Los mejores juegos musicales de la historia de los videojuegos
Celebrando la llegada de Rez Infinite yThumper a PS4 y PS VR, nos ha dado por echar la vista atrás y recordar cuáles han sido los mejores juegos musicales de la historia de los videojuegos. Como sucede con muchos otros géneros de la industria del videojuego, los juegos musicales han vivido momentos de gloria para luego caer en el olvido y volver a los pocos años con más fuerza que nunca. Bueno, sin más dilación vamos a enfundarnos las bailarinas, los calentadores y el metrónomo para seguir el ritmo a esta lista con los mejores juegos musicales de la historia.
PaRappa the Rapper
Desarrolladora: NanaOn-Sha
Plataformas: PS One
Año: 1997
La obra de Masaya Matsuura (también creador de Vib-Ribbon) y el diseñador gráfico Rodney Greenbalt supuso un soplo de aire fresco en el mundo de los juegos musicales o de ritmo, tanto por su original diseño artístico, que mostraba personajes planos al más puro estilo South Park o Paper Mario, como por su adictiva mecánica de juego, que nos obligaba a repetir los comandos que aparecían en pantalla para poder replicar a nuestro maestro del rap.
Todo eso, claro, con un sentido del humor y unas situaciones de lo más surrealistas al más puro estilo nipón. El juego tuvo tanto éxito que se lanzó una secuela para PS2 en 2002 tras el spin off guitarrero de 1999, UmJammer Lammy.
Guitar Hero
Desarrolladora: Harmonix
Plataformas: PS2
Año: 2006
Es cierto que Guitar Hero no fue el primer juego en utilizar un controlador con forma de guitarra para hacernos creer que éramos guitarristas profesionales. No señor, Guitar Freaks, de Konami ya lo hizo en 1998, pero la fórmula alcanzó su máximo apogeo gracias al juego de Harmonix. La compañía nunca ha negado que se basó-copió la idea de Konami. Es más, incluso utilizaron los periféricos de Guitar Freaks para desarrollar el juego.
El éxito de Guitar Hero quizás fue culpa del periférico, de la ajustada curva de dificultad que siempre nos picaba a seguir jugando, de la tremenda selección de canciones que incluía Black Sabbath, Deep Purple, Ramones… y, sobre todo, porque Konami nunca apostó fuerte por un lanzamiento occidental de Guitar Freaks. El caso es que todos los que lo jugamos en su día, hablo de Guitar Hero, nos quedamos absolutamente enamorados de su estilo de juego, que fue el causante del resurgir de los juegos musicales en la pasada década.
Donkey Konga
Desarrolladora: Namco
Plataformas: GameCube
Año: 2004
Uno de los periféricos musicales más locos que haya visto nunca el ser humano tuvo como protagonista al mítico Donkey Kong. El monete en cuestión, y nosotros en su lugar, se enfundaba un par de bongos (que tan de moda estaban por aquel entonces en las noches callejeras juveniles). Aporrear un par de bongos parece una mecánica bastante simple pero la dificultad de Donkey Konga podía llegar a ser desesperante, con su mezcla de palma y golpeo de los bongos. Entre los hits que incluía el juego en su versión europea encontramos clásicos como Oye cómo va de Tito Puente, Jamiroquai, Supergrass o The Jackson 5.
Rez
Desarrolladora: United Game Artists
Plataformas: Dreamcast, PS2
Año: 2002
Tetsuya Mizuguchi se sacó de la manga esta joya electrónica en 2002, un shooter sobre raíles en el que debemos de disparar a los enemigos que aparecen en pantalla. Hasta ahí todo sería parecido a una de las obras anteriores de SEGA, Panzer Dragoon, pero aquí la gracia radicaba en que cada uno de nuestros disparos creaba un sonido que acompañaba a la perfección a la banda sonora del juego, interpretada por artistas como Oval, Ken Ishii o Coldcut, entre otros. El juego ha tenido versión HD y, la más reciente de todas, para PS VR, como podéis ver en nuestro análisis. El diseño artístico de Rez, que imitaba las lineas de los diseños vectoriales, también supuso un soplo de aire fresco para el género de los shooters. El juego, además, se vendía en Japón junto a un periférico, el Trance Vibrator, una especie de vibrador a lo Dual Shock, pero más potente, que hacía que los jugadores sintiesen, más aún, el ritmo de su frenética banda sonora.
Rock Band
Desarrolladora: Harmonix
Plataformas: PS2, PS3, Xbox 360
Año: 2008
La culminación de los juegos musicales de Harmonix llegó con esta auténtica joya que nos permitía formar nuestra propia banda de rock para interpretar las 58 canciones que incluía el juego (a lo largo de los años llegaron más de 2.000 canciones para ampliar la lista de canciones). Básicamente se trataba del mismo juego que Guitar Hero, aunque además de guitarra incluía bajo, batería y micrófono, para completar la experiencia de crear nuestra propia banda.
Sí, es cierto que el pedal de la batería de Rock Band, de plástico, se rompía con mucha facilidad, especialmente si nos poníamos a tocar Run to the hills de Iron Maiden en modo difícil o experto, pero también es verdad que supuso una de las mejores experiencias multijugador que hemos visto en mucho, muchos años. Tras el éxito inicial, no tardaron en llegar las "expansiones" en forma de canciones decargables ni las entregas centradas en un único artista, como el mítico The Beatles: Rock Band, que seguía los pasos de la banda de Liverpool en su evolución hacia el rock y el pop experimental.
Vib-Ribbon
Desarrolladora: NanaOn-Sha
Plataformas: PS One
Año: 2000
Otra de las rarezas, y exquisiteces, de Masaya Matsuura, nos invitaba a seguir los pasos de Vibri, una conejita que debía superar varios niveles de plataformas al ritmo de la música. Para ser exactos, lo que Vib-Ribbon hacía era generar un nivel con obstáculos para superar en función de la canción. Lo mejor era que podíamos utilizar el lector de CD de nuestra PS One para poner la música que más nos gustase. El juego creaba un nivel único en función de esa música que le poníamos, por lo que su duración (si aguantabas su repetitiva mecánica de juego) era infinita. Una joya que demuestra lo variado que llegó a ser el catálogo de la mítica PS One.
Rhythm Paradise
Desarrolladora: Nintendo SPD
Plataformas: Nintendo DS
Año: 2009
Los juegos rítmicos no eran ninguna novedad cuando llegó Rhythm Paradise a Nintendo DS, pero pocas veces hemos podido disfrutar de una "japonesada" de semejante tamaño por estos lares. El juego nos obligaba a seguir el ritmo en distintos minijuegos, en los que a veces teníamos que pulsar los botones o pinchar con el stylus en el momento correcto. La gracia, más allá de las pegadizas piezas musicales de cada uno de los 50 minijuegos disponibles, era la temática de cada uno de ellos, con gran protagonismo para el humor.
Así, en Rhythm Paradise debíamos seguir las indicaciones de un maestro de orquesta a grito pelado, fabricar robots en una cadena de montaje musical, seguir el ritmo de una diva del pop en la piel de uno de los monos (literalmente) que forman su público, jugar al ping-pong o cantar poniéndonos en la piedra, que no piel, de un moái de la Isla de Pascua, entre otras muchas chaladuras.
Space Channel 5
Desarrolladora: United Game Artists
Plataformas: Dreamcast
Año: 2000
Otro juegazo musical de Tetsuya Mizuguchi, que nos ponía en la piel de la mítica reportera espacial Ulala. Nosotros debíamos seguir el ritmo de la genial banda sonora de Space Channel 5 pulsando los botones en el momento adecuado, al tiempo que impedíamos una invasión alienígena que hacía que la gente perdiese su buen juicio a la hora de bailar. A medida que íbamos rescatando humanos de las garras de esos aliens tan "cuquis", éstos se unían a Ulala, de modo que al avanzar por un nivel podíamos reunir lo que para la época eran auténticas multitudes bailando junto a nuestra heroína.
Michael Jackson hacía una aparición estelar (quiso participar por voluntad propia cuando le enseñaron una demo del juego) en uno de los niveles de Space Channel 5 y la experiencia le gustó tanto que también prestó su voz y sus pasos de baile para la segunda entrega, en la que tenía un papel mucho más protagonista.
Theatrhythm Final Fantasy
Desarrolladora: indieszero
Plataformas: Nintendo 3DS, iOS
Año: 2012
Este impronunciable y difícil de escribir juego de Square Enix nos invita a repasar los temas musicales, hasta 77, de las trece entregas principales de la saga Final Fantasy. Las mecánicas de juego son las clásicas de los juegos rítmicos en los que debemos pulsar los botones que aparecen en la pantalla en el momento oportuno. Lo mejor es que, al margen de la nostalgia que evoca revivir algunos de los momentos y músicas más épicas de la historia de la saga, los distintos niveles (divididos entre field, battle y event) ofrecen la suficiente variedad como para mantenernos enganchados durante horas y horas.
Elite Beat Agents
Desarrolladora: iNiS
Plataformas: Nintendo DS
Año: 2007
Otro de esos juegos con marcado carácter nipón que nos encandila. Nuestro cometido, pulsando la pantalla táctil de la portátil de Nintendo, era seguir los pasos, de baile, de un grupo de agentes especiales. En la pantalla superior podíamos ver el curso de la acción con imágenes de estilo cómic, mientras que en la pantalla inferior veíamos los tronchantes bailes de nuestro grupo de héroes. Si a eso le unimos una historia absolutamente surrealista y llena de humor y un modo multijugador para cuatro jugadores realmente adictivo, tenemos un caballo ganador.
Dance Dance Revolution
Desarrolladora: Bemani
Plataformas: PS One
Año: 1999
Es, pese a la simpleza de su propuesta, uno de los grandes clásicos de los juegos de baile. Se trataba de seguir los pasos de baile que aparecían en la pantalla en forma de flechas, aunque había dos formas de hacerlo. Por un lado estaba la versión arcade (máquina recreativa) y algunas versiones de consola que llegaron con el paso de los años que incluían una alfombra, a modo de periférico, con las flechas en cuestión para que pudiéramos literalmente bailar. También podíamos jugar utilizando un controlador normal aunque, claro, la cosa perdía bastante. El furor que causó en su día Dance Dance Revolution hizo que aparecieran montones de sucedáneos para salones recreativos y consolas de sobremesa y que hasta incluso se hiciese una película española (La Máquina de bailar), sobre un chaval aficionado a este mítico juego.
Descubre más sobre Borja Abadie, autor/a de este artículo.
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