Es un placer sentarse frente al teclado para escribir cosas buenas sobre una compañía. No todo son cierres, retrasos y cancelaciones; a veces -en realidad, la mayoría de las veces- esos señores con corbata que se sientan en grandes despachos y son responsables de los videojuegos que se lanzan, toman buenas decisiones. El caso del que escribo es paradigmático: la estupenda transformación de Ubisoft durante los últimos años.
Hace mucho tiempo escribí un editorial en Hobby Consolas -en la revista de papel- acerca de la transformación que estaba experimentado Ubi (que pasó de los Rayman a desarrollar Ghost Recon, Splinter Cell y Rainbow Six). Y ahora, casi 15 después de aquel, vuelvo a quitarme el sombrero ante la actitud de la multinacional francesa, que cambió de nombre a Ubisoft. El principal motivo es disfrutar de un juego como Far Cry 5 y ponerlo en contexto junto a sus últimos lanzamientos.
En los últimos meses hemos recibido (además del mencionado Far Cry 5) uno de los mejores Assassin´s Creed de toda la saga (Assassin´s Creed Origins, ambientado en el antiguo Egipto y protagonizado por el recién llegado Bayek). Y si nos remontamos unos meses más, tenemos un exclusivo realizado con mucho cariño, como Mario + Rabbids Kingdom Battle o un excepcional "sandbox" de acción militar, como Ghost Recon Wildlands. Y todo esto, sin dejar de lado sus dos grandes lanzamientos online -For Honor y Rainbow Six Siege- que no paran de actualizarse con nuevos contenidos.
De hecho Rainbow Six Siege es uno de los juegos online con más actividad actualmente, pese a que también es uno de los más veteranos, y nos encanta su estilo táctico, basado en la cooperación con otros miembros de nuestro equipo.
Sé que me dejo algunos títulos de Ubisoft como South Park Retaguardia en peligro o Just Dance 2018. Puede que sean más de "nicho" pero en absoluto se trata de juegos malos, y en particular el RPG encierra alguno de los momentos más divertidos que hemos pasado frente a nuestra consola en los últimos doce meses. Con estos datos sobre la mesa, uno diría que la compañía está en el camino correcto.
Esto es lo normal, al fin y al cabo, tanto Ubisoft como las demás viven de vender sus juegos. Pero lo que aplaudo es que este catálogo tan cuidado es fruto de una transformación enorme. Esta es la misma compañía que muchos habían bautizado en las redes como "Ubilol" o "Bugisoft" por lanzamientos menos cuidados, como Assassin´s Creed Syndicate o Unity, que llegaban con una cadencia anual. Y qué decir de los "downgrades" de las versiones finales respecto a lo que se presentaba en el E3 (en particular lo ocurrido con Watchdogs y con The Division).
En lugar de mantener ese ritmo, que sin duda era rentable, han echado el freno y han comenzado a cuidar cada uno de sus juegos. Ya no se turnan los estudios de Montreal, Shanghai, Toronto... en diferentes entregas de una misma saga, han apostado por la colaboración de diferentes sedes en un mismo título, y el resultado es más que bueno. Y además la compañía sigue invirtiendo y mejorando sus propios motores gráficos, como Snowdrop Engine o Dunia Engine, para mantenerse en la cabeza de la tecnología.
¿Los resultados? Pues a finales del ejercicio fiscal de 2017 sus ventas aumentaron más del 65% respecto al año anterior, con unos ingresos totales de 466 millones de euros y un crecimiento en el mercado digital de casi un 70%. Lo que puesto en palabras llanas significa que han dado en el clavo con esta política restrictiva en títulos pero intensiva en calidad.
Si todo sigue por este camino de lanzar menos juegos pero más trabajado (una línea a la que cada vez se apuntan más compañías, como Activision, Bethesda o Rockstar) estoy seguro de que nos van a impresionar de nuevo con sus dos próximos lanzamientos: la aventura de piratas Skull & Bones (presentada en el E3 2017) y The Division 2, del que por el momento sólo tenemos una confirmación... y claro, tampoco nos quitamos de la cabeza un próximo Splinter Cell.
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