Dragon Ball Super - La simbología religiosa de la nueva saga de la serie: salvación, protección e iluminación
¿Habías reparado en la simbología religiosa que encontramos en cierta parte de la nueva saga de Dragon Ball Super?
La nueva era de Dragon Ballestá convenciendo a más y más fans conforme se desarrollan las nuevas sagas de Akira Toriyama y Toyotaro. Pero eso no es todo...
Gracias a la renovación de la franquicia con la marca Super, cada día son más los niños y adolescentes que se enganchan a la nueva Songokumanía. ¡Quién nos lo iba a decir después de más de 30 años! ¿También se intercambiarán estos niños fotocopias de Bola de Dragónen el recreo?
Toda esta revolución moderna no sería posible sin el asentamiento de Dragon Ball Super en el mercado mundial, que pese a llevar más de 3 años sin nuevos capítulos anime semanales, su canon se aferra a la vida con nuevas sagas manga que rivalizan con las que disfrutamos en los años 90.
Si bien la saga de Moro, estrenada a finales de 2018, ha convencido a propios y extraños, podemos decir lo mismo del arco del ceresiano Granola, saga que se estrenó a finales de 2020 y que nos está dejando estampas para el recuerdo. Y lejos de quedarnos en la superficie argumental de estos nuevos capítulos, vamos a ahondar en cierta simbología que apreciamos en un momento vital del arco.
Durante el genocidio del pueblo ceresiano hace 40 años, a manos de los saiyans Ohzaru y otros soldados de Freezer, el pequeño Granola pudo escapar del exterminio junto a su madre, Muesli. ¿Y dónde se cobijaron? Exacto, en la iglesia de la ciudad. Aterrada de miedo y con su hijo en brazos, Muesli huyó del ataque de los Ohzaru y se metió, casi instintivamente, en aquella edificación religiosa.
Resulta curioso ver cómo los Ohzaru destrozaron casi toda la ciudad y, sin embargo, dejaron en pie la iglesia, que literalmente se constituye como un refugio de salvación para nuestros protagonistas, pero eso no es todo. Durante el caos infernal vemos al monstruo, Bardock Ohzaru, acercarse al enclave sagrado, pero en todo momento merodeando por el exterior, casi repelido, acechando cual demonio.
¿Y qué ocurre cuando se asoma a la iglesia? Que se ilumina, gracias a las almas que se encuentra en el interior, Granola y Muesli, recordándole lo que más quiere en este mundo, su propia familia. La metáfora de protección y salvación es clara, pero es que todo ello confluye en algo mucho más grande y esencial, una escena de iluminación, revelación y rebelación.
Se trata de un alumbramiento que comenzó hace 40 años, con el despertar de Bardock en aquella iglesia, y cuyo eco poético y espiritual resuena en la actualidad, iluminando a Granola para descubrir ulteriormente sus auténticos demonios a batir, los hermanos Heeta, los fantasmas del pasado que asesinaron a su madre y a los que lleva alimentando durante años. Las campanas suenan de nuevo. ¡Kai, Kai!
Descubre más sobre Antonio Sánchez-Migallón, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.