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Videojuegos para todos los públicos

Padre jugando con niños a la consola

Tengo la teoría de que los que llevamos jugando a videojuegos desde hace ya unos añitos tenemos menos prejuicios cuando nos ponen delante un juego colorido y de estética simpaticona. Supongo que es debido a que hace treinta años casi todos los juegos eran así, incluso los mata-mata. 

Nos hemos criado con profundos juegos de rol con estética infantiloide, con plataformas de terrorífica dificultad protagonizados por El Rey León, Aladdin o Los Pitufos. A los viejunos, eso del aspecto como que no nos asusta tanto como a los jovenzuelos (¿adolescentes de 17 a 35 años? ;-) que, cuando ven colorinchis y simpáticos bichejos, ya se echan las manos a la cabeza: “¡Esto es para niños!”. Aunque me acabo de acordar de la que se armó con la estética de The Legend of Zelda: The Wind Waker y de eso hace ya casi 20 años… 

Supongo que la culpa la tiene la evolución tecnológica, que permitió que nuestras pantallas se llenaran de terroríficos zombis, estremecedores combates en las playas de Normandía y carreras de coches realista, abriendo el camino a, por ejemplo, un GTA en tres dimensiones, mucho más adulto a la vista que la  perspectiva isométrica de antes. Claro, nos acostumbramos a pegar tiros con armas igualitas a las reales, a combatir con luchadores creíbles y a enfrentarnos al horror de pueblos malditos y todo lo que tenía pinta así, como de amable, ya era “para niños”

GTA III fue el primer juego de la saga en 3D y lo cambió todo
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Qué etiqueta tan terrible esa de “juego para niños”. Resulta que los adultos lo tachan directamente de la lista y a los chavales de 12 o 13 años les echa para atrás, porque ya no se consideran niños y no quieren que les vean disfrutando con “cosas de niños”. Y, reconozcámoslo, eso de "para niños" es demasiado genéricos, que entre un niño de 3 años y uno de 6 hay un abismo, como entre uno de 6 y otro de 12... Lo malo es que la alternativa “para todos los públicos”, también se interpreta como “para niños”, en lugar de darle el valor que merece. Porque no me negaréis que hacer algo que guste por igual a niños y a adultos tiene su miga… 

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Si tenéis hijos pequeños (o hermanos o cuidáis de los sobrinos) estaréis un poco hartos de los dibujos infantiles. Yo terminé cogiéndole el punto a Poco Yo, pero Dora la Exploradora (y su mapa y su mochila) siempre me han caído mal, los pobres. Eso sí, cuando llegaba el momento de llevar al peque al cine a ver una de Pixar, la que iba emocionada era yo. La primera peli que vio mi hijo en el cine, bien pequeñito, con su alzador y todo, fue Wall-E. Él salió emocionado y yo, con lágrimas en los ojos. Nos sabíamos de memoria hasta los diálogos de Cars, pero a mí no me importaba volver a verla, porque siempre descubría algo nuevo. Y eso, tiene mucho mérito. 

Walle-E Pixar

Cuando Electronic Arts nos contó que iban a sacar un videojuego de una novela infantil con mucho éxito, yo hice de tripas corazón y pedí prestado el libro para leérmelo, por aquello de escribir un reportaje con información de primera mano. No me podía apetecer menos leerme un libro para niños sobre un mago de 11 años… Luego pedí prestado el segundo y después me los compré todos, haciendo cola “con los niños” cada vez que se lanzaba uno nuevo. 

Mi hijo se enganchó a Pokémon con seis años y ahí sigue, con 17, dándole a las evoluciones. Hace unos años, en un congreso de gamificación, se dijo que la media de edad de los jugadores de Pokémon era de 30 años (entonces también hablé de esto). Y me lo creo. No hay muchos juegos para “adultos” que ofrezcan tantas combinaciones estratégicas y tácticas como Pokémon, por muy adorables que puedan parecer sus criaturas. 

Hacer un “lo que sea” que guste por igual a niños y adultos tiene mérito, mucho mérito, porque significa que tiene varios niveles de comprensión, que aporta elementos que capaces de gustar a unos sin molestar a los otros. Y es una pena cuando los prejuicios nos impiden disfrutarlos. Cómo me alegro de que EA se decidiese lanzar Harry Potter… Y no lo digo por el juego (que no me gustó).

Harry Potter películas

Gracias, quizá, a esa viejunez de la que hablaba al principio, siempre me han gustado los Mario, me encantó Kingdom Hearts (y vaya turra que se dio en su día con Donald y Goofy), no le he hecho ascos a los LEGO, los Rayman siempre me han parecido deliciosos y debo reconocer que me lo pasé muy bien con Knack, por mucho que lo pusieran a caer de un burro (sabía a poco como juego de lanzamiento de PS4). Por supuesto, The Wind Waker es de mis Zelda favoritos, estética incluida. 

No, no es bueno dejarse llevar por los prejuicios, pero últimamente, también leo mucho por ahí que vaya mierda de exclusiva para PS5 eso de Ratchet & Clank Una Dimensión aparte, que es un juego para niños… ¿De verdad?

Probablemente la saga de Insomniac Games sea uno de los ejemplos más paradigmáticos de juegos “para todos los públicos”que existen, con permiso de cualquier Mario. Diversión directa, mucha acción, mucho sentido del humor con varios niveles de lectura, muchas sorpresas por descubrir… Son de esos juegos que te los bebes sin darte cuenta, tengas 10 o 50 años. Y, vuelvo a insistir, conseguir eso no es fácil. 

Puede que la mejor manera de quitarle connotaciones negativas a eso de “para todos los públicos”, sea que los disfrutamos, lo reconozcamos. Que se manifiesten, que levanten la mano los fans de Pokemon, Kingdom Hearts, Mario, Ratchet, LittleBigPanet o Splatoon… y Ori and the Blind Forest, que lo he visto listado como “juego para niños”. A ver si nos deja de dar vergüenza reconocer que sí, que disfrutamos como niños. Con un poco de suerte, los niños (y los no tan niños) podrían animarse a descubrirlos. 

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