ATENCIÓN: Este artículo incluye spoilers de Los Anillos de Poder. Continuamos con nuestro repaso al legendarium de Tolkien con un vistazo a las legendarias gemas que definieron Arda en la Primera Edad.
En el segundo episodio de Los Anillos de Poder, la ambiciosa serie de Prime Video que llegaba a la plataforma de Amazon la semana pasada, se hizo alusión a los Silmaril cuando se habló del legendario Martillo de Féanor, que estaba en el taller de Celebrimdor.
Seguramente, muchos de vosotros conocéis de sobra la relevancia y destino de estas piedras únicas, pero, para quienes no, vamos a repasar su historia.
Si los Anillos de Poder y el Anillo Único marcaron la Segunda y la Tercera Edad del Sol, los Silmaril hicieron lo propio por la primera.
Forjadas por el señor elfo Féanor, ni siquiera los Valar, creadores de Arda por orden de Eru, el Dios Único, sabían de qué materiales estaban forjadas las tres gemas. Varda, reina de los Valar, bendijo las gemas, impidiendo que ningún ser maligno pudiera tocarlas sin sufrir un daño inconcebible.
Féanor vio como la semilla de la desconfianza se plantaba en su corazón, levantando barreras con sus familiares mientras la codicia se apoderaba de él. Los Silmaril también reclamaron la atención de otro ser, el Valar caído Melkor, también conocido como Morgoth.
Melkor atacó Valinor, destruyó sus árboles de luz y robó las gemas Silmaril con ayuda de Ungoliant, un ser oscuro que asumió la forma de una araña gigante.
Las gemas fueron motivo de los conflictos conocidos como las Guerras de Beleriand y las posteriores Guerras de las Joyas.
Una de las gemas fue robada a Morgoth por Beren, el padre humano de Elrond. Su hijo llevaría la gema a Valinor, donde los Valar la enviaron al cielo, convertida en una estrella.
Los hijos supervivientes de Féanor robaron las otras dos gemas Silmaril tras la derrota de Melkor. Sin embargo, en ese momento, el linaje de Féanor había sucumbido a la oscuridad y cometido todo tipo de atrocidades para cumplir la voluntad de su ancestro.
Una de las gemas terminó en las profundidades del océano, mientras la otra finalizó su camino en un poco ardiente. Una gema en el cielo, otra en la tierra, y otra en los mares.
Desgraciadamente para Arda, el mundo donde se desarrolla casi todo el legendarium de Tolkien, la influencia de las gemas Silmaril seguiría presente en las dos edades siguientes.
Sauron, el maiar corrompido por Melkor, forjó los infames anillos que, a estas alturas, todos conocemos, sentenciando a la Tierra Media a milenios de amenazas.
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