta no esté muy recomendada para niños. 

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Quizá, Recuerdos del ayer es más una película para adultos, para aquellos que saben lo que es evocar la infancia y echar de menos el colegio, los amigos, y los problemas tan poco importantes (vistos ahora) que uno tenía que superar durante su época de niñez y adolescencia. Taeko, la protagonista, tiene una infancia complicada, en su familia nadie la entiende, no encaja en el tipo de chica que le gustaría ser, es soñadora y se le da bien escribir y el teatro, en vez de asignaturas más "científicas". Además su familia es la típica familia tradicional japonesa con un padre ausente y autoritario a la vez.

Por eso, tal vez, su obsesión es huir al campo, escapar de Tokio y esa ciudad que le agobia, al igual que los deseos de su madre de que se case pronto y forme una familia. Su infancia, complicada, le ha hecho convertirse en la mujer que es ahora, que busca respirar en el campo sin alejarse de lo dura que puede resultar la difícil tarea de cosechar plantas llenas de espinas o agacharse en busca del arroz. 

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El amor por la naturaleza y la infancia: el sello de Studio Ghibli

Para cualquiera que haya visto más de tres películas de Studio Ghibli, se habrá dado cuenta de que siempre hay dos temas recurrentes, el amor por la naturaleza y la infancia. No siempre aparecen juntos y no siempre son tan evidentes, pero el estudio fundado por Hayao Miyazaki siempre intenta hablar de los dos en todas sus películas. 

Por supuesto, Recuerdos del ayer no es una excepción y además lo hace de forma muy evidente. Taeko es una mujer de ciudad que sabe de la importancia de la población del campo, que sabe la dura labor que realizan los campesinos y por eso le gusta alejarse del asfalto para adentrarse en esta vida tan diferente. Además, las continuas conversaciones con Toshio sobre la agricultura ecológica y la importancia de mantener un equilibrio entre lo que quiere el ser humano y la propia naturaleza, hace que Recuerdos del ayer sea una cinta completamente actual, a pesar de estrenarse en 1991. 

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Pero no solo la naturaleza la convierte en atemporal, también ese amor por la infancia evocado por aquellos que sabemos que esa época de nuestra vida ha pasado y no va a volver y que nos hace recordar algunos momentos, en su día complicados, con una sonrisa en la cara. Por supuesto, Ghibli se preocupa mucho de que las imágenes sean tan bonitas como lo son siempre en todas sus películas, casi como fotografías de lo que existe de verdad. 

Recuerdos del ayer estará disponible en Netflix a partir del 1 de febrero.