Crítica de Spiderman: El alma del cazador, la secuela de la historia de Kraven

Es una de las historias más legendarias de Spider-Man. La última cacería de Kraven revolucionó completamente la imagen que todos los lectores del Trepamuros tenían de sus cómics. Sí, Marvel Comics había tocado en otras muchas ocasiones temas de corte adulto en sus viñetas y había creado historias desgarradoras tanto en las páginas de otras colecciones como en la serie del arácnido. Sin embargo, La última cacería de Kraven escribió una página al margen de toda esa vorágine de publicaciones y llevó a cabo una asombrosa narración en la que el villano titular se convertía en protagonista absoluto, conducía al héroe hacia el abismo, lo metía dentro, lo encerraba y, en última instancia, cometía el más triste y cobarde acto final como canto de cisne.

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El impacto sociocultural en la industria del cómic que provocó La última cacería de Kraven es la principal causa de que vayamos a hablar de Spiderman: El alma del cazador, cómic que acaba de reeditar en un completísimo tomo en España la editorial Panini Cómics. Y es que Spiderman: El alma del cazador es la secuela directa de la obra original, volviendo a contar con J.M. DeMatteis como guionista y Mike Zeck como dibujante. El equipo creativo de la cacería se reunió de nuevo, años después, para explicar las consecuencias que la historia de Peter Parker con Sergei Kranivoff dejó en la piel del Trepamuros. Con Kraven fuera de juego, plantear una secuela era bastante complicado. Especialmente porque dejaba detrás la pieza clave del éxito de la anterior obra. Sin embargo, DeMatteis y Zeck abordaron la historia con una interesante perspectiva centrada en el estrés post-traumático y la culpabilidad.

La culpabilidad, evidentemente, en la piel de Spider-Man, pero también en la del hombre que se había quitado la vida. Tras suicidarse, el alma de Kraven, aquello que provoca el título del cómic, no se ha ido del todo y algo atormenta al fallecido villano para no poder dejar atrás el mundo de los vivos y adentrarse en el más allá. Como era de esperar, Peter Parker se culpa de lo sucedido cuando es consciente de que su antiguo enemigo no se ha ido del todo, llegando a la conclusión de que no supo estar a la altura de las circunstancias en la obra original e intentando hacer un último acto de voluntad de respeto, perdón y olvido para dejar atrás el trauma del pasado.

Y es que el trauma del Cabeza de Red tras lo sucedido en La última cacería de Kraven es el eje de rotación sobre el que J.M. DeMatteis basa su guion para la secuela. En Spiderman: El alma del cazador nos encontramos a un héroe roto y torturado. Peter no es capaz de superar aquellas tres semanas que pasó encerrado en su propia tumba, temeroso de lo que le puede pasar a sus allegados y obsesionado con la idea de que, cuando gire la esquina, habrá un nuevo enemigo esperando para hacerle lo mismo... O peor. Mientras tanto, como es habitual, la suerte Parker le salpica cuando no es capaz de compaginar una vida normal con su estrés post-traumático. Ni siquiera la figura de Mary Jane, que comparte su secreto, consigue aliviar al Hombre Araña, que se está hundiendo poco a poco en la depresión y la ansiedad.

En ese sentido, El alma del cazador mantiene el tono adulto que lograron DeMatteis y Zeck en la obra original. Es cierto que, de alguna manera, esta secuela se siente innecesaria e incluso algo obtusa. Guionista y dibujante son víctimas de una estrategia comercial completamente lícita, pues Marvel Comics sabía que había que explotar como fuera el éxito cosechado por la cacería de Kraven. Como epílogo de la obra precedente, esta secuela funciona a las mil maravillas... Pero se siente como algo fuera de forma que se limita a repetir la fórmula y a concluir algo que ya estaba suficientemente concluido. Algo así como lo que es la película de El Camino para con la serie de Breaking Bad: un magnífico prólogo que mantiene la esencia de la obra original, pero que no acaba de resultar ni efectivo ni necesario.

En cuanto al resto del tomo de Panini Cómics, la editorial ha incluido varias historias más relacionadas directamente con la mitología de Spider-Man y su relación con Kraven el Cazador. Por ello, además de la historia de El alma del cazador, Panini Cómics nos da la oportunidad de leer el primer encontronazo del Trepamuros con Alimañana, uno de los villanos más importantes de la historia del arácnido y que tuvo un papel tan importante en La última cacería de Kraven.

Por otro lado, el tomo nos deja un par de curiosidades como el What If de cómo habría sido La última cacería si no hubiera acabado como acabó y una parodia de la obra original protagonizada por Spider-Ham. En definitiva, un tomo centrado casi exclusivamente en la obra original de J.M. DeMatteis y Mike Zeck que, junto a la secuela oficial, te darán una perspectiva completa de lo que supuso aquella legendaria historia en la continuidad de Marvel Comics y Spidey.