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The Tomorrow Children - Análisis para PS4 del juego de Q-Games

The Tomorrow Children análisis
Análisis de The Tomorrow Children para PS4, el juego que nos pone en la piel de un clon cuya única meta en la vida es trabajar y trabajar para mantener una población de una extraña ciudad de corte comunista en un mundo online persistente en el que la colaboración, pero sin comunicación, entre los jugadores lo significa absolutamente todo.

Desde lo más profundo del Vacío, os traemos el análisis de The Tomorrow Children para PS4, el videojuego desarrollado por los veteranos Q-Games con el apoyo de Japan Studio, una de las ramas de Sony Interactive Entertainment que ha participado en juegos como Gravity Rush, Puppeteer o el eternamente esperado The Last Guardian, entre muchas otras originales producciones.

Los integrantes de Q-Games tampoco son nuevos en esto, ya que han participado en licencias tan jugosas como PixelJunk o la saga Star Fox. En 2014 anunciaron en la Gamescom su nuevo y ambicioso proyecto, The Tomorrow Children, un videojuego que nos animaba a cooperar con otros jugadores para construir una gran nación y que hemos podido ver bastante desde su anuncio gracias a diversos vídeos de las alphas.

Ahora, el interesante juego de Q-Games llega a PS4 en una edición para ‘’Fundadores’’ previa al lanzamiento de la versión free to play para demostrar que sí, el juego es interesante, pero a los jugadores nos gusta jugar para evadirnos tras las pesadas tareas del día a día… y no para continuar la jornada laboral. Acompañadnos en el análisis de The Tomorrow Children, quizá os ayude a decidir si os apetece, o no, trabajar y trabajar para perpetuar la gloria de la madre patria.

Bienvenidos a Matrix

The Tomorrow Children se desarrolla en un contexto fascinante. En un futuro cercano, un experimento fallido ocasiona que el mundo, tal y como lo conocemos, desaparezca. Se crea entonces el Vacío, que será la superficie terrestre en la que, literalmente, no hay nada, a excepción de una especie de ciudades que debemos reconstruir y repoblar.

Para reconstruirlas, tendremos que recolectar recursos que obtendremos de zonas que, de forma aleatoria, aparecerán en el Vacío. Para repoblar las urbes tendremos que encontrar unas muñecas Matrioska que colocaremos en un punto concreto de la ciudad para que se conviertan en pequeños ciudadanos que lo único que harán será consumir los recursos que nosotros vayamos encontrando.

Cuantos más habitantes, más recursos consumirán.
Cuantos más habitantes, más recursos consumirán.

Además de recolectar y repoblar las ciudades, el tercer punto clave del juego es que, con el experimento fallido la población mundial quedó bajo mínimos y los trabajadores son clones, pero, además, son niños. ‘’El futuro es de los niños’’, dijeron Los Simpson, y, como otras predicciones de la serie de la Fox, la predicción se ha cumplido, pero en forma de macabra utopía donde un misterioso líder pinta de color de rosa la esclavitud infantil.

¿Haremos algo más que recolectar recursos? Sí, de vez en cuando tocará luchar contra unas criaturas muy japonesas llamadas Izverg que atacarán nuestra ciudad de vez en cuando y que tendrán un diseño inspirado en arañas gigantes, las aves de Avatar o Godzilla, directamente.

Me encontré eso en una caja, literalmente
Me encontré eso en una caja, literalmente

Llegados a este punto, si os gustan videojuegos como No Man’s Sky o Minecraft, seguro que pensáis que The Tomorrow Children es vuestro juego perfecto. Sin embargo, estos dos videojuegos que cito ofrecen un objetivo a medio y largo plazo que está definido, además de una experiencia mucho más satisfactoria que The Tomorrow Children.

Los tres juegos tienen puntos en común, como la necesidad de trabajar para conseguir algo. Sin embargo, mientras que la obra de Hello Games nos obliga a recoger recursos para llenar de combustible los motores de la nave y el juego de Mojang nos anima a recoger bienes para crear grandes fortalezas con diseños únicos para sobrevivir a los enemigos, The Tomorrow Children busca conseguir que el jugador se divierta por el mero hecho de picar y recoger recursos. Es decir, la base es la misma en los tres juegos, pero mientras que en Minecraft y No Man’s Sky la experiencia es satisfactoria y el fin es concreto, en el juego de Q-Games no llegamos a entender por qué estamos recogiendo recursos.

The Tomorrow Children, aunque no lo parezca, sí tiene un puntito de originalidad. Y es que, se trata de un videojuego multijugador online en un mundo persistente (esto es importante) en el que no estaremos solos. Habrá un montón de clones como nosotros que trabajarán a nuestro lado para sacar a flota las distintas urbes.

Después de trabajar durante ocho horas en la vida real, lo que más apetece es seguir ''picando'' en el mundo virtual.
Después de trabajar durante ocho horas en la vida real, lo que más apetece es seguir ''picando'' en el mundo virtual.

A trabajar, que el mundo se va a acabar

Como si fuésemos hormigas, los jugadores tendremos que colaborar para reunir los materiales que permitan que nuestra ciudad prospere y crezca. En el Vacío estará nuestra ciudad, pero también aparecerán de manera aleatoria unos espacios conocidos como ‘’islas’’ donde podremos recolectar recursos. Cada poco tiempo partirá de la ciudad un autobús que llevará a las niñas clon a las minas (qué mal suena esto cuando lo lees) y que las recogerá al acabar la jornada laboral. También podremos tener un vehículo propio cuando tengamos los permisos necesarios.

Cuando llegamos a la mina excavamos, recolectamos (y metemos los materiales en un inventario minúsculo), dejamos los recursos en el espacio habilitado para que el vehículo las cargue y volvemos a la ciudad. Una vez en la ciudad vaciamos los recursos en su ‘’almacén’’ correspondiente, vamos a las tiendas a gastar los dólares libres que nos hayamos encontrado, mejoraremos nuestras herramientas, o compraremos nuevas, y volveremos al trabajo.

Cuando queramos ampliar la ciudad tendremos que superar un pequeño puzle, o pagar con dinero ''real''.
Cuando queramos ampliar la ciudad tendremos que superar un pequeño puzle, o pagar con dinero ''real''.

¿A la mina? No necesariamente. Dentro de la ciudad hay pequeños generadores de electricidad con forma de rueda de hámster en el que nos podremos subir para, en un minijuego de alinear dos marcadores, conseguir electricidad para la ciudad. Hablando de minijuegos. A la hora de construir nuevos edificios no valdrá con acercarse al banco de trabajo, seleccionar el edificio deseado y darle a construir. Se nos propondrá un rompecabezas que deberemos superar para poder construir el edificio deseado… o pagar con dólares libres para agilizar el proceso.

También podemos explorar la ciudad (que tampoco será muy grande) para ver si encontramos árboles frutales cuyo alimento podemos comer para reponer fuerzas o llevar al almacén correspondiente en forma de víveres para el pueblo. Es importante realizar estas tareas, además de la minería, para mantener contentos a los ciudadanos de la urbe ya que, sin comida el censo disminuirá, y sin electricidad las farolas se apagarán. Sin embargo, lo que a la larga puede divertir gracias al atractivo apartado visual y a ese puntito de ‘’gestión de recursos’’, se transformará en un desarrollo monótono que nos hará preguntarnos por qué vamos otra vez a trabajar.

Cuando el autobús descargue, los jugadores deben arrimar el hombro y llevar los recursos al almacén correspondiente.
Cuando el autobús descargue, los jugadores deben arrimar el hombro y llevar los recursos al almacén correspondiente.

¡Vienen los Izverg!

Para romper un poco la monotonía, Q-Games ha introducido un enemigo en el juego, los Izverg, una especie de dinosaurios y criaturas reales gigantes que atacarán de vez en cuando nuestra ciudad. Los veremos pululando por el escenario en la distancia, pero cuando nos ataquen, más nos vale tener un arma personal o un cañón al que subirnos si no queremos que destruyan a la población de nuestra urbe.

The Tomorrow Children no es un juego de acción y, además, el control a la hora de combatir es algo tosco, por lo que no es recomendable lanzarse contra los monstruos que vemos en la distancia y que, claramente, no atacarán nuestra ciudad. Sin embargo, cuando uno se acerque, sí será recomendable abatirlo ya que, al morir dejarán una buena cantidad de recursos para nuestra ciudad.

El problema de los Izverg es que, al estar en un mundo persistente, es de lo más común irse a descansar y, al volver al juego encontrar que la ciudad está en ruinas. No es literal, queda lo básico, pero tendremos que volver a reconstruirlo absolutamente todo.

¡Ojo con Godzilla! Harán falta varios clones para acabar con los Izverg, pero las recompensas en forma de recursos valdrán la pena.
¡Ojo con Godzilla! Harán falta varios clones para acabar con los Izverg, pero las recompensas en forma de recursos valdrán la pena.

Sin comunidad no hay The Tomorrow Children

El mundo persistente es el alma, y el principal problema, del videojuego de Q-Games. Hay momentos en los que sentiremos que todo funciona, que el hormiguero se ha puesto en marcha y que todos los clones vamos a una. Sin embargo, también será fácil caer en la desmotivación al ver como los usuarios abandonan nuestra urbe y se mudan a otra.

Aunque no hay una meta, el objetivo del juego es reconstruir ciudades una, y otra, y otra vez. Es una tarea que no podremos realizar solos, por lo que la colaboración con otros jugadores es crucial. Lo malo es que, tras varios días jugando, he observado que el autobús de trabajo, que iba lleno los tres primeros días, ha terminado haciendo viajes completamente vacío.

Me he mudado más de una vez de ciudad porque no había jugadores en mi urbe, y esto es algo que o cambia, o condenará a The Tomorrow Children. ¿Cambiará con el tiempo y el lanzamiento de la versión gratuita (con micropagos)? Más les vale al equipo de Q-Games, porque desarrollar estos videojuegos no es fácil y que caigan en el olvido a la primera de cambio suele suponer el fin del estudio (que se lo digan a Lionhead con su Fable Legends).

Tras echarle muchas horas a ''tu'' ciudad, te vas a la cama, descansas, vuelves y ves que te tienes que ir porque otros jugadores han acabado el trabajo. Y así una, y otra, y otra vez.
Tras echarle muchas horas a ''tu'' ciudad, te vas a la cama, descansas, vuelves y ves que te tienes que ir porque otros jugadores han acabado el trabajo. Y así una, y otra, y otra vez.

Además, y esto es algo que molesta bastante, durante todo el juego sentimos que nada nos pertenece (vaya, qué cosas), ya que podemos abandonar la partida unas horas y encontrar que la ciudad que estábamos reconstruyendo ya ha sido completamente reformada (o destruida) y, por tanto, no podemos hacer nada más en ella. En ese caso nos tocará abandonar la ciudad, buscar otra urbe y comenzar a trabajar.

Vale, se ha cumplido el objetivo de reestructuración de la ciudad, pero nosotros a lo mejor no hemos tomado casi partido del mismo. Esto es algo que ocasiona que tengamos poco aprecio por la ciudad y por sus habitantes, deshumanizando aún más el videojuego. Es más, no es ya por la ciudad en sí, sino por nuestra casa y construcciones, ya que las dejaremos atrás irremediablemente para mudarnos a otra nueva urbe y repetir el proceso. Y así hasta el infinito.

El diseño de las minas es espectacular.
El diseño de las minas es espectacular.

Progresión de personaje y mercado negro

Como es lógico, tanto picar minerales tiene que tener un factor beneficioso en el personaje. Nuestro clon, irá subiendo de nivel a medida que realicemos las tareas cotidianas. Si somos una buena hormiguita y trabajamos para mejorar nuestra ciudad, nuestra hoja de servicio se irá llenando de notas positivas que nos harán mejores en nuestras tareas y que nos colocará en un ranking de jugadores cuando consigamos reconstruir la urbe.

Por otra parte, hay una especie de sistema de clases. Cuando comenzamos la partida si tenemos el Pack de Fundadores, veremos que en nuestro inventario hay diferentes ropas de trabajo. Cada uno de los uniformes nos dará diferentes bonificaciones a estadísticas de fuerza, patriotismo o agilidad, por ejemplo. Sin embargo, a medida que juguemos podremos personalizar nuestro clon como deseemos, invirtiendo puntos de talento como más nos convenga.

Hay progresión de personaje tanto por la ropa que llevamos como por la forma de distribuir los puntos de talento.
Hay progresión de personaje tanto por la ropa que llevamos como por la forma de distribuir los puntos de talento.

También podemos comprar ítems y objetos especiales en el mercado negro, un lugar donde pagamos con dólares libres y que está claramente enfocado a las microtransacciones, aunque habrá ocasiones en los que nos los encontraremos tirados en el suelo debido a que otros jugadores con poco espacio en el inventario se deshacen, por ejemplo, de un pico mejor, de una motosierra o de un lanzacohetes.

Además, y esto es muy interesante, podremos participar en el proceso democrático de elección de líderes que será el que decida el crecimiento de la ciudad. Por desgracia, la ausencia de comunicación entre jugadores ocasionará que el resultado de las elecciones sea prácticamente aleatorio a nuestros ojos.

Estaremos bombardeados por propaganda de corte comunista.
Estaremos bombardeados por propaganda de corte comunista.

Minimalismo un poco creepy

Donde el juego es redondo es en el apartado audiovisual. Artísticamente es una belleza y, aunque un poco tenebrosas, las protagonistas tienen un diseño de lo más atractivo, así como el líder, los policías, los edificios, el autobús y todo lo que veamos (mención especial al diseño de las islas que aparecen de forma aleatoria). La propaganda comunista nos bombardeará a cada paso que demos y hasta habrá teles en las que nos recordarán el por qué de nuestra existencia.

El apartado visual es minimalista y se da un aire (imagino que más que un aire es una referencia clara) a la película Dogville de Lars von Trier (una de las películas ‘’fáciles de ver’’ de ese director que se autodenominó el ‘’mejor director del mundo’’, aunque es salirse del tema). La ausencia de paredes en los ‘’almacenes’’ y su sustitución por líneas pintadas en el suelo es un acierto, así como las marcas que nos instan a guardar cola o la paleta de colores. 

Pese a los monstruos que pasean en el fondo en plan El Rey León, algunas instantáneas de The Tomorrow Children son alucinantes.
Pese a los monstruos que pasean en el fondo en plan El Rey León, algunas instantáneas de The Tomorrow Children son alucinantes.

La música cumple, aunque puede pasar desapercibida, y los efectos sonoros son correctos, como el que nos indica que hay enemigos cerca o el silbato del autobús que nos trae y recoge del ‘’trabajo’’. El juego tiene voces que imitan el ruso y textos en castellano. En definitiva, el apartado sonoro es soberbio y nos mete de lleno en la realidad utópica que el juego quiere representar.

Como punto en contra se puede destacar la caída en rendimiento que he experimentado en algún que otro punto del juego cuando se juntan demasiados elementos en pantalla. Suelen ocurrir cuando varios jugadores combatimos contra un Izverg, pero también me ha pasado en alguna mina donde estaba yo solo.

Aunque no tiene nada que ver con lo técnico, sí considero que se trata de una acertada decisión de diseño. The Tomorrow Children es de los pocos videojuegos de PS4 que utiliza el altavoz del mando de la consola. Cuando el líder nos llame, este altavoz hará la función de auricular, por lo que la voz saldrá también por el mando. Es un uso muy básico que ya hacía Wii hace casi una década, pero, ya que lo tiene, no está mal que se le de uso al altavoz.

Conclusión

Analizar un juego con tanto recorrido como The Tomorrow Children no es sencillo, ya que la valoración siempre es algo muy personal y, por tanto, lo que a unos les parece una obra de arte, a otros puede parecerles que peca de poco contenido. El videojuego tiene un planteamiento interesantísimo que nos insta a colaborar con jugadores con los que no podemos comunicarnos (a excepción de algunos gestos y bailes) para levantar una gran nación. El problema es que, a medida que jugamos sentimos que una ambientación comunista y post-apocalíptica tan interesante se ha desaprovechado para crear un juego cuyo fin es trabajar, trabajar y volver a coger el pico para… trabajar.

No encontramos una meta clara a largo plazo que nos anime a seguir recolectando recursos y el que se trate de un videojuego multijugador online persistente ocasiona que todo el peso del juego y la diversión recaiga en manos de otros jugadores. Q-Games ha dejado todo el peso de la experiencia en manos de los usuarios. Si éstos no acompañan y no juegan, por mucho que a un jugador le guste The Tomorrow Children se aburrirá como una ostra al verse solo y perdido en el Vacío.

Si las colas no molan en la vida real ¿Por qué iban a gustarnos en un juego?
Si las colas no molan en la vida real ¿Por qué iban a gustarnos en un juego?

Hay que esperar a que el juego sea free to play para ver si más jugadores se adentran en este mundo, pero es fácil ver, ahora mismo, The Tomorrow Children como una oportunidad perdida. Hay muchas buenas ideas, desde luego, pero cuando un videojuego se deja la diversión por el camino y parece más un experimento social que un producto de entretenimiento, está claro que algo falla.

Si os convence la propuesta, a por él. Por 20€ tendréis un pack con valiosos recursos que acelerarán el inicio de la partida. No es un juego para todos los públicos, pero si os llama la atención, adelante. Si no tenéis prisa y solo os pica la curiosidad, lo mejor es que esperéis a la versión free to play.

VALORACIÓN:

The Tomorrow Children cuenta con una ambientación única y grandes ideas, como la cooperación sin comunicación. Las primeras horas nos atraparán, pero con el paso del tiempo se termina estancando. Además, avanzar no depende solo de nosotros y la actitud de los demás puede dar al traste con nuestra partida. Original, pero no para todos los gustos.

LO MEJOR:

Ambientación, diseño y estética. Las primeras horas son fascinantes. Los ataques imprevistos de los Izverg. La cooperación, cuando surge.

LO PEOR:

Es monótono, no es divertido a largo plazo y hay que hacer cola en las tiendas y para el autobús. Si la comunidad no lo apoya, morirá rápido.

Plataformas:

PS4

Versión comentada: PS4

Hobby

65

Aceptable

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