Crítica de Todo sobre mi padre, una comedia tibia a la que le falta empaque y ritmo

Todo sobre mi padre nos recuerda, por su premisa inicial y de inmediato a Los padres de ella y toda la saga que se derivó de aquella película, con episodios más o menos exitosos en taquilla. A fin de cuentas, va de eso: de un compromiso matrimonial y de cierto proteccionismo paternal que hace que dos familias tengan que llegar a cierto nivel de comprensión mutua para que la relación prospere.

Sin embargo, el cómico Sebastian Maniscalco introduce un elemento adicional en la película: algunos tintes autobiográficos que inspiran tanta ternura como alienación respecto a sus orígenes italianos. Es decir que entran en liza algunos tópicos regionales que se manejan como si fuera porcelana china. Vaya que alguien se ofenda. 

Siguiendo los típicos clichés del género, la cinta gira en torno a Sebastian, un hombre que le comunica a su padre, Salvo, que tiene intención de pedirle matrimonio a su novia estadounidense, Ellie. Lleva cultivando su relación con ella desde hace mucho tiempo y se ha adaptado a su forma de vida, algo que sabe que su padre nunca aprobará.

Pero Salvo, todo un inmigrante italiano chapado a la antigua, le dice a su hijo que, antes de darle el visto bueno y cederle el anillo familiar, quiere pasar un fin de semana con los padres de ella.

Como es de esperar, el choque cultural entre ambas familias es inevitable y pasarán por diversas situaciones resueltas de forma irregular: se tira bastante de slapstick o comedia física a veces mientras que en otras ocasiones da la sensación de que el guión habría necesitado ser más valiente para profundizar en el chiste y hacerlo verdaderamente eficiente.

Ahora bien, el principal problema de Todo sobre mi padre no es solo ese: es sobre todo la falta de ritmo a la hora de hilvanar los sketches y una molesta voz en off que se torna inoportuna a medida que avanza el metraje. Si bien en la presentación inicial cuadra y funciona bien, a medida que pasan los minutos se torna un recurso demasiado facilón que despierta cierto hastío.

Los dos grandes atractivos de la película son los intérpretes senior: Robert de Niro y Kim Cattrall, cuya aparición en And Just Like That (la secuela de Sexo en Nueva York) se acaba de confirmar. Da la sensación de que ambos se lo han pasado realmente bien rodando la cinta, algo que le confiere a la misma un "buen rollo" intrínseco que le sienta de maravilla.

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Pero la calidad del libreto obra en su contra: no se le saca suficiente partido a los personajes secundarios, las tramas son muy predecibles y el humor avanza a trompicones, sin que haya una continuidad narrativa que sepa balancear los momentos de drama familiar y los gags humorísticos.

Con todo y con eso, Todo sobre mi padre cuenta con algún que otro puntazo simpático. Puede que no sea una comedia particularmente memorable y que de hecho se quede lejos de otras de por sí flojitas que toma como referencia, pero al menos te permite pasar el rato. 

En lo referente a la banda sonora y el diseño de producción, va justa y eso que mete varios temazos y cuenta con algunas localizaciones ambiciosas y fotogénicas pero también queda patente que no es una película con especial voluntad de innovar ni experimentar.

En resumidas cuentas, puede decepcionar a quien vaya esperando una película descacharrante o un producto muy bien acabado. Agradará más a quien acuda al cine con las expectativas bajas sin esperar grandes interpretaciones ni un discurso profundo sobre las segundas generaciones de inmigrantes ya integrados en Estados Unidos aunque con sus contradicciones.