Crítica de El timador de Tinder: la surrealista historia de Simon Leviev en el Top 10 de Netflix

Una historia que ha trascendido desde los medios del papel, a los digitales, a internet y, cómo no, hasta llegar a Netflix: El timador de Tinder es el último documental de la plataforma que ya se encuentra en el top 10 de visionados de Netflix.

Lo sabemos: no eres tanto de documentales, prefieres el cine y las series; pero la historia de hoy podría haberte ocurrido a ti. Navegando por alguna aplicación de citas hasta que aparezca un príncipe nigeriano dispuesto a regalarte su herencia.

El timador de Tinder es el documental del momento — a excepción del de Hobby Consolas, claro —. La historia del estafador Simon Leviev, un joven turco que se hacía pasar por un magnate multimillonario que se dedica — nótese el tiempo verbal — a estafar a mujeres para costear su vida de lujos. Eso es, en esencia, lo que cuenta el documental de Netflix... con la venganza de sus protagonistas como primer plato.

Es el segundo gran éxito de Netflix en su apuesta por documentales basados en redes sociales tras El dilema de las redes sociales de hace un par de años. Porque puedes no ser de documentales, pero con una temática tan cercana la opción de visionado se vuelve más plausible.

Y es que la gran fortaleza de El timador de Tinder es su realidad. Cecilie Fjellhøy podrías ser tú. Pernilla Sjöholm podrías ser tú. Y seguro que Ayleen Charlotte podrías ser tú. Tres de las mujeres a las que Simon Leviev estafó y que con tanta naturaleza ha sabido captar Felicity Morris, su creadora.

A través de los testimonios de las tres protagonistas iremos construyendo el perfil de Simon Leviev: primero como heredero de un imperio de los diamantes y después como agente del Mossad, dos de las mentiras con las que engaña a sus víctimas para acabar pidiéndoles dinero.

Su definición implícita de la sociedad ataca de pleno a los peligros de las redes sociales, a la exposición de nuestra información y, sobre todo, a nuestra credulidad. Porque en internet podemos ser cualquiera.

En el apartado técnico, El timador de Tinder sigue una línea convencional para construir la narración de su historia. No hay alardes novedosos, ni dinámicas más cercanas en su desarrollo teniendo en cuenta su temática.

Navegando por un desarrollo basado en conversaciones de Whatsapp, llamadas de teléfono, emails... el cuerpo pide una construcción de planos más agil, en la que los motion graphics pudieran llevar la voz cantante para desintoxicarnos del clásico montaje de plano tras plano.

Sin embargo, su estructura y la impecable documentación del caso hacen que los minutos pasen por sí solos para que formemos parte de su equipo y acabemos absolutamente enganchados hasta conocer el desenlace de la historia.

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El documental está estructurado en tres fases: captación, descubrimiento y venganza. Los mismos pasos que siguieron sus protagonistas, cuyos testimonios, desgarradoramente reales, son una proeza absoluta de la dirección del documental.

Cecilie, Pernilla y Ayleen no dejan de ser personas completamente normales en vidas completamente normales. Con algo más del dinero que se puede presuponer, seguro, pero han sufrido una estafa tan escandalosa que es particularmente llamativo ver la emoción y la realidad con la que cuentan su historia en primera persona. Una historia que no tiene todo el final feliz que esperarían.

Hoy, gracias a su fortaleza, Netflix ha recogido su trabajo para llevar su historia al escaparate mundial. Hoy, Simon Leviev, que sigue dando saltitos por el campo en libertad, ha dejado de ser un estafador anónimo para ser un estafador tan conocido que, para sorpresa de nadie, sigue acumulando seguidores en sus cuentas en redes sociales.