Los ferrocarriles tienen una importancia crucial en la historia de Japón. La red de trenes que conecta las principales ciudades de cada prefectura es un símbolo de un periodo histórico: la Restauración Meiji que acabó con más de 250 años de dominio del shogun.
Es el periodo en que Japón se abrió a las relaciones internacionales y al progreso (el final de la era de los samurais). Y claro, esta influencia llega hasta nuestros días. El país nipón cuenta con uno de los servicios de tren más avanzados del mundo (con el Shinkansen -el tren bala- a la cabeza) y con auténticos "fans" de este medio de transporte.
Tanto es así que hemos sido testigo atónitos del lanzamiento de juegos como Densha De Go (un simulador de conductor de trenes que arrancó en PlayStation cuya próxima entrega está anunciada para PS4 y Nintendo Switch), Japanese Rail Sim: Journey to Kyoto (disponible en la eShop japonesa) o este A Train All Aboard! Tourism que nos ocupa (y que pertenece a la saga A-Train, que arrancó en 1985 en Famicom y MSX.
Mientras que los otros dos juegos que hemos mencionado tratan de ser simuladores -bastante realistas- del trabajo de un conductor de línea, en este caso nos encontramos con un simpático gestor de una empresa ferroviaria, en la línea del clásico Railroad Tycoon. Simpático por algunos detalles, como el estilo manga de los personajes, pero igualmente cargado de opciones.
Un gestor ferroviario en toda regla
Después de haber decidido asuntos menores, como el nombre de nuestra compañía o el diseño de nuestra tarjeta de visita, A-Train All Aboard! Tourism, nos presenta a nuestro equipo; una secretaria que se encarga de recordarnos las tareas de nuestra agenda, el maquinista que nos asesora en la compra de trenes y la construcción de estaciones, el contable y los responsables del gobierno, que quieren mejorar el turismo de la zona.
Nuestra misión es construir y gestionar las lineas ferroviarias de pequeñas provincias. Y es un trabajo muy duro, que implica comprar terrenos (sin quitarle ojo a los impuestos que pagamos por la propiedad inmobiliaria), construir estaciones y vías, comprar trenes y marcar su itinerario, y conectar nuestras líneas con las áreas cercanas.
Si en principio todo esto abruma un poco, la sensación se multiplica al tener en cuenta el desarrollo de las ciudades, el precio del suelo o la posibilidad de construir vías subterráneas Que no os engañe el tono que usan los personajes, porque la vida de un magnate del transporte es dura. Y habrá que tener en cuenta elementos como el horario de los trenes, cuáles toman desvíos o dan la vuelta en determinadas estaciones, y qué vías están libres para permitir la circulación.
Más adelante tendremos que manejar también la construcción de carreteras y gestión del tráfico o los créditos (los del banco, no los de juego), hasta que A-Train All Aboard Tourism se convierte casi en un Sim City, pero centrado en el movimiento de pasajeros.
El vagón de cola
El interfaz de juego, a partir del mapa de la zona, no es demasiado vistoso, y los controles tampoco resultan muy intuitivos (aunque están adaptados a la pantalla táctil de Nintendo Switch). Para no "perdernos" con las siguientes obras a acometer, siempre podemos consultar a nuestra secretaria, que es una buena guía entre tantas opciones, sobre todo al principio.
Y una vez que le hemos cogido el truco a la gestión, lo más interesante es la posibilidad de visitar diferentes mapas (o crear los nuestros), ambientados en diferentes épocas. Poder saltar desde los años 60 al siglo XXI le añade un atractivo especial, sobre todo si nos tomamos en serio la conservación del paisaje y el patrimonio turístico de la zona (desde templos a parques de atracciones).
El editor de mapas es muy potente, y nos permite modificar el tamaño, el relieve, la cantidad de ríos y lagos o las poblaciones (también los requisitos para superar un nivel) y consigue que el juego sea infinito, con la posibilidad añadida de descargar nuevas creaciones.
Entre el apartado gráfico sobrio y la complejidad de llevar a cabo tantas acciones, podéis imaginar que "entrar" en el juego requiere de un esfuerzo importante por parte del jugador (en algunos casos con la dificultad añadida de que está en inglés).
Todos al tren
Pero una vez que lo hemos conseguido, y personalmente animado por la ambientación japonesa, uno puede disfrutar bastante de este gestor, y proponerse el reto de desarrollar económicamente una zona, lo que no es fácil incluso si jugamos en los niveles de dificultad más bajos.
Como podéis deducir, se trata de un juego completamente "de nicho" que queda por detrás de otras propuestas estratégicas como Civilization VI, Theme Hospital o X-Com 2 Collection. Su ritmo es mucho más pausado, el aspecto visual es más espartano (el sonoro cumple, con unas melodías agradables, pero nada más) y requiere un aprendizaje relativamente intenso.
Con todo, A-Train All Aboard! Tourism es casi único en su propuesta, y a nosotros nos ha resultado interesante, en particular por la ambientación y la "rareza" propia del juego.
VALORACIÓN:
Un gestor de ferrocarriles lleno de opciones y con una ambientación interesante, en diferentes épocas de Japón. A-Train All Aboard! Tourism es muy sobrio en los apartados visuales y con una adaptación a los controles de Switch poco intuitiva.LO MEJOR:
Un gestor de líneas ferroviarias muy completo, ambientado en diferentes épocas en Japón.LO PEOR:
Cuesta hacerse con el interfaz y todas las opciones. Visualmente es poco atractivo.Plataformas:
Nintendo Switch
Versión comentada: Nintendo Switch
60
Aceptable
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